{"id":1020452,"date":"2024-02-22T14:27:07","date_gmt":"2024-02-22T14:27:07","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/repasandolo-en-final-fantasy-vii-rebirth\/"},"modified":"2024-02-22T14:27:10","modified_gmt":"2024-02-22T14:27:10","slug":"repasandolo-en-final-fantasy-vii-rebirth","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/repasandolo-en-final-fantasy-vii-rebirth\/","title":{"rendered":"Repas\u00e1ndolo en Final Fantasy VII Rebirth"},"content":{"rendered":"


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Unas diez horas despu\u00e9s Final Fantasy VII Renacimiento<\/em>, me encontr\u00e9 con un grupo de ni\u00f1os jugando debajo de una imponente instalaci\u00f3n militar. Su patio de recreo era una zona de matorral envuelta en gas y eso les hac\u00eda actuar de forma extra\u00f1a. Cuando entraron en el miasma, \u00a1puf! \u2014 se convirtieron en ranas; cuando salieron, se transformaron nuevamente en sus seres humanos. Naturalmente, los ni\u00f1os se divirtieron a partir de estas circunstancias t\u00f3xicas, invitando al protagonista serio y de pelo puntiagudo, Cloud Strife, a unirse a ellos para un juego que bautizaron \u00absaltar rana\u00bb.<\/p>\n

Esta escena llega al meollo de lo que ha cambiado y lo que no, en Final Fantasy VII Renacimiento<\/em>, la segunda entrega de una lujosa reinvenci\u00f3n en tres partes del querido cl\u00e1sico de 1997. La primera entrada, 2020. Remake de Final Fantasy VII<\/em>, <\/em>fue un juego propulsor y casi completamente lineal a trav\u00e9s de la ciudad ciberpunk de Midgar, que comenz\u00f3 con un emocionante acto de sabotaje ecoterrorista y apenas afloj\u00f3 el ritmo a partir de entonces. Renacimiento<\/em>, por otro lado, es una gigantesca experiencia de mundo abierto que consta de distintas zonas conectadas por extravagantes mazmorras. Esto provoca un cambio notable en el acento: menos \u00e9nfasis en haciendo<\/em> (aunque todav\u00eda haces que las cosas se vuelvan locas) que simplemente dar testimonio de c\u00f3mo son las personas viviendo<\/em>. El alcance del juego se extiende a los oprimidos que trabajan (y juegan, como esos j\u00f3venes) bajo el yugo neofeudal de Shinra, la compa\u00f1\u00eda de energ\u00eda que tambi\u00e9n funciona como una ciudad-estado autocr\u00e1tica. Tambi\u00e9n lanza una mirada f\u00e9rrea sobre los pocos privilegiados que disfrutan de las riquezas en otros lugares. Como nuestro propio mundo actualmente pasando por eso<\/em>, Renacimiento<\/em> rebosa de injusticia, cuya magnitud se va desplegando lentamente a trav\u00e9s de su devastado entorno.<\/p>\n

Pero la historia comienza a una velocidad vertiginosa, retomando inmediatamente despu\u00e9s de los acontecimientos de Rehacer<\/em>. Grandes porciones de Midgar han quedado reducidas a escombros y el infame Sephiroth ha escapado. Entonces, el variopinto grupo de Cloud, Aerith, Tifa, Barrett y un perro parlante con mohawk llamado Red XIII se embarcan en el tipo de aventura de mundo abierto que los fan\u00e1ticos de la serie han clamado durante mucho tiempo. apostar\u00eda Renacimiento<\/em> est\u00e1 a la altura de sus elevadas expectativas.<\/p>\n

la secuela de Rehacer<\/em> presenta un mundo abierto m\u00e1s tradicional que el intento anterior de Square Enix en el g\u00e9nero, 2015. Final Fantasy XV<\/em> (criticado por muchos por su percepci\u00f3n de \u201cvac\u00edo\u201d). Esto es extenso, (en su mayor parte) hermoso y est\u00e1 lleno de todo tipo de cosas que hacer. Sigue el ritmo de t\u00edtulos de Ubisoft como Credo del asesino<\/em>: Sube a una especie de m\u00e1stil\/radar para escanear el \u00e1rea local, lo que luego revela una gran cantidad de tareas. Tambi\u00e9n es inc\u00f3modo y engorroso explorarlo a pie, por lo que querr\u00e1s pasar la mayor parte del tiempo a lomos de los chocobos emplumados, cuyos movimientos entrecortados, parecidos a los de los p\u00e1jaros, distraen menos que Cloud Strife que se mueve por el paisaje. Qu\u00e9 Renacimiento <\/em>lo que no ofrece es un mundo abierto emergente impulsado por la f\u00edsica en la l\u00ednea de los recientes zelda<\/em> juegos. M\u00e1s bien, sus mec\u00e1nicas, combate, exploraci\u00f3n y otras peque\u00f1as interacciones est\u00e1n ordenadamente aisladas unas de otras. Podr\u00eda representar un reino de naturaleza maravillosa y una colecci\u00f3n de criaturas salvajes, pero Renacimiento <\/em>nunca es rebelde; como tal, nunca alcanza las alturas de las obras m\u00e1s expresivas del g\u00e9nero.<\/p>\n

Eso no quiere decir que no haya majestuosidad en este mundo abierto. La calidad simplemente reside menos en c\u00f3mo se juega que en c\u00f3mo promueve lo que quiz\u00e1s sea el aspecto m\u00e1s duradero de FF7<\/em> \u2013 su alegor\u00eda ecol\u00f3gica inquebrantable (y no demasiado sutil). Millas de oleoductos Shinra serpentean a trav\u00e9s del paisaje, canalizando \u00abmako\u00bb (el equivalente de fuerza vital del petr\u00f3leo crudo en el juego) a los confines m\u00e1s amplios del sistema pol\u00edtico. En un momento dado, a punto de embarcarse en la escalada de una monta\u00f1a, Barrett le dice al grupo que no se emocionen demasiado con lo que podr\u00edan ver desde la cima. \u00abLa vista no es todo eso\u00bb, dice. \u00abNo, a menos que te guste mirar reactores en ruinas\u00bb. Pero si examinas las colinas onduladas y las enormes formaciones de acantilados, encontrar\u00e1s asentamientos de peque\u00f1a escala cuyos residentes se las arreglan como pueden. Los hippies de Crow’s Nest, por ejemplo, al carecer de la inclinaci\u00f3n activista de Cloud y sus conspiradores, pasan sus d\u00edas fumando shisha mientras escuchan country rock relajado.<\/p>\n

El mensaje resuena alto y claro: en tiempos de crisis, incluso los m\u00e1s resilientes necesitamos desahogarnos. Esto incluye a Cloud, Aerith, Tifa, Barrett y Red XIII, quienes participan en un conjunto completamente nuevo de minijuegos que incluyen una versi\u00f3n ca\u00f3tica del f\u00fatbol; el ya mencionado \u201csalto de rana\u201d; un juego de cartas llamado Queen’s Blood; y una simulaci\u00f3n de piano sorprendentemente profunda (y dif\u00edcil). Ninguno de ellos es la cima del dise\u00f1o de juegos (ciertamente no es rival para el combate de primera clase, que sigue siendo absolutamente emocionante), pero ilustran c\u00f3mo el estudio con sede en Tokio concibe la serie: como una \u00abcaja de juguetes\u00bb, seg\u00fan el productor de la serie Yoshinori Kitase. .<\/p>\n

\u201cToybox\u201d implica una especie de alegr\u00eda infantil (sorpresa, deleite) que ciertamente se encuentra en los momentos en los que rastreas la vida silvestre para encontrar \u201cfuentes de vida\u201d centelleantes. Pero Renacimiento<\/em> tambi\u00e9n tiene una vena adolescente a veces dolorosa, particularmente en su manejo de los intereses amorosos de Cloud, Tifa y Aerith, quienes a menudo se presentan como poco m\u00e1s que objetos de excitaci\u00f3n. (Una escena de playa roza el porno suave). Tambi\u00e9n es campamento, a veces tedioso (una b\u00fasqueda de b\u00fasqueda secundaria es puro relleno) y, sin embargo, finalmente aterriza en una armon\u00eda fascinante de personajes, historia y entorno infundidos con tonter\u00edas ligeras e intensidad emocional. Tal es el dise\u00f1o del mundo abierto, que a menudo parece que est\u00e1s dirigiendo figuras de acci\u00f3n sobre un set de juego magn\u00edfico y costoso, pero \u00a1qu\u00e9 set de juego es este! Y cuando aparecen las cinem\u00e1ticas con calidad cinematogr\u00e1fica, estas figuras de acci\u00f3n cobran vida.<\/p>\n

Si Rehacer<\/em> entreg\u00f3 la versi\u00f3n de Midgar que exist\u00eda en la imaginaci\u00f3n de los fan\u00e1ticos, luego Renacimiento<\/em> hace lo mismo para FF7<\/em> segundo acto expansivo. Desde el pintoresco municipio de Nibelheim hasta los riscos postindustriales de Corel y las \u00e1ridas tierras bald\u00edas de las afueras de Midgar, Cloud y sus compa\u00f1eros descubren una tierra al borde del desastre. Pero a\u00fan no ha sucumbido. Al contrario, este mundo sigue lleno de maravillas; su gente sigue contando historias; siguen jugando. As\u00ed que volvamos a esos ni\u00f1os que se entretienen entre los matorrales contaminados, transformados en ranas, sacando lo mejor de una situaci\u00f3n sin duda de mierda. Esa es la esencia de Renacimiento<\/em>, un juego sobre c\u00f3mo salir adelante en tiempos dif\u00edciles. A pesar de su evidente absurdo, es casi abrumadoramente identificable.<\/p>\n