El ganador de la Cinefondation de Cannes Michael Labarca, Patricia Ramírez Arévalo hablan sobre ‘Niños nadando en el lago’ (EXCLUSIVO) Lo más popular Lectura obligada Suscríbase a boletines de variedades Más de nuestras marcas


El ganador de la Cinéfondation de Cannes Michael Labarca llegará a Puertas Abiertas de Locarno la próxima semana con su primer largometraje, “Niños nadando en el lago”, producido por Todos Los Ríos de Venezuela, Ticket Shoot Films de Francia y Oro Films de Chile.

Para los proyectos cinematográficos venezolanos, este tipo de coproducciones internacionales no solo son una virtud sino una necesidad, “por la crisis de nuestro financiamiento público a la producción, nuestra limitación de acceso al fondo Ibermedia y la compleja situación de nuestro país”, dijo “ Kids” la productora Patricia Ramírez Arévalo en Todos los Ríos.

Ambientada en la Venezuela contemporánea, “Niños nadando en el lago” trata sobre la emigración, pero desde el punto de vista de los que quedan atrás.

Durante constantes apagones, Dayana, de 11 años, y sus hermanos pequeños sueñan con salir de Venezuela y reencontrarse con su padre, quien emigró huyendo de la crisis. Mientras esperan ansiosamente este día, los niños observan cómo otras familias y sus amigos se van primero.

Venezolano, el propio Labarca ahora vive en Argentina. Tat le da una pasión profundamente personal a la historia.

“Mi necesidad de hacer esta película y no otra viene del profundo duelo de haber perdido a mi país. Es consistente con la imagen que hoy ronda mi mente como migrante: la gente que dejé atrás”, dijo Labarca. Variedad.

“También con esta película el cine me permite volver a mi país, seguir ahondando en las constantes estilísticas que me acompañan desde la escuela de cine y que se pueden ver en mis trabajos anteriores, como la austeridad en la puesta en escena, la ausencia de luz, y trabajar con niños”, agregó.

Esas constantes dieron forma a la entrada de la Cinéfondation “The Guilt, Probably” (“La culpa, probablemente”), ambientada durante un apagón, con la luz de los autos que pasaban afuera barriendo las cortinas de un dormitorio. Allí duermen una madre y una hija pequeña, hasta que las despierta la última expareja de la madre, que trae velas. Se siente culpable por haberla dejado, probablemente, o simplemente anhela volver a verla.

El corto de 13 minutos está rodado en sombras, con planos fijos largos.

El clímax de la película subraya que la hija, a pesar de su tierna edad, comprende totalmente el deseo de su madre de encontrar una figura paterna para ella.

Es una película que se puede entender casi con sólo escucharla, ha comentado Labarca.

La película de graduación de Labarca en la Universidad de los Andes de Venezuela, «La culpa, probablemente» recibió el tercer premio de un jurado encabezado por Naomi Kawase en la Selección Cinéfondation 2016 del Festival de Cannes. También llamó la atención de René Osi de Ticket Shoot Films, productor de otro título de Selection, quien pasó a coproducir el siguiente cortometraje de Labarca, “El hombre de cartón” de 2017, y luego firmó para coproducir “Kids” en su desarrollo temprano.

Osi y Ramírez Arévalo postularon recientemente al fondo Cinémas du Monde, creado en la CNC de Francia. Los resultados se esperan para septiembre. Los socios internacionales también pueden aportar experiencia, argumentó Ramírez Arévalo.

Oro Films prepara actualmente “Beautiful Yet Mortal”, la continuación de Nicolás Postiglione a su aclamada “Immersion”. Sus créditos incluyen “Matar a la Bestia” de Agustina San Martín.

“Florencia Rodríguez y Dominga Ortúzar de Oro Films tienen la sensibilidad y experiencia profesional que requiere nuestra película y equipo. Desde el primer momento han estado dispuestos a pensar junto a nosotros diferentes alternativas para hacerlo posible, entendiendo y enriqueciendo nuestras estrategias”, dijo Ramírez Arévalo.

Todos los Ríos y Oro Films postularán al fondo de coproducción minoritaria de Chile en agosto, agregó.

Establecido para rodar en Maracaibo, el lugar de nacimiento de Labarca, “Kids” utilizará actores no profesionales. En Locarno, Ramírez Arévalo buscará un segundo coproductor europeo.

Niños nadando en el lago
Cortesía de Michael Labarca y Patricia Ramírez

Variedad Charló con Labarca y Ramírez Arévalo en la previa de las Puertas Abiertas de Locarno:

¿Qué inspiró “Niños nadando en el lago”?

Labarca: La mirada del niño me fascina. Inocencia y libertad juntas. Desde que emigré de Venezuela, el vínculo que tengo con mi familia, en especial con mi sobrina y sobrino, se ha mantenido a través de mensajes de voz vía WhatsApp. Describen su entorno y luego preguntan por el mío. A más de 5.000 kilómetros de distancia, acabamos imaginando los universos de los demás. Así mi escritura ha sido influenciada en mis intercambios con ellos. ¿Qué está pasando con los que se han quedado atrás? ¿Cómo manejan ver que otros se van? ¿Cómo ve un niño un país abandonado que aún habita?

Sin embargo, los personajes de la película no son niños comunes y corrientes…

Labarca: Mi intención con esta película es centrarme en la dinámica de unos niños que han asimilado las carencias de su contexto. Cuando somos niños tenemos un poder que eventualmente perdemos cuando nos hacemos adultos: la capacidad de jugar, esa que nos alejó pero no nos salvó de los errores de los mayores. Y hay realidades que requieren que perdamos ese poder temprano para poder sobrevivir. Mis personajes no solo tienen que enfrentar adversidades sociales o económicas, también tienen que lidiar con la ausencia de su padre, las emociones y preocupaciones de su madre, y las muchas despedidas constantes de personas que con su ausencia les hacen creer que afuera hay un mundo mejor. El duelo de Dayana y la madre, Chiqui, por no tener opción, su duelo por no poder decidir si quedarse o irse es lo que me interesa captar con la cámara.

Como productora radicada en Venezuela, Patricia, ¿tienes alguna conexión particular con esta película?

Ramírez Arévalo: “Niños nadando en el lago” es un reto para mí no solo a nivel de productor sino también a nivel personal y emocional, pues desde el ingenio e inocencia de unos niños me encontré frente a lo que estoy viviendo en mi propio país porque es la historia de los que no hemos emigrado, de los que nos hemos quedado. Es la historia de nuestras despedidas. La intimidad de una familia teje un tapiz que ayuda a exponer nuestro país, uno con muchos matices, pero siempre nuestro. Una historia contada desde un lugar que llamarlo “nuestro” lo hacía parecer tan amplio que me obligaba a pensarlo como “de todos”.

¿Qué tan fácil es producir en Venezuela?

Nuestro cine exige una reflexión activa en la que debemos estar a la vanguardia para proponer soluciones. Nuestras producciones cinematográficas no se han detenido, sigo viviendo y produciendo en el país, generando alternativas y alianzas creativas y financieras para impulsar nuestros proyectos. Y lo hemos hecho antes, cuando filmamos los trabajos anteriores de Michael y decidimos afrontar la situación, en localizaciones aún más complejas que las de este proyecto y donde adquirió experiencia en el trabajo con niños y no actores.





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