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\/<\/span> Michael Robertson, fundador y director ejecutivo de MP3.com, habla frente a la sede de la empresa en San Diego el 21 de mayo de 2001, el d\u00eda en que fue adquirida por el sello discogr\u00e1fico Vivendi Universal.<\/div>\nTOM KURTZ\/AFP v\u00eda Getty Images<\/p>\n<\/figcaption><\/figure>\n
Todo el mundo conoce Napster, el servicio para compartir m\u00fasica que fue destruido por un litigio en 2001. Pero menos personas recuerdan MP3.com, una startup musical que se esforz\u00f3 m\u00e1s en colorear dentro de las l\u00edneas pero a\u00fan as\u00ed fue aplastada en los tribunales.<\/p>\n
MP3.com lanz\u00f3 un servicio pionero de transmisi\u00f3n de m\u00fasica en 2000. La idea era que los usuarios pudieran crear una biblioteca de m\u00fasica en l\u00ednea basada en los CD que ya pose\u00edan.<\/p>\n
Debido a que la mayor\u00eda de los usuarios ten\u00edan m\u00f3dems de acceso telef\u00f3nico lentos, MP3.com tom\u00f3 un atajo, compr\u00f3 CD y los extrajo a los servidores de MP3.com. Cuando un cliente quer\u00eda a\u00f1adir un CD a su colecci\u00f3n, lo guardaba en su unidad de CD-ROM el tiempo suficiente para demostrar que era de su propiedad. Eso desbloquear\u00eda el acceso a copias de las mismas canciones ya almacenadas en los servidores de MP3.com.<\/p>\n
\u00abLo pensamos casi como un algoritmo de compresi\u00f3n\u00bb, nos dijo el fundador Michael Robertson en una entrevista telef\u00f3nica reciente. \u201cLo \u00fanico que hac\u00edamos era permitirte escuchar CD que ya ten\u00edas. No te est\u00e1bamos dando nada a lo que no tuvieras acceso\u201d.<\/p>\n
Seg\u00fan Robertson, MP3.com tambi\u00e9n se asoci\u00f3 con minoristas de CD en l\u00ednea para permitir la escucha instant\u00e1nea. \u201cTan pronto como compraste un CD, usamos el recibo digital como prueba\u201d para permitir la transmisi\u00f3n de canciones desde el CD.<\/p>\n
Cuando la industria discogr\u00e1fica present\u00f3 una demanda, MP3.com argument\u00f3 que todo esto estaba permitido por la doctrina de uso leg\u00edtimo de los derechos de autor. La Corte Suprema hab\u00eda dictaminado anteriormente que era un uso leg\u00edtimo \u00abcambiar el tiempo\u00bb de programas de televisi\u00f3n con una videograbadora. Y un tribunal de apelaciones hab\u00eda bendecido recientemente la m\u00fasica que \u201ccambiaba el espacio\u201d de un CD a un reproductor MP3. Entonces, \u00bfpor qu\u00e9 una empresa no deber\u00eda ayudar a los clientes a \u201cdesplazar\u201d su m\u00fasica comprada legalmente a trav\u00e9s de Internet?<\/p>\n
Un juez federal de Nueva York no se lo trag\u00f3. \u00abEl demandado compr\u00f3 decenas de miles de CD populares cuyos derechos de autor pose\u00edan los demandantes y, sin autorizaci\u00f3n, copi\u00f3 sus grabaciones en sus servidores inform\u00e1ticos\u00bb, escribi\u00f3 el juez Jed Rakoff en una decisi\u00f3n contra MP3.com.<\/p>\n<\/p><\/div>\n