Cada uno de los proyectos del comediante Julio Torres ha hablado de su capacidad para contar historias moldeadas tanto por su imaginaci\u00f3n distintiva como por su profunda comprensi\u00f3n de las idiosincrasias hiperespec\u00edficas que hacen que las personas raras sean interesantes. En SNL<\/em> bocetos como \u201cPozos para ni\u00f1os<\/a>,\u00bb y su ef\u00edmero<\/a> serie hbo Los Espookys<\/em><\/a>, Torres cre\u00f3 ventanas a mundos absurdos que parec\u00edan lugares que s\u00f3lo podr\u00edas visitar en tus sue\u00f1os. Pero con A24 problemista<\/em><\/a> \u2014 <\/em>que escribi\u00f3, dirigi\u00f3 y protagoniza: Torres usa sus poderes creativos para pintar un cuadro cuya belleza se basa en lo real y emocionalmente honesto que se siente.<\/p>\n<\/div>\n Inspirado por la propia experiencia de Torres al emigrar a los EE.UU., problemista <\/em>cuenta la historia de Alejandro, un aspirante a fabricante de juguetes de El Salvador que viaja a Estados Unidos con la esperanza de cumplir su sue\u00f1o de trabajar para Hasbro. Como hijo \u00fanico de la artista Dolores (Catalina Saavedra), Alejandro crece experimentando su peque\u00f1o rinc\u00f3n del mundo como un lugar m\u00e1gico y vibrante que alimenta su imaginaci\u00f3n \u00fanica. Cuando un joven Alejandro (Logan J. Alarc\u00f3n-Poucel) desea una casa de juegos de tama\u00f1o natural, parecida a un castillo, donde pueda contemplar sus sentimientos, Dolores usa sus talentos para hacer realidad su sue\u00f1o, no solo porque puede sino tambi\u00e9n porque quiere. hacerle comprender que \u00e9l tambi\u00e9n es capaz de transformar las ideas en realidad. <\/p>\n<\/div>\n Dolores tambi\u00e9n quiere que Alejandro sepa que ella siempre lo amar\u00e1 y apoyar\u00e1 sus decisiones, las cuales, seg\u00fan sus sue\u00f1os, alg\u00fan d\u00eda lo llevar\u00e1n a grandes cosas. Pero cuando finalmente llega el momento de que Alejandro se vaya por su cuenta, Dolores no puede evitar sentir que lo est\u00e1 enviando a un mundo que no es lo suficientemente bueno para un alma tan sensible como la suya.<\/p>\n<\/div>\n A trav\u00e9s del impecablemente poco convencional dise\u00f1o de producci\u00f3n de Katie Byron y la narraci\u00f3n en off de Isabella Rossellini, problemista <\/em>te da pistas de c\u00f3mo, m\u00e1s que ser una simple cr\u00f3nica del viaje de Alejandro a Am\u00e9rica, es en realidad una especie de cuento de hadas sobre un hombre profundamente sensible y protegido que descubre lo que significa perseguir sus pasiones.<\/p>\n<\/div>\n Llegar a la ciudad de Nueva York y encontrar un lugar donde quedarse son pasos importantes en el camino de Alejandro hacia Hasbro, donde espera que sus ideas para Cabbage Patch Kids, obsesionados con las redes sociales, y Barbies psicol\u00f3gicamente manipuladoras<\/a> podr\u00eda conseguirle un trabajo de nivel b\u00e1sico. Sin embargo, las esperanzas no pagan exactamente las cuentas. Y como inmigrante, la capacidad de Alejandro para permanecer en Estados Unidos depende de que encuentre un trabajo dispuesto a patrocinarlo antes de que se le acabe el tiempo. Es la necesidad, m\u00e1s que cualquier otra cosa, lo que lleva a Alejandro a trabajar en una startup de criogenia especializada en artistas de congelaci\u00f3n como Bobby (RZA) que quieren despertar siglos en el futuro. Pero parece ser el destino el que le presenta a Alejandro a Elizabeth (Tilda Swinton), la esposa ferozmente beligerante y cr\u00edtica de arte de Bobby, la misma tarde en que lo despiden.<\/p>\n<\/div>\n Mientras que la atm\u00f3sfera caprichosa de alegr\u00eda que problemista <\/em>Lo que lleva a cabo nunca se desvanece, se vuelve mucho m\u00e1s desquiciado una vez que Elizabeth entra en escena con una propuesta para que Alejandro se convierta en el m\u00e1s nuevo de una lista aparentemente larga de asistentes con exceso de trabajo. En Elizabeth, un campo de distorsi\u00f3n de la realidad viviente cuya mecha es tan corta como ruidosa su vestimenta, Alejando puede ver a una mujer de luto que, en \u00faltima instancia, quiere ser vista y escuchada m\u00e1s de lo que realmente quiere luchar. Pero gritar es el modo predeterminado de Elizabeth, y mientras la mayor\u00eda de la gente experimenta sus arrebatos de ira como rabietas ordinarias, Alejandro los visualiza como una serie de batallas entre un monstruo sediento de sangre y sus v\u00edctimas indefensas.<\/p>\n<\/div>\n