{"id":1070308,"date":"2024-03-29T20:56:30","date_gmt":"2024-03-29T20:56:30","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/un-josh-oconnor-de-ojos-tristes-asalta-tumbas-en-la-encantadora-y-misteriosa-la-chimera\/"},"modified":"2024-03-29T20:56:32","modified_gmt":"2024-03-29T20:56:32","slug":"un-josh-oconnor-de-ojos-tristes-asalta-tumbas-en-la-encantadora-y-misteriosa-la-chimera","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/un-josh-oconnor-de-ojos-tristes-asalta-tumbas-en-la-encantadora-y-misteriosa-la-chimera\/","title":{"rendered":"Un Josh O’Connor de ojos tristes asalta tumbas en la encantadora y misteriosa La Chimera"},"content":{"rendered":"


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La nueva y divertida pel\u00edcula de Alice Rohrwacher sigue a un hombre que roba tumbas para encontrar su camino al otro mundo.
\n Foto de : Match Factory<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\n

Alice Rohrwacher La Quimera<\/em> comienza con un sue\u00f1o, y es muy posible que el sue\u00f1o nunca termine. La pel\u00edcula sigue a Arthur Harrison (Josh O’Connor), un hombre extra\u00f1o con un extra\u00f1o don para robar tumbas, para encontrar y levantar las chucher\u00edas antiguas que los antiguos etruscos del centro de Italia sol\u00edan enterrar con sus muertos. \u00abEstos no est\u00e1n hechos para ojos humanos\u00bb, dice un estribillo en la pel\u00edcula, y el propio Arthur, reacio y retra\u00eddo, podr\u00eda estar de acuerdo. Ex arque\u00f3logo, parece atormentado por sus propias haza\u00f1as, y la l\u00f3gica on\u00edrica de esta pel\u00edcula ocasionalmente divagante, a menudo hermosa, sugiere que estamos viendo a un hombre a medio camino entre este mundo y el siguiente, luchando por encontrar su lugar.<\/p>\n

Incluso el vestuario de Arthur lo distingue: su traje de lino blanco parece al principio el guardarropa de un arist\u00f3crata distante, pero a lo largo de la imagen vemos cu\u00e1n andrajoso y sucio est\u00e1 en realidad. Vive en una choza improvisada (en realidad no se puede llamar hogar) construida contra las murallas de una ciudad antigua, pero parece que pasa m\u00e1s tiempo en la elegante villa que pertenece a Flora (Isabella Rossellini), una matriarca envejecida. y profesora de m\u00fasica y madre de la tan mencionada y casi invisible Beniamina, un amor perdido de Arthur hace mucho tiempo. El resto del tiempo lo pasa con su alegre grupo de tombaroli<\/em>, un animado grupo de saqueadores de tumbas locales empobrecidos que venden sus productos a un comerciante misterioso y omnisciente conocido como Spartaco. (Para ser claros, est\u00e1n felices; Arthur no).<\/p>\n

Rohrwacher, uno de los cineastas m\u00e1s destacados de Italia, hace pel\u00edculas terrenales con un toque de lo que podr\u00edamos llamar realismo m\u00e1gico. Las actuaciones son naturalistas, la localizaci\u00f3n del rodaje es aut\u00e9ntica y sencilla, pero las historias a menudo rondan el borde de la fantas\u00eda. El director llena la imagen con baladas populares, arte naif, apartes divertidos para la c\u00e1mara y estallidos de payasadas aceleradas, d\u00e1ndole toda la calidad de una opereta destartalada.<\/p>\n

Pero el comportamiento c\u00f3ncavo y melanc\u00f3lico de O’Connor socava la ligereza de la imagen, probablemente intencionadamente; Cuanto m\u00e1s avanza la pel\u00edcula y m\u00e1s fantasiosa se vuelve, m\u00e1s parece Arthur en desacuerdo con todo lo que lo rodea. Una floreciente relaci\u00f3n con una joven vivaz llamada Italia (Carol Duarte), una sirvienta-estudiante que vive con Flora, promete un surgimiento a la luz, pero tambi\u00e9n subraya cu\u00e1n irreconciliable podr\u00eda ser Arthur con este mundo. Se pasa la vida desenterrando objetos destinados al m\u00e1s all\u00e1 no porque quiera explotarlos sino porque quiere comulgar con ellos. \u201cBuscaba un pasaje al m\u00e1s all\u00e1\u201d, opina alguien. Es una encarnaci\u00f3n triste y ambulante de la noci\u00f3n de que aquellos que pasan sus vidas preocup\u00e1ndose por la pr\u00f3xima vida nunca sentir\u00e1n paz en \u00e9sta.<\/p>\n

La Quimera<\/em> A menudo recuerda el trabajo de los compatriotas toscanos de Rohrwacher, el difunto Paolo y Vittorio Taviani, sobre todo en una escena durante la cual una discusi\u00f3n entre los tombaroli <\/em>y uno de sus clientes desciende entre ruidos animales y gru\u00f1idos incipientes. Tambi\u00e9n podemos ver gui\u00f1os al trabajo de Pier Paolo Pasolini y Federico Fellini, cineastas que regularmente explotaron la colisi\u00f3n entre los ciclos de auge y ca\u00edda de la Italia de posguerra y la p\u00e9trea solidez de su herencia cl\u00e1sica. La Dolce Vita<\/em>La inmortal secuencia inicial de una estatua de Cristo sacada de unas ruinas en helic\u00f3ptero y sobrevolada sobre un paisaje urbano moderno recibe aqu\u00ed su propio peque\u00f1o homenaje con el espect\u00e1culo de una estatua antigua, encontrada a la sombra de una planta de energ\u00eda, siendo encerrada en una caja. en un contenedor de env\u00edo. Rohrwacher es un artista singular, pero La Quimera<\/em> sigue siendo rico en tales alusiones y evocaciones. A veces, se siente como si hubiera surgido (polvoriento, andrajoso y hermoso) de la tierra hist\u00f3rica de la propia Italia.<\/p>\n