El ata\u00fad de la realeza original estall\u00f3<\/span><\/h2>\nEl enga\u00f1o real comenz\u00f3 con Guillermo I, el normando. Desembarc\u00f3 en el sur de Inglaterra a mediados del siglo XI, primero para controlar a los nobles locales y luego para fundar la familia real brit\u00e1nica. En su coronaci\u00f3n, \u00e9l mismo hizo proclamar a Cristo en la Tierra, y los presentes tuvieron que aplaudir para confirmar que hab\u00edan aceptado al nuevo rey \u201cpor libre elecci\u00f3n\u201d. El trato brutal que William dio a sus enemigos, incluidos varios primos e incluso su propio hijo, puede haber convencido a los \u00faltimos esc\u00e9pticos a cotillear.<\/p>\n
La realeza original tambi\u00e9n llam\u00f3 la atenci\u00f3n al engordar espectacularmente en los \u00faltimos a\u00f1os de su vida. El rey de Francia record\u00f3 a una mujer embarazada cuando lo vio. Durante el funeral de William, el ata\u00fad estall\u00f3 y, seg\u00fan la tradici\u00f3n, \u201cllen\u00f3 la iglesia de mal olor\u201d<\/em>.<\/p>\nCarlos II san\u00f3 con \u201cKing\u2019s Touch\u201d<\/span><\/h2>\nSin embargo, esta verg\u00fcenza no termin\u00f3 ah\u00ed. Los miembros de la realeza posteriores tambi\u00e9n se expusieron considerablemente. Era a\u00fan m\u00e1s importante hacer creer a los s\u00fabditos que ellos, la realeza, estaban un poco m\u00e1s cerca de Dios, a pesar de todo.<\/p>\n
Se les ocurrieron muchas ideas para esto. Por ejemplo este El toque del rey<\/em>,<\/em> que practicaron hasta el siglo XVIII. Los reyes \u201ccuraban\u201d a los enfermos mediante la imposici\u00f3n de manos. Las personas que subieron al trono eran principalmente pacientes que padec\u00edan tuberculosis cut\u00e1nea, una enfermedad que en la fase aguda parece bastante aterradora, pero cuyas p\u00fastulas a menudo desaparecen por s\u00ed solas. <\/p>\nCarlos II, antepasado directo del actual rey, desarroll\u00f3 una actividad milagrosa casi obsesiva. \u201cCur\u00f3\u201d a decenas de miles de brit\u00e1nicos entre 1660 y 1685, compensando una exuberante vida privada que alternaba con numerosas amantes, entre ellas la popular actriz Nell Gwyn. Una vez, cuando los transe\u00fantes se acercaron a su carruaje porque sospechaban que el compa\u00f1ero de juegos cat\u00f3lico de Charles estaba dentro, Gwyn mir\u00f3 por la ventana y dijo claramente: \u00abEst\u00e1n equivocados, gente. Soy la puta protestante.\u00bb<\/p>\n