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\u00abVenc\u00ed al c\u00e1ncer y me caso en octubre. En realidad, deber\u00eda estar feliz\u201d, dice Julia Holz. \u00ab\u00a1Pero todav\u00eda tengo el coraz\u00f3n roto!\u00bb La raz\u00f3n: para poder tratar su c\u00e1ncer de cuello uterino, tuvieron que extirpar 53 ganglios linf\u00e1ticos el a\u00f1o pasado. Ella tambi\u00e9n tiene una gran cicatriz en el est\u00f3mago desde la operaci\u00f3n. Con desagradables consecuencias para ella: \u201cLa cicatriz me limita mucho porque me ha crecido y me duele. Adem\u00e1s, desde que se extirparon los ganglios linf\u00e1ticos, se acumul\u00f3 l\u00edquido que ya no puede drenar\u201d, dice. \u00abMi est\u00f3mago y mis muslos est\u00e1n extremadamente hinchados, esa ya no soy yo\u00bb. Cuando estaba de vacaciones hace unas semanas, se dio cuenta de que ya no quer\u00eda vivir as\u00ed: \u00abParec\u00eda que estaba embarazada de ocho meses, agotada mentalmente y solo llor\u00e9 Incluso mi hija dijo: ‘Mam\u00e1, eso se ve gracioso’\u201d. Hasta ahora, las medidas de la terapia convencional no han mostrado un efecto duradero. Es por eso que ahora est\u00e1 planeando una correcci\u00f3n de la dolorosa cicatriz en su est\u00f3mago en combinaci\u00f3n con una operaci\u00f3n de linfedema con el reconocido cirujano Dr. Karl Schuhman.<\/p>\n<\/p><\/div>\n