{"id":1021304,"date":"2024-02-23T01:45:03","date_gmt":"2024-02-23T01:45:03","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/la-era-del-jazz-renace-en-encores-jellys-last-jam\/"},"modified":"2024-02-23T01:45:05","modified_gmt":"2024-02-23T01:45:05","slug":"la-era-del-jazz-renace-en-encores-jellys-last-jam","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/la-era-del-jazz-renace-en-encores-jellys-last-jam\/","title":{"rendered":"La era del jazz renace: \u00a1En Encores!, Jelly’s Last Jam"},"content":{"rendered":"


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\u00a1De los bises! produccion de La \u00faltima mermelada de Jelly,<\/em> en el Centro de la Ciudad.
\n Foto de : Joan Marcus<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\n

\u00a1Estamos en el punto de los Encores! carrera armamentista donde es impresionante cu\u00e1n elaborada es la producci\u00f3n que pueden lograr sus creadores durante un per\u00edodo de ensayo de diez d\u00edas. Los n\u00fameros del grifo en el renacimiento de City Center El \u00faltimo atasco de Jelly<\/em>, haza\u00f1as de sincronizaci\u00f3n y s\u00edncopa, coreografiadas por Dormeshia, que te transportan directamente a las calles de la Nueva Orleans de principios del siglo XX, o al \u00e9xtasis r\u00edtmico de un local de m\u00fasica de Chicago, son aut\u00e9nticas maravillas. A menudo, en los musicales comerciales de Broadway, se ve tap interpretado con algunos gui\u00f1os de iron\u00eda (por parte de mormones reprimidos o incluso de Calamardo), mientras que aqu\u00ed el movimiento es una causa en s\u00ed misma, fresca y viva.<\/p>\n

Eso es apropiado para un espect\u00e1culo sobre la invenci\u00f3n del jazz, o al menos sobre un hombre que reclamado<\/em> \u00e9l era el responsable de ello. El \u00faltimo atasco de Jelly<\/em> (originalmente en Broadway en 1992) toma a Jelly Roll Morton, el prodigio que se mitifica a s\u00ed mismo y que al menos populariz\u00f3 la forma y escribi\u00f3 algunas de sus primeras m\u00fasicas publicadas, y lo ubica en un club nocturno del purgatorio del m\u00e1s all\u00e1 apodado Jungle Inn. El verdadero Morton naci\u00f3 en una familia criolla en Nueva Orleans en 1890 y encontr\u00f3 el blues y otras formas tempranas de jazz en su adolescencia a trav\u00e9s de viajes al barrio rojo de la ciudad antes de viajar al norte y reconceptualizarse como una estrella en Chicago. Seg\u00fan el relato de George C. Wolfe, quien concibi\u00f3 el musical y dirigi\u00f3 su primera ejecuci\u00f3n, Morton se distanci\u00f3 de los m\u00fasicos de piel m\u00e1s oscura y neg\u00f3 su propia negritud. La exactitud de esa caracterizaci\u00f3n es discutible, pero como material tem\u00e1tico sobre el cual colgar un gran concepto musical, es una idea excelente. Estamos aqu\u00ed para revisar la historia de su vida y juzgar sus pecados, lo que a su vez se convierte en una forma de pensar sobre el odio a s\u00ed mismo y la apropiaci\u00f3n dentro de la historia de esta m\u00fasica. \u201cS\u00ed, el que bebe de la vid de la s\u00edncopa\u201d, anuncia el narrador del espect\u00e1culo, el \u201cChimney Man\u201d (Billy Porter, en su forma m\u00e1s elegante y siniestra), \u201cpero niega la tierra negra de la que naci\u00f3 este ritmo\u201d.<\/p>\n

La configuraci\u00f3n hace El \u00faltimo atasco de Jelly<\/em> \u00a1Perfecto para un Encores! Producci\u00f3n: es enormemente ambiciosa tem\u00e1ticamente, tiene fallas en todo tipo de formas intrigantes y rara vez se presenta, probablemente debido a todo eso, y como beneficio adicional, todo puede tener lugar en un solo set. El director Robert O’Hara y el dise\u00f1ador esc\u00e9nico Clint Ramos han conjurado aqu\u00ed una siniestra versi\u00f3n en negro y oro del Jungle Inn en el escenario del City Center, brindando el aire de un club de mala muerte donde alguien podr\u00eda tener una hora oscura del alma varias veces. horas despu\u00e9s de la medianoche. El programa depende de tener un Morton que pueda ser encantador ya que tiene forma de serpiente y, afortunadamente, el papel encaja con Nicholas Christopher como uno de los 27 trajes a medida de su personaje. Christopher, que hace apenas unas semanas defend\u00eda el papel de Sweeney Todd entre Josh Groban y Aaron Tveit, es fant\u00e1stico: bastante temprano en el programa, empiezas a preguntarte qu\u00e9 no puede hacer: bailar, escupir letras a una velocidad alarmante, cantar. , seducir al p\u00fablico con una sonrisa ir\u00f3nica o lograr una crisis persuasiva. Tambi\u00e9n es muy ganador cuando comparte escenario, ya sea frente a su entusiasta yo m\u00e1s joven (Alaman Diadhiou), ascendiendo en el mundo con el compa\u00f1ero de piel m\u00e1s oscura con el que finalmente se vuelve contra (John Clay III), o mientras intenta seducir. la \u00fanica mujer que Morton parec\u00eda no poder superar (la reciente ganadora del Tony, Joaquina Kalukango, tambi\u00e9n chisporroteando). Te alejas con la esperanza de poder ver a Christopher en otro papel protag\u00f3nico, y pronto.<\/p>\n

La partitura se basa en la propia m\u00fasica de Jelly Roll Morton, con letra de Susan Birkenhead y algo de m\u00fasica adicional de Luther Henderson, y sirve como escaparate del genio de Morton, as\u00ed como del talento del elenco estrella de esta producci\u00f3n. Jason Michael Webb, el director musical invitado, llena el teatro con sonido y energ\u00eda, haciendo que el primer acto parezca una serie de crescendos dram\u00e1ticos, cada uno superando al anterior. Hay solos perfectos para las muchas figuras de la vida de Morton, cada uno de ellos interpretado por una estrella de teatro negra. En apariciones m\u00e1s breves, Leslie Uggams gira el cuchillo como la decepcionada abuela criolla de Morton, y Tiffany Mann interpreta a la cantante de blues Miss Mamie con la ayuda del cornetista de Okieriete Onaodowan, Buddy Bolden. Sin embargo, las presencias esc\u00e9nicas m\u00e1s efectivas pueden ser el tr\u00edo de esbeltos Hunnies (Mamie Duncan-Gibbs, Stephanie Pope Lofgren y Allison M. Williams) que acechan el escenario como interpretaciones de las Destinos de la Era del Jazz. Son a la vez sensuales y et\u00e9reamente inhumanos, y no s\u00f3lo porque puedan deslizar las piernas sobre sus cabezas con facilidad.<\/p>\n

El \u00faltimo atasco de Jelly<\/em>El primer acto se convierte en una secuencia combustible e inquietante en la que Morton, actuando por celos contra Jack el Oso, intenta obligarlo a usar un abrigo de portero y luego baila frente a un conjunto que usa esos abrigos mientras imita la est\u00e9tica de juglar\u00eda. Es un signo de puntuaci\u00f3n emocionante e inquietante en el drama: retroceda un poco m\u00e1s y piense en cu\u00e1nto depende la forma musical estadounidense del sonido del jazz, y luego en c\u00f3mo El \u00faltimo atasco de Jelly<\/em> act\u00faa como una precuela art\u00edstica del trabajo de Wolfe en Arrastrar<\/em>. Pero el segundo acto del programa no puede seguir todas las ideas arrojadas en el primero. Ahora (y aparentemente entonces, seg\u00fan el peri\u00f3dico New York Veces<\/em> revisar), El \u00faltimo atasco de Jelly<\/em> regresa de ese explosivo comienzo a intermedio, y la mitad posterior se siente como una coda corta. Morton se dirige a Nueva York, donde no puede avanzar en Harlem ni con los empresarios blancos depredadores del centro (como vemos a los \u00fanicos miembros blancos del elenco del programa), y luego, cada vez m\u00e1s disoluto, termina en Los \u00c1ngeles, camino de su muerte. . El contrapunto entre Morton y el Hombre de la Chimenea pierde fuerza, mientras el propio Wolfe lucha por llegar a un juicio y el gui\u00f3n se llena de declaraciones grandilocuentes y vac\u00edas. O’Hara y su producci\u00f3n logran bien la grandeza de una secuencia f\u00fanebre final, pero todo sigue siendo abrupto e incompleto. Sin embargo, eso no disminuye la sensaci\u00f3n el\u00e9ctrica de todo lo que vino antes. En cambio, te sientes agradecido de que el programa ya haya trabajado tanto para luchar con Morton, con el jazz y con el musical en s\u00ed.<\/p>\n

El \u00faltimo atasco de Jelly Est\u00e1 en el centro de la ciudad de Nueva York hasta el 3 de marzo.<\/em>.<\/p>\n