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El multimillonario Martin Haefner quiere salvar al productor de acero con hasta 300 millones de francos. Pero hay una cosa que se niega a hacer: nombrar a uno de los hombres de confianza del copropietario Peter Spuhler para el puesto presidencial. <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/div>\n\n <\/div>
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\u201cTampoco hay amigos m\u00edos en la junta directiva de Amag\u201d: Martin Haefner, propietario de Amag y gran inversor de Swiss Steel.<\/h2>\n Simon Tanner \/ NZZ<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\nCuando le haces una pregunta a Martin Haefner en una conversaci\u00f3n personal, lo primero que suele seguir es una pausa. El presidente del consejo de administraci\u00f3n y \u00fanico propietario del importador de autom\u00f3viles Amag agacha la cabeza y reflexiona antes de empezar a responder.<\/p>\n
En estos momentos hay un tema que le hace reflexionar: Haefner, que este a\u00f1o cumpli\u00f3 70 a\u00f1os, quiere volver a invertir dinero en la tambaleante empresa sider\u00fargica Swiss Steel. Le gustar\u00eda recaudar hasta 300 millones de francos para sacar de la crisis a la empresa, que cuenta con casi 9.000 empleados y acer\u00edas en Europa y Am\u00e9rica del Norte. Ser\u00edan las \u201ctres veces y media\u201d que salvar\u00eda a la empresa del colapso, seg\u00fan dice. Hasta la fecha ya ha invertido alrededor de 600 millones en Swiss Steel.<\/p>\n
Haefner parece sorprendentemente tranquilo. Dice que ha experimentado cosas peores durante su etapa como inversor y miembro temporal de la junta directiva de Swiss Steel. Pero tambi\u00e9n tiene que admitir que de vez en cuando la situaci\u00f3n le quita el sue\u00f1o.<\/p>\n
Una de las razones de esto es la lucha de poder entre los inversores. Haefner se enfrenta a alguien que dif\u00edcilmente podr\u00eda ser m\u00e1s diferente que \u00e9l: Peter Spuhler, el tercer mayor accionista de Swiss Steel. Aqu\u00ed est\u00e1 el jovial hombre hecho a s\u00ed mismo, que se llama a todos por su nombre de pila, a veces tambi\u00e9n sin camisa y ruidoso. All\u00ed, el heredero del Grupo Amag y empresario al final de su carrera, reservado, reacio al protagonismo, distante y amigable.<\/p>\n
Disputa sobre la junta directiva<\/span><\/h2>\nHasta ahora, los distintos personajes parec\u00edan formar una combinaci\u00f3n perfecta. Spuhler corri\u00f3 al lado de Haefner para salvar a Swiss Steel y hoy posee alrededor del 20 por ciento de la empresa. A cambio, Haefner ayud\u00f3 a Spuhler en el fabricante de maquinaria textil Rieter y tambi\u00e9n se convirti\u00f3 en uno de los mayores accionistas del proveedor de autom\u00f3viles Autoneum, del que Peter Spuhler es el principal accionista. A ambos les une hasta el d\u00eda de hoy el apasionado inter\u00e9s por preservar Suiza como lugar industrial.<\/p>\n
Pero ahora hay una grieta en esta relaci\u00f3n. La composici\u00f3n de la presidencia del consejo de administraci\u00f3n de Swiss Steel es controvertida. All\u00ed se encuentra hoy el ex director de Swisscom, Jens Alder, quien, como algunos dicen, es el hombre de confianza de Martin Haefner. Como \u201cpresidente independiente del consejo de administraci\u00f3n\u201d, como lo ven los propios Alder y Haefner.<\/p>\n\n <\/div>
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El empresario Peter Spuhler desea nombrar a un delegado sindical como presidente de Swiss Steel. <\/h2>\n Arthur Gamsa \/ CH Media<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n\u00abCuando Peter Spuhler se uni\u00f3 a Swiss Steel como inversor, no ten\u00eda ninguna objeci\u00f3n a Alder\u00bb, recuerda Haefner, mirando hacia atr\u00e1s. Pero el verano pasado la crisis de la empresa empeor\u00f3. Spuhler se da vuelta. Quienes rodean a Alder son acusados \u200b\u200bde vacilaci\u00f3n y presionan para que se sustituya inmediatamente. El plan de Spuhler: un equipo muy unido deber\u00eda cambiar las cosas. A la cabeza, el nuevo presidente estar\u00eda uno de los hombres de confianza de Spuhler: Barend Fruithof, que ya forma parte del consejo de administraci\u00f3n de Swiss Steel.<\/p>\n
No hay soluci\u00f3n para Haefner<\/span><\/h2>\nPero esa no es ni sigue siendo una soluci\u00f3n para Haefner. \u00abUn cambio as\u00ed habr\u00eda llevado tiempo y habr\u00eda generado inestabilidad\u00bb, afirma. Pero sobre todo: \u201cLa ampliaci\u00f3n de capital no se podr\u00eda haber evitado as\u00ed\u201d.<\/p>\n
Cuando se trata de ocupar la presidencia, se juntan perspectivas irreconciliables. Por un lado, el sistema Spuhler, que se basa en equipos de cuerdas y compa\u00f1eros. Por otro lado, el sistema Haefner, que se centra en la buena gesti\u00f3n empresarial \u2013en ingl\u00e9s \u201cgoodgobernance\u201d\u2013. \u201cEn la junta directiva de Amag no hay ning\u00fan amigo m\u00edo\u201d, afirma Haefner. La raz\u00f3n: \u00abLos consejos de administraci\u00f3n no funcionan eficazmente si siempre tienen que representar los intereses especiales de los copropietarios individuales\u00bb.<\/p>\n
Sin embargo, no est\u00e1 descartado que Haefner d\u00e9 a Peter Spuhler m\u00e1s influencia, es decir, si ampl\u00eda su compromiso financiero al menos tanto como lo est\u00e1 haciendo ahora. \u00abPero si soy yo quien garantizo la ampliaci\u00f3n de capital y, como con diferencia el mayor accionista, tambi\u00e9n asumo una gran responsabilidad, entonces pretendo establecer los principios seg\u00fan los cuales funciona el consejo de administraci\u00f3n\u00bb, afirma Haefner.<\/p>\n