{"id":1054051,"date":"2024-03-17T11:03:30","date_gmt":"2024-03-17T11:03:30","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/conflicto-tarifario-con-el-ferrocarril-se-han-vuelto-perezosos-los-alemanes\/"},"modified":"2024-03-17T11:03:33","modified_gmt":"2024-03-17T11:03:33","slug":"conflicto-tarifario-con-el-ferrocarril-se-han-vuelto-perezosos-los-alemanes","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/conflicto-tarifario-con-el-ferrocarril-se-han-vuelto-perezosos-los-alemanes\/","title":{"rendered":"Conflicto tarifario con el ferrocarril: \u00bfse han vuelto perezosos los alemanes?"},"content":{"rendered":"


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El sindicato de maquinistas GDL est\u00e1 a punto de lograr una negociaci\u00f3n exitosa: en el conflicto colectivo con el ferrocarril podr\u00eda prevalecer con su demanda de reducci\u00f3n de jornada. Pero esto ser\u00eda una se\u00f1al fatal, porque en Alemania ya se trabaja mucho menos que en Suiza y otros pa\u00edses.<\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/div>\n

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Bueno para los maquinistas, malo para el pa\u00eds: el jefe sindical Claus Weselsky puede esperar concesiones de la empresa ferroviaria.<\/h2>\n

Imago\/Marta Ron<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

Y ahora: en el conflicto colectivo entre Deutsche Bahn y el sindicato alem\u00e1n de maquinistas de locomotoras (GDL), que lleva semanas estancado est\u00e1 surgiendo un acuerdo<\/a> lejos. \u00abAmbas partes conf\u00edan en poder anunciar un resultado la pr\u00f3xima semana\u00bb, dijeron las partes en conflicto el s\u00e1bado. El GDL quiere abstenerse de realizar m\u00e1s huelgas hasta entonces.<\/p>\n

Al principio no estaba claro en qu\u00e9 puntos de conflicto se podr\u00eda llegar a un acuerdo y en cu\u00e1les no. Simplemente se dijo que las negociaciones fueron \u201cintensivas pero constructivas\u201d, pero por lo dem\u00e1s se acord\u00f3 guardar silencio. Al menos para los pasajeros de la compa\u00f1\u00eda ferroviaria estatal, esta es una buena noticia a dos semanas de Semana Santa.<\/p>\n

El punto central de las negociaciones recientemente fue el conflicto sobre la reducci\u00f3n de la jornada laboral de los trabajadores por turnos de 38 a 35 horas semanales, como exige el GDL, con el mismo salario. El ferrocarril ya se hab\u00eda mostrado dispuesto a reducir la jornada laboral a 36 horas en dos pasos hasta 2028 sin p\u00e9rdidas econ\u00f3micas. Pero el jefe de GDL, Claus Weselsky, no se involucr\u00f3.<\/p>\n

Los sindicatos piden una semana de cuatro d\u00edas<\/span><\/h2>\n

Si los maquinistas logran imponerse en este punto controvertido, no s\u00f3lo ser\u00eda un gran \u00e9xito para el jefe sindical Weselsky. Un acuerdo de este tipo tambi\u00e9n enviar\u00eda una se\u00f1al que ir\u00eda mucho m\u00e1s all\u00e1 de la industria ferroviaria. <\/p>\n

La demanda de jornadas laborales m\u00e1s cortas est\u00e1 firmemente arraigada desde hace mucho tiempo en el repertorio de los sindicatos del pa\u00eds. Por ejemplo, el sindicato industrial IG Metall se ha sumado a la causa de la introducci\u00f3n de la semana de cuatro d\u00edas. En las pr\u00f3ximas negociaciones colectivas que se celebrar\u00e1n en oto\u00f1o de 2024, el sindicato todav\u00eda quiere centrarse en sueldos y salarios m\u00e1s altos, no en jornadas laborales m\u00e1s cortas. Al menos eso es lo que anunci\u00f3 IG Metall el a\u00f1o pasado.<\/p>\n

Si el sindicato de maquinistas sale victorioso de la ronda de negociaciones, otros sindicatos tambi\u00e9n deber\u00edan pensar detenidamente si los objetivos de la negociaci\u00f3n deber\u00edan ajustarse nuevamente. Por ello, los empresarios esperan con nerviosismo y preocupaci\u00f3n las negociaciones de los pr\u00f3ximos d\u00edas. \u201cSi esto se lleva a cabo, tendremos un gran problema\u201d, afirm\u00f3 al NZZ el director general de una gran asociaci\u00f3n empresarial.<\/p>\n

Pero la presi\u00f3n del GDL para reducir la jornada laboral tambi\u00e9n es vista cr\u00edticamente en la pol\u00edtica. Ahora hay \u201cdemasiadas huelgas por cada vez menos trabajo\u201d en Alemania, afirm\u00f3 el mi\u00e9rcoles pasado el ministro federal de Econom\u00eda, Robert Habeck, refiri\u00e9ndose tambi\u00e9n al conflicto entre los maquinistas y los ferrocarriles. <\/p>\n

Los suizos trabajan 240 horas m\u00e1s<\/span><\/h2>\n

Los n\u00fameros le dan la raz\u00f3n al ministro. Alemania se encuentra en el extremo inferior de Europa en cuanto a jornada laboral, afirma Michael H\u00fcther, director del Instituto Econ\u00f3mico Alem\u00e1n (IW), al NZZ. \u00abUn trabajador a tiempo completo en Suiza, por ejemplo, trabaja casi 240 horas m\u00e1s al a\u00f1o que un empleado en Alemania\u00bb. La situaci\u00f3n es muy similar en los pa\u00edses vecinos del norte, como Suecia o Dinamarca.<\/p>\n

Esto afecta duramente a las empresas alemanas porque, de todos modos, llevan a\u00f1os teniendo enormes problemas para encontrar suficientes trabajadores cualificados. Y esta evoluci\u00f3n s\u00f3lo empeorar\u00e1 a medida que la sociedad envejezca. \u00abPara garantizar la prosperidad del pa\u00eds, los empleados deben estar preparados para trabajar m\u00e1s horas\u00bb, afirm\u00f3 H\u00fcther.<\/p>\n

Los efectos positivos no deben subestimarse: \u00abSi todos los empleados trabajaran dos horas m\u00e1s por semana y, por tanto, 100 horas m\u00e1s al a\u00f1o, la p\u00e9rdida de trabajadores debido al cambio demogr\u00e1fico que se producir\u00e1 hasta 2030 podr\u00eda compensarse en cierta medida\u00bb. Esta ampliaci\u00f3n de la jornada laboral no s\u00f3lo es deseable, sino tambi\u00e9n inevitable: \u00abLa esperanza de los pol\u00edticos de cerrar la brecha laboral con la inmigraci\u00f3n est\u00e1 lejos de ser una realidad\u00bb, opina H\u00fcther.<\/p>\n

A un tercio de los empleados le gustar\u00eda trabajar menos<\/span><\/h2>\n

Sin embargo, es dudoso que en un futuro pr\u00f3ximo se produzca un cambio de mentalidad entre los empleados alemanes. Una encuesta realizada recientemente por el instituto de investigaci\u00f3n IW de H\u00fcther entre 5.000 empleados revel\u00f3 que casi un tercio de los empleados alemanes desear\u00eda que se redujera su jornada laboral semanal. A otro tercio le gustar\u00eda repartir su jornada laboral en menos d\u00edas, es decir, repartir las 40 horas semanales de trabajo en cuatro d\u00edas en lugar de cinco.<\/p>\n

La nueva renuencia alemana a trabajar es un problema del que los pol\u00edticos tienen parte de culpa. El economista Friedrich Heinemann est\u00e1 convencido de ello.<\/a> \u00abLos aumentos salariales en Alemania est\u00e1n cargados con impuestos adicionales tan altos que muchos empleados simplemente carecen del incentivo para trabajar m\u00e1s tiempo\u00bb, dice Heinemann, que investiga las finanzas p\u00fablicas como economista en el Centro de Investigaci\u00f3n Econ\u00f3mica Europea (ZEW) en Mannheim.<\/p>\n

La culpa la tiene la estructura del sistema fiscal, explica Heinemann. Porque mientras las autoridades fiscales y los fondos de seguridad social sigan reteniendo el salario base, cada euro adicional se cargar\u00eda con los llamados impuestos fronterizos. Esta es la cantidad de impuestos y contribuciones a la seguridad social que se deben pagar por los aumentos salariales.<\/p>\n

Y estos impuestos fronterizos pueden generar cargas masivas incluso sobre los salarios promedio. Heinemann calcula: \u201cSi un trabajador promedio de la industria negocia con su empleador un aumento salarial de 100 euros, s\u00f3lo 41 euros terminar\u00e1n en su billetera. El Estado recauda los 59 euros restantes mediante impuestos y cotizaciones a la seguridad social\u201d. El importe de los impuestos fronterizos ronda el 60 por ciento, afirma el economista.<\/p>\n

Lo que a su vez significar\u00eda: no s\u00f3lo los empleados en Alemania tendr\u00e1n que repensar las cosas en el futuro, sino que los pol\u00edticos tambi\u00e9n pueden ofrecer incentivos para despertar el deseo de trabajar en el pa\u00eds.<\/p>\n

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