Hay consuelo en la familiaridad. Sin embargo, tendemos a menospreciar las cosas que nos brindan una simplicidad sin trabas, especialmente cuando las vemos a trav\u00e9s de una lente intelectual malhumorada. A veces, el coraz\u00f3n quiere lo que quiere el coraz\u00f3n: un animador de palomitas de ma\u00edz f\u00e1cil y alegre para acurrucarse, uno que no arrojar\u00e1 sorpresas y elevar\u00e1 nuestros niveles de dopamina y serotonina. Y con el \u00faltimo \u00e9xito de Netflix, El Proyecto Ad\u00e1n<\/em>Ryan Reynolds, posiblemente el rey reinante de las pel\u00edculas de palomitas de ma\u00edz, hace precisamente eso por nosotros.<\/p>\n <\/p>\n La vida es complicada como es. El entretenimiento no siempre tiene por qu\u00e9 serlo. Algunos d\u00edas solo necesitamos ver algo que no refleje nuestro dolor o sufrimiento o que no nos haga llorar en resonancia. El cine puede servir para muchos prop\u00f3sitos. Puede arrojar luz sobre los malestares modernos que aquejan a la sociedad, mostrar un espejo de nuestros peores defectos o simplemente curarnos como solo un c\u00e1lido abrazo puede hacerlo en un d\u00eda muy fr\u00edo. Podemos colapsar los servidores de las plataformas OTT para capturar finales de series de grandes \u00e9xitos como Juego de Tronos, pero<\/em> igual volveremos a leer harry potter<\/em> y viendo AMIGOS<\/em> por cent\u00e9sima vez al final de un d\u00eda muy agotador. Por supuesto, para algunos, los g\u00e9neros a los que recurrimos ser\u00e1n diferentes. En \u00faltima instancia, buscar rostros familiares y espacios familiares es como un h\u00e1bito, un ritual que hacemos una y otra vez para calmarnos. Hollywood lo sabe. Ryan Reynolds y Shawn Levy (director de El Proyecto Ad\u00e1n<\/em>) saber que. Y Netflix lo sabe.<\/p>\n <\/p>\n