{"id":1090733,"date":"2024-04-14T22:54:04","date_gmt":"2024-04-14T22:54:04","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/san-ronnie-el-olvido-sinfonia-de-las-ratas-de-richard-foreman\/"},"modified":"2024-04-14T22:54:06","modified_gmt":"2024-04-14T22:54:06","slug":"san-ronnie-el-olvido-sinfonia-de-las-ratas-de-richard-foreman","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/san-ronnie-el-olvido-sinfonia-de-las-ratas-de-richard-foreman\/","title":{"rendered":"San Ronnie el Olvido: Sinfon\u00eda de las ratas de Richard Foreman"},"content":{"rendered":"


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Niall Cunningham, Ari Fliakos y Jim Fletcher en la producci\u00f3n de Wooster Group de Richard Foreman Sinfon\u00eda de Ratas.<\/em>
\n Foto de : Spencer Ostrander<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\n

Richard Foreman Sinfon\u00eda de ratas <\/em>y yo nac\u00ed bajo el mismo presidente, un hombre con un acento f\u00e1cil y una sonrisa brillante, con experiencia en desempe\u00f1o y una serie de pol\u00edticas que alimentan la m\u00e1quina que todav\u00eda, como una especie de remolcador fascista, empuja el centro pol\u00edtico del pa\u00eds hacia la derecha. Cuando Ronald Reagan dej\u00f3 el cargo en 1989, ten\u00eda 77 a\u00f1os y era el presidente saliente de mayor edad en su historia. Pero su fantasma (tal vez est\u00e9 vagando por el mundo arrastrando una cadena de su propia forja) no mantendr\u00e1 ese r\u00e9cord por mucho m\u00e1s tiempo. Biden est\u00e1 a punto de robarlo, ya sea a los 82 a\u00f1os o, si alg\u00fan diablo quiere, a los 86. Qu\u00e9 cosa m\u00e1s desalentadora esperar.<\/p>\n

Cuando digo que esos fueron algunos de los pensamientos que rondaban por mi cabeza mientras miraba la nueva producci\u00f3n del Grupo Wooster de la meditaci\u00f3n surrealista de Foreman sobre el poder, la imaginaci\u00f3n y otros absurdos humanos, no quiero decir que el programa sea un duro trabajo intelectual. . Todo lo contrario. A decir verdad, estuve sonriendo como un ni\u00f1o en el circo durante la mayor parte de los embriagadores 75 minutos de Sinfon\u00eda de ratas<\/em>. Eso podr\u00eda deberse en parte a que es una sensaci\u00f3n salvaje compartir un espacio con tantas leyendas: el Teatro Ontol\u00f3gico-Hysteric de Foreman y el Wooster Group, todav\u00eda dirigido por la inimitable Elizabeth LeCompte, han mantenido extra\u00f1o el teatro estadounidense durante casi medio siglo. Las paredes del Performing Garage han escuchado c\u00f3mo Richard Schechner (que, por cierto, estaba dos asientos detr\u00e1s de m\u00ed) y el Performance Group desarrollaron Dioniso en el 69<\/em>; <\/em>mientras LeCompte, junto con Kate Valk y Ron Vawter, Willem Defoe y Spalding Gray, met\u00edan a Arthur Miller, Ch\u00e9jov, Racine, Flaubert y O’Neill en varias licuadoras, las conectaba, les a\u00f1ad\u00eda Lenny Bruce, LSD y b\u00e1dminton, las agitaba con fuerza. , y se los present\u00f3 al p\u00fablico con un toque diferente. Ahora, los vecinos de al lado del Grupo Wooster son Zara y Patagonia, por lo que importa: en realidad<\/em> importa: que detr\u00e1s de la discreta fachada de ladrillo del Performing Garage, la vanguardia teatral sigue jodidamente jodidamente tan alegremente como siempre.<\/p>\n

\u00abNo tengas mente, ser<\/em> mente\u201d, le dice una rata al presidente de los Estados Unidos: Eso es lo m\u00e1s sencillo posible. Sinfon\u00eda de Ratas.<\/em> Escrib\u00ed recientemente sobre el proyecto de toda la vida de Foreman de frustrar \u201cel impulso com\u00fan hacia la comprensi\u00f3n narrativa\u201d, su b\u00fasqueda de un teatro de \u201cimpulsos y colisiones multidireccionales\u201d en lugar de un teatro de personajes, trama o empat\u00eda. <\/em>(\u201cLo cual odio\u201d, ha dicho Foreman. \u201cNo te identifiques con un personaje que intenta lograr algo\u201d). Como codirectores de esta nueva interpretaci\u00f3n de Foreman’s Sinfon\u00eda<\/em>, LeCompte y Kate Valk mantienen las colisiones constantes y vertiginosas: la arquitectura dram\u00e1tica se siente, como dijo la rata, como un intento de teatralizar el caos del cerebro. Las neuronas se disparan, voces externas e internas susurran y gimen, pel\u00edculas viejas y est\u00fapidas que viste hace a\u00f1os aparecen de repente mientras piensas en la muerte, en qu\u00e9 preparar para la cena o en si existen extraterrestres. El pinball se dispara alrededor de la m\u00e1quina; las cosas parpadean, zumban, te distraen, te deleitan y te devastan, y t\u00fa simplemente intentas seguir caminando en tu saco de carne, actuando como si todo esto tuviera alg\u00fan tipo de sentido.<\/p>\n

O, si eres el presidente, como lo imagin\u00f3 Foreman y aqu\u00ed lo interpret\u00f3 con virtuosa precisi\u00f3n Ari Fliakos, b\u00e1sicamente est\u00e1s sentado en una silla dise\u00f1ada para permitir la incontinencia de su habitante. A riesgo de ser traicionado, por describir Sinfon\u00eda <\/em>en t\u00e9rminos algo parecidos a lineales: el presidente est\u00e1 \u201crecibiendo mensajes por medios distintos a los sentidos conocidos\u201d. \u00bfEst\u00e1 escuchando voces del espacio exterior? \u00bfEst\u00e1 atrapado dentro de su propio laberinto psicol\u00f3gico que se est\u00e1 desmoronando? Ciertamente, su cuerpo parece estar descomponi\u00e9ndose, mientras sus asistentes (Niall Cunningham y Andrew Maillet) lo hacen rodar; o cuando lo someten a varios esc\u00e1neres y pruebas extra\u00f1os; o mientras se desabrocha con indiferencia la parte trasera de sus pantalones para presentar muestras de heces a los supernumerarios que se escabullen a su alrededor, se forma una imagen espeluznantemente familiar. Es una imagen de poder que sigue envejeciendo, su vida extendida gracias a recursos casi infinitos, su muerte retrasada y retrasada, incluso cuando su mente se desenreda c\u00f3modamente, incluso cuando \u201cel fin de nuestro mundo se acerca\u201d.<\/p>\n

Por muy inquietante que sea el retrato, y a pesar del disgusto de Foreman por la empat\u00eda, no es fr\u00edo. En un pr\u00f3logo agregado al texto original de la obra, Fliakos, como \u00e9l mismo, nos dice que el programa \u201ctrata sobre el presidente de los Estados Unidos como alguien que no es diferente del resto de nosotros: una persona confusa, est\u00fapida y falible que se recuper\u00f3\u201d. y adelante por fuerzas fuera de su control\u201d. M\u00e1s tarde, en voz off, pregunta: \u201cSupongamos que tuvi\u00e9ramos un presidente que permitiera que su imaginaci\u00f3n funcionara a tiempo completo. \u00bfSer\u00edan capaces de tomar las decisiones directas que se espera que tomen? Hay una enga\u00f1osa normalidad en la apariencia de Fliakos: f\u00e1cilmente podr\u00eda caminar hacia Ley y Orden<\/em> como cualquier tipo normal en el bar local o en el sitio de construcci\u00f3n donde se encontr\u00f3 el cuerpo de la v\u00edctima, pero puede manipular su voz y su cuerpo con el sentido del tono, la agilidad y la precisi\u00f3n de un m\u00fasico. A trav\u00e9s de \u00e9l, obtenemos la matizada bufonada del comandante en jefe de Foreman, la desventura, la deriva mental, la amenaza. El tipo que sujeta hilos a la pared con chinchetas es gracioso hasta que tambi\u00e9n es el que tiene los c\u00f3digos nucleares, pero, por otro lado, \u00bfen qu\u00e9 se diferenciar\u00eda el mundo con l\u00edderes que pensaran y sintieran un poco m\u00e1s como artistas de vanguardia?<\/p>\n

no puedo decirte exactamente<\/em> \u00bfQu\u00e9 le sucede al presidente? Podr\u00eda tomar una pastilla de una mujer sin cuerpo que puede ser o no una especie de IA alien\u00edgena o inteligente, y esa pastilla podr\u00eda transportarlo o no a otro planeta. Definitivamente mantendr\u00e1 varias conversaciones con una rata parlante que, encarnada por el fabulosamente extra\u00f1o y sonoro Jim Fletcher, se siente como un cruce entre Doc Brown y Nosferatu. \u00c9l ver\u00e1 clips de Barco fantasma<\/em> y participe en una recreaci\u00f3n del \u201cdi\u00e1logo de la extra\u00f1a y apasionada novela de DH Lawrence Mujer enamorada.<\/em>Fliakos y Cunningham imitan la pel\u00edcula de Ken Russell de 1969 ritmo por ritmo mientras LeCompte y Valk superponen su recitaci\u00f3n homoer\u00f3tica y amanerada sobre im\u00e1genes de El escuadr\u00f3n suicida<\/em> de John Cena y Joel Kinnaman golpe\u00e1ndose hasta convertirse en pulpa es una de las cosas m\u00e1s divertidas que he visto en el escenario recientemente… en estrecha competencia con una recreaci\u00f3n posterior de la escena de Han Solo en carbonita por Fliakos y la serpentina Michaela Murphy. .<\/p>\n

El Sr. Presidente tambi\u00e9n bailar\u00e1 y cantar\u00e1 (Suzzy Roche escribi\u00f3 nuevas canciones para esta producci\u00f3n) y conferenciar\u00e1 con una figura oracular que suena como el narrador de los avances de una pel\u00edcula de acci\u00f3n (la voz de Guillermo Resto ya tiene m\u00e1s grava). que una cantera, y \u00e9l y sus compa\u00f1eros int\u00e9rpretes tambi\u00e9n reciben ayuda tras ayuda del maravillosamente complejo dise\u00f1o de sonido de Eric Sluyter). En su mayor\u00eda, Fliakos y el resto de Sinfon\u00eda<\/em>El conjunto brillantemente \u00e1gil crear\u00e1 una especie de espacio de pensamiento poroso y l\u00fadico. Este es un teatro que quiere que tu mente divague, y esa efervescente sensaci\u00f3n de libertad es la raz\u00f3n por la que, a pesar de la naturaleza siniestra, incluso apocal\u00edptica, de algunas de sus reflexiones, Sinfon\u00eda de ratas<\/em> es vivencialmente un deleite. El objetivo no es ponerte en el tipo de viaje en el que est\u00e1s atado y arrastrado por una sola pista, sino liberarte en un estado de mayor presencia y libre asociaci\u00f3n. Es jazz mental, a la vez salvaje y meticuloso. Para citar a la rata: \u201cY el pomo de mi imaginaci\u00f3n dec\u00eda, abr\u00e1zame, ME GUSTAN los giros y vueltas\u201d.<\/p>\n

Sinfon\u00eda de ratas estar\u00e1 en Performing Garage hasta el 4 de mayo.<\/em><\/p>\n<\/p><\/div>\n


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