\n
Mantenlo en movimiento<\/h2>\n
\n Bienvenidos a la secci\u00f3n de deportes de Cut. Como tu bar deportivo favorito, pero sin explicaciones.<\/em>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/aside><\/div>\n DJ Rock, Tray Drew, Max Adler y Colline Laninga dentro del OutBox Gym.
\n Foto de : Justin J Wee<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\nEn una fr\u00eda tarde de enero, el personal del OutBox Gym, de propiedad y operaci\u00f3n trans, (Max Adler, Colline Laninga, DJ Rock y Tray Drew) se reuni\u00f3 en Williamsburg, Brooklyn, con el fot\u00f3grafo Justin J. Wee. La primera mitad de la sesi\u00f3n fue al aire libre, frente a la entrada del gimnasio, bajo la ef\u00edmera luz del sol del invierno. La ropa de entrenamiento en interiores rara vez se presta para proteger contra los elementos amargos, y el aire estaba tan fr\u00edo que parec\u00eda una broma. Entre cambios de equipo, el equipo us\u00f3 mantas espaciales; Adler hizo dominadas para mantenerse abrigado.<\/p>\n
OutBox, en idea y espacio, es un ant\u00eddoto, una forma de contrarrestar los tipos de divisi\u00f3n que acechan al mundo del fitness en general. Semanas antes del rodaje, USA Boxing, el m\u00e1ximo organismo rector del deporte, public\u00f3 sus directrices actualizadas para atletas trans. Para poder competir, las mujeres trans mayores de 18 a\u00f1os tendr\u00edan que haberse sometido a una cirug\u00eda de reasignaci\u00f3n genital y someterse a pruebas hormonales trimestrales durante al menos los cuatro a\u00f1os siguientes. Las reglas, medievalmente cl\u00ednicas, refractan una par\u00e1lisis mucho mayor en el deporte profesional sobre qui\u00e9n puede competir y c\u00f3mo. A pesar de todo el trabajo que una forma humana puede hacer, de los extremos que puede llegar para fortalecerse y sanarse, todav\u00eda existen regulaciones institucionales sobre los espacios m\u00e1s \u00edntimos del cuerpo f\u00edsico.<\/p>\n
\u00abUSA Boxing realmente dirige el mundo del boxeo profesional\u00bb, dice Laninga. \u201cEs dif\u00edcil querer o necesitar ser certificado por ellos, porque lo que viene con eso es un arma de doble filo. El deporte trans realmente no est\u00e1 en un buen lugar\u201d.<\/p>\n
Hoy en d\u00eda, OutBox tiene una direcci\u00f3n c\u00f3moda y un ambiente sencillo. El gimnasio est\u00e1 ubicado dentro de un garaje reformado y el espacio est\u00e1 preparado para soportar el trabajo, el sudor y la sangre ocasional que se dedica al entrenamiento. Como cualquier buena historia de deportes desamparados, sus or\u00edgenes fueron humildes y suenan con el contenido de los documentales de Netflix. Durante el pico de estancamiento de la pandemia, Adler y Laninga, antiguos compa\u00f1eros de cuarto y eventualmente vecinos, impartieron una clase de boxeo semanal al aire libre en un parque p\u00fablico frente a su edificio de departamentos compartidos. Los gimnasios volvieron a abrir, pero Adler, que hab\u00eda comenzado la transici\u00f3n m\u00e9dica unos meses despu\u00e9s del cierre global, se dio cuenta de lo inc\u00f3modos que eran algunos de esos espacios. Comenz\u00f3 una cuenta de Instagram para promover una clase que ofrecer\u00eda acceso de fortalecimiento y acondicionamiento a la comunidad trans, no conforme con el g\u00e9nero y LGBTQ+. M\u00e1s de 20 personas se inscribieron para la primera versi\u00f3n esa primavera, por lo que pidi\u00f3 la ayuda de Laninga para ejecutarla.<\/p>\n