{"id":1092625,"date":"2024-04-16T11:31:08","date_gmt":"2024-04-16T11:31:08","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/comentario-suiza-acepta-las-reglas-estadounidenses-para-explorar-la-luna\/"},"modified":"2024-04-16T11:31:11","modified_gmt":"2024-04-16T11:31:11","slug":"comentario-suiza-acepta-las-reglas-estadounidenses-para-explorar-la-luna","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/comentario-suiza-acepta-las-reglas-estadounidenses-para-explorar-la-luna\/","title":{"rendered":"COMENTARIO – Suiza acepta las reglas estadounidenses para explorar la luna"},"content":{"rendered":"


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Suiza se convirti\u00f3 en el pa\u00eds n\u00famero 37 en firmar el Acuerdo Artemisa, obteniendo as\u00ed un billete para explorar la luna. Sin embargo, tiene su precio.<\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/div>\n

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El astronauta Edwin \u201cBuzz\u201d Aldrin instala en la Luna la vela de viento solar de la Universidad de Berna.<\/h2>\n

NASA<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

Suiza tiene una relaci\u00f3n especial con la luna. Cuando la sonda Apolo 11 aterriz\u00f3 en el sat\u00e9lite terrestre el 20 de junio de 1969, tambi\u00e9n llevaba a bordo un experimento suizo. El experimento del viento solar, desarrollado en la Universidad de Berna, se puso en marcha antes de que los astronautas estadounidenses Neil Armstrong y Edwin Aldrin plantaran la bandera estadounidense en la luna.<\/p>\n

Suiza podr\u00e1 mantener en el futuro su relaci\u00f3n especial con la Luna. El consejero federal Guy Parmelin cre\u00f3 las condiciones para ello el lunes. En la sede de la NASA en Washington el firm\u00f3<\/a> los llamados Acuerdos de Artemisa. Este acuerdo espacial es, por as\u00ed decirlo, el billete para participar en futuras misiones lunares de la NASA como parte del programa Artemis.<\/p>\n

Suiza est\u00e1 en buena compa\u00f1\u00eda<\/span><\/h2>\n

Se podr\u00eda descartar la firma como una formalidad. Al fin y al cabo, Suiza es ya el pa\u00eds n\u00famero 37 que firma el acuerdo. Ahora est\u00e1 en compa\u00f1\u00eda de pa\u00edses como Australia, Gran Breta\u00f1a, Jap\u00f3n, Italia y Alemania, que ya hab\u00edan firmado el acuerdo.<\/p>\n

Queda claro que hay m\u00e1s en esto que una simple cuesti\u00f3n de rutina cuando se analiza qui\u00e9n no est\u00e1 entre los firmantes. En la lista faltan los nombres de las principales naciones espaciales, Rusia y China. Ambos pa\u00edses ven los Acuerdos Artemis como un acuerdo mordaza con el que Estados Unidos quer\u00eda obtener ventajas econ\u00f3micas en la Luna.<\/p>\n

Si echas un vistazo a eso contrato<\/a>, esta acusaci\u00f3n parece descabellada. Los firmantes se comprometen a respetar ciertos principios a la hora de explorar y utilizar la luna. Est\u00e1n comprometidos con la exploraci\u00f3n pac\u00edfica y transparente y acuerdan compartir datos, preservar el patrimonio cultural lunar, ayudarse mutuamente en emergencias y eliminar de forma segura los desechos espaciales.<\/p>\n

Las zonas de seguridad en la Luna est\u00e1n destinadas a evitar conflictos.<\/span><\/h2>\n

Todo eso suena inofensivo. Las cosas se complican cuando se trata del uso de recursos y la evitaci\u00f3n de conflictos. El Acuerdo Artemis establece que el uso de los recursos espaciales debe llevarse a cabo de manera coherente con el Tratado del Espacio Ultraterrestre. Al mismo tiempo, deber\u00eda ser posible crear temporalmente las llamadas zonas de seguridad. El contrato designa zonas en las que las operaciones podr\u00edan tener efectos nocivos. No se especifica qu\u00e9 se entiende por estos efectos nocivos. Los cr\u00edticos ven las zonas de seguridad como una licencia para reclamar derechos sobre la explotaci\u00f3n de la luna.<\/p>\n

Si el Acuerdo Artemis est\u00e1 realmente en el esp\u00edritu del Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre, como la NASA nunca se cansa de afirmar, es controvertido entre los abogados espaciales. En parte esto se debe a que el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre est\u00e1 redactado de manera muy vaga. El tratado entr\u00f3 en vigor en 1967. Su fichaje se produjo durante la Guerra Fr\u00eda. El objetivo principal era prohibir las armas nucleares en el espacio. En aquella \u00e9poca todav\u00eda no era previsible una explotaci\u00f3n econ\u00f3mica de la Luna a gran escala. El Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre simplemente establece que ning\u00fan pa\u00eds puede reclamar soberan\u00eda sobre el espacio ultraterrestre ni sobre ning\u00fan cuerpo celeste.<\/p>\n

As\u00ed ha permanecido hasta el d\u00eda de hoy. Todos los intentos de modernizar y aclarar el derecho espacial han fracasado hasta ahora debido a la resistencia de las principales naciones con capacidad espacial. Ning\u00fan pa\u00eds quiere verse limitado a la hora de utilizar la luna y otros cuerpos celestes. Y la situaci\u00f3n pol\u00edtica actual da pocas esperanzas de que esto pueda cambiar pronto.<\/p>\n

Para un pa\u00eds peque\u00f1o como Suiza no hay muchas opciones. Con la firma del Tratado Artemisa, nada se interpone en el camino para explorar la luna junto con Estados Unidos y otros pa\u00edses. Eso es bienvenido. El precio de esto es que Suiza acepta las reglas del juego estadounidenses.<\/p>\n

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