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La Unión Europea ha llegado a un acuerdo para hacer obligatoria la indicación de los países donde se recolecta esta miel en las etiquetas de los tarros de miel, una medida destinada a combatir las importaciones masivas de miel adulterada añadiendo azúcar.
El acuerdo celebrado la noche del martes 30 al miércoles 31 de enero por los Estados miembros y los representantes del Parlamento Europeo establece nuevas normas para la denominación y el etiquetado de “alimentos para el desayuno” (miel, zumos de frutas, mermeladas, etc.) con el fin de informar mejor a los consumidores.
El caso de la miel es crítico: una investigación de la Comisión Europea, publicada en marzo de 2023, mostró que de 320 muestras de miel importadas a la UE y controladas recientemente, alrededor del 46% eran fuertemente sospechosas de desviarse de las normas de la UE, en particular mediante la adición de jarabes de azúcar destinados a reducir el precio de coste. Alrededor del 74% de las mieles procedentes de China se consideraron sospechosas, al igual que casi todas las mieles importadas de Turquía y todas las del Reino Unido, donde fueron ensambladas de diversos orígenes.
Un “código de identificación único”
Para remediar esto, la nueva legislación exige que en las etiquetas aparezca una mención detallada del país o países de origen, y ya no solo la mención “producido en la UE” O “fuera de la UE” como ahora. “Los porcentajes [dans la composition] debe estar indicado para al menos los cuatro principales países de origen” y si estos cuatro países no representan más de la mitad del producto, precisa el Parlamento.
La Comisión deberá proponer “un código de identificación único” permitirá rastrear la miel hasta los apicultores y se creará una plataforma europea para recopilar datos, mejorar los controles y reforzar la trazabilidad.
“Este es un gran día para un etiquetado más transparente. Estas disposiciones informarán mejor a los consumidores, que estarán mejor protegidos contra la miel adulterada, y se defenderá a los apicultores”. Ante una competencia desleal, reaccionó el eurodiputado austriaco Alexander Bernhuber, ponente del texto.
“Al menos 450 gramos de fruta” por un kilo de mermelada
En el caso de los zumos de frutas, las mermeladas o los purés de castañas, Bruselas tendrá que evaluar en un plazo de tres años si es necesario o no imponer una obligación de transparencia similar para los países de origen de la fruta.
Por otro lado, el texto ya aclara la información sobre el contenido de azúcar de los zumos de frutas, con menciones “contiene sólo azúcares de origen natural” O “reducido en azúcar” (si se han eliminado al menos el 30% de los azúcares naturales).
También es imperativo utilizar “al menos 450 gramos de fruta” para producir un kilo de confitura o mermelada. Los eurodiputados y los estados aún deben llegar a un acuerdo formal final antes de que la legislación entre en vigor.
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