Thomas Mutch<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\nPeque\u00f1as palas de rotor, motores el\u00e9ctricos y c\u00e1maras se encuentran esparcidos sobre los bancos de trabajo. Serhi, un experto en TI de 45 a\u00f1os, y sus colegas tienen una visi\u00f3n general. En su estudio de artesan\u00eda, una sala polvorienta y mal iluminada en la ciudad de Kharkiv, en el este de Ucrania, construyen cada semana docenas de drones para el ej\u00e9rcito. La ubicaci\u00f3n es secreta y no deber\u00eda ser el objetivo de un ataque a\u00e9reo ruso. La m\u00fasica heavy metal suena desde un iPhone sobre una gran mesa en el medio del estudio.<\/p>\n
\u00abYa he perdido a muchos amigos y familiares en esta guerra\u00bb, dice Serhi, \u00abpor eso quiero salvar a la mayor cantidad posible de nuestra gente en el frente\u00bb. Su trabajo es trabajar por la victoria de Ucrania. As\u00ed es como \u00e9l lo ve. Los drones kamikaze son la contribuci\u00f3n de Serhi a esto. Financia la construcci\u00f3n del avi\u00f3n mediante donaciones.<\/p>\n
Los componentes de los drones son productos importados baratos, normalmente de China. Serhi y sus ayudantes los ensamblan y los convierten en m\u00e1quinas voladoras. Cuando est\u00e1n equipados con un dispositivo explosivo, los drones FPV se convierten en un arma mortal. FPV significa \u00abvista en primera persona\u00bb: el soldado dirige la bomba voladora directamente al objetivo a trav\u00e9s de la c\u00e1mara del dron. Los rusos tambi\u00e9n lo vienen haciendo desde hace mucho tiempo. Pero debido a que el suministro de cohetes y municiones de artiller\u00eda de Occidente ha disminuido tanto, los drones se han convertido en la \u00faltima arma para detener el avance ruso.<\/p>\n
Civiles con conocimientos t\u00e9cnicos han creado docenas de talleres de bricolaje en Ucrania, en los que ahora se fabrican armas para tapar los agujeros de la ayuda militar de los pa\u00edses de la OTAN, pero tambi\u00e9n de su propia industria armament\u00edstica. Resulta que los drones son m\u00e1s baratos y m\u00e1s r\u00e1pidos de producir. Un solo proyectil de artiller\u00eda de calibre 155 mil\u00edmetros cuesta ahora hasta 8.500 d\u00f3lares, sin incluir el transporte y otros esfuerzos log\u00edsticos para llevar las municiones al frente.<\/p>\n
Un dron de producci\u00f3n local, por otro lado, puede estar en manos de su piloto en cuesti\u00f3n de horas, con un dispositivo explosivo adjunto. Serhi y sus amigos construyeron drones por unos cientos de d\u00f3lares. Incluso los drones m\u00e1s grandes y caros, que est\u00e1n equipados con una c\u00e1mara termogr\u00e1fica para operaciones nocturnas y son reutilizables porque sueltan sus cargas explosivas, cuestan s\u00f3lo unos 30.000 d\u00f3lares. Y, por tanto, s\u00f3lo una fracci\u00f3n de un ob\u00fas.<\/p>\n
Los pilotos de drones ucranianos est\u00e1n logrando un \u00e9xito espectacular, como lo demuestra recientemente el v\u00eddeo de un ataque a un almac\u00e9n detr\u00e1s de las l\u00edneas del frente en la parte de Ucrania ocupada por Rusia. Los soldados introdujeron varios drones en la sala y destruyeron carros de combate, ca\u00f1ones antia\u00e9reos y veh\u00edculos blindados. <\/p>\n
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