\n<\/aside>\n<\/p>\n
Desde la d\u00e9cada de 1960, los cient\u00edficos saben que el diminuto tard\u00edgrado puede soportar explosiones de radiaci\u00f3n muy intensas 1.000 veces m\u00e1s fuertes que las que podr\u00edan soportar la mayor\u00eda de los dem\u00e1s animales. Seg\u00fan un nuevo art\u00edculo publicado en la revista Current Biology, no es que dicha radiaci\u00f3n ionizante no da\u00f1e el ADN de los tard\u00edgrados; m\u00e1s bien, los tard\u00edgrados pueden reparar r\u00e1pidamente cualquier da\u00f1o de este tipo. Los hallazgos complementan los de un estudio separado publicado en enero que tambi\u00e9n explor\u00f3 la respuesta de los tard\u00edgrados a la radiaci\u00f3n.<\/p>\n
\u00abEstos animales est\u00e1n desarrollando una respuesta incre\u00edble a la radiaci\u00f3n, y eso parece ser un secreto de sus capacidades extremas de supervivencia\u00bb, dijo la coautora Courtney Clark-Hachtel, postdoctorada en el laboratorio de Bob Goldstein en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel. Hill, que lleva 25 a\u00f1os realizando investigaciones sobre tard\u00edgrados. \u00abLo que estamos aprendiendo sobre c\u00f3mo los tard\u00edgrados superan el estr\u00e9s por radiaci\u00f3n puede conducir a nuevas ideas sobre c\u00f3mo podr\u00edamos intentar proteger a otros animales y microorganismos de la radiaci\u00f3n da\u00f1ina\u00bb.<\/p>\n
Como se inform\u00f3 anteriormente, los tard\u00edgrados son microanimales que pueden sobrevivir en las condiciones m\u00e1s duras: presi\u00f3n extrema, temperatura extrema, radiaci\u00f3n, deshidrataci\u00f3n, hambre e incluso exposici\u00f3n al vac\u00edo del espacio exterior. Las criaturas fueron descritas por primera vez por el zo\u00f3logo alem\u00e1n Johann Goeze en 1773. Fueron apodadas tard\u00edgrada<\/em> (\u00abpasos lentos\u00bb o \u00abcaminantes lentos\u00bb) cuatro a\u00f1os despu\u00e9s por Lazzaro Spallanzani, un bi\u00f3logo italiano. Esto se debe a que los tard\u00edgrados tienden a avanzar pesadamente como un oso. Dado que pueden sobrevivir en casi cualquier lugar, se pueden encontrar en muchos lugares: fosas marinas profundas, sedimentos de agua dulce y salada, selvas tropicales, la Ant\u00e1rtida, volcanes de lodo, dunas de arena, playas y l\u00edquenes y musgos. (Otro nombre para ellos es \u00ablechones musgosos\u00bb). <\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\nSin embargo, cuando su h\u00e1bitat h\u00famedo se seca, los tard\u00edgrados entran en un estado conocido como \u00abtun\u00bb, una especie de animaci\u00f3n suspendida, en la que los animales pueden permanecer hasta 10 a\u00f1os. Cuando el agua comienza a fluir nuevamente, los osos acu\u00e1ticos la absorben para rehidratarse y volver a la vida. T\u00e9cnicamente no son miembros de la clase de organismos extrem\u00f3filos, ya que no prosperan en condiciones extremas sino que resisten; T\u00e9cnicamente, pertenecen a la clase de organismos extremotolerantes. Pero su resistencia hace que los tard\u00edgrados sean el tema de investigaci\u00f3n favorito de los cient\u00edficos.<\/p>\n
Por ejemplo, un estudio de 2017 demostr\u00f3 que los tard\u00edgrados utilizan un tipo especial de prote\u00edna desordenada para suspender literalmente sus c\u00e9lulas en una matriz similar al vidrio que previene da\u00f1os. Los investigadores denominaron esto una \u00abprote\u00edna intr\u00ednsecamente desordenada espec\u00edfica de los tard\u00edgrados\u00bb (TDP). En otras palabras, las c\u00e9lulas se vitrifican. Cuantos m\u00e1s genes TDP tenga una especie tard\u00edgrada, m\u00e1s r\u00e1pida y eficientemente pasar\u00e1 al estado tun.<\/p>\n
En 2021, otro equipo de cient\u00edficos japoneses cuestion\u00f3 esta hip\u00f3tesis de la \u00abvitrificaci\u00f3n\u00bb, citando datos experimentales que sugieren que los hallazgos de 2017 podr\u00edan atribuirse a la retenci\u00f3n de agua de las prote\u00ednas. Al a\u00f1o siguiente, investigadores de la Universidad de Tokio identificaron el mecanismo para explicar c\u00f3mo los tard\u00edgrados pueden sobrevivir a la deshidrataci\u00f3n extrema: prote\u00ednas citoplasm\u00e1ticas abundantes solubles en calor (CAHS) que forman una red protectora de filamentos similar a un gel para proteger las c\u00e9lulas secas. Cuando el tard\u00edgrado se rehidrata, los filamentos retroceden gradualmente, asegurando que la c\u00e9lula no se estrese ni se da\u00f1e mientras recupera agua.<\/p>\n
Cuando se trata de resistir la radiaci\u00f3n ionizante, un estudio de 2016 identific\u00f3 una prote\u00edna supresora de da\u00f1os en el ADN denominada \u00abDsup\u00bb que parec\u00eda proteger los genes tard\u00edgrados implantados en c\u00e9lulas humanas del da\u00f1o por radiaci\u00f3n. Sin embargo, seg\u00fan Clark-Hatchel et al., todav\u00eda no estaba claro si este tipo de mecanismo de protecci\u00f3n era suficiente para explicar plenamente la capacidad de los tard\u00edgrados para resistir la radiaci\u00f3n extrema. Otras especies de tard\u00edgrados parecen carecer de prote\u00ednas Dsup, pero a\u00fan tienen la misma alta tolerancia a la radiaci\u00f3n, lo que sugiere que podr\u00eda haber otros factores en juego.<\/p>\n\n Anuncio <\/span> <\/p>\n<\/aside>\nUn equipo de investigadores franceses del Museo Nacional Franc\u00e9s de Historia Natural en Par\u00eds llev\u00f3 a cabo una serie de experimentos en los que atacaron a espec\u00edmenes de osos de agua con poderosos rayos gamma que ser\u00edan letales para los humanos. Publicaron sus resultados a principios de este a\u00f1o en la revista eLife. El equipo franc\u00e9s descubri\u00f3 que los rayos gamma en realidad da\u00f1aban el ADN de los tard\u00edgrados, de forma muy parecida a como da\u00f1ar\u00edan las c\u00e9lulas humanas. Dado que los tard\u00edgrados sobrevivieron, esto sugiri\u00f3 que pudieron reparar r\u00e1pidamente el ADN da\u00f1ado.<\/p>\n
Experimentos adicionales con tres especies diferentes (incluida una que carece de prote\u00ednas Dsup) revelaron que los tard\u00edgrados produc\u00edan cantidades muy altas de prote\u00ednas reparadoras del ADN. Tambi\u00e9n encontraron un aumento similar de prote\u00ednas exclusivas de los tard\u00edgrados, en particular la prote\u00edna de respuesta al da\u00f1o del ADN de los tard\u00edgrados. 1<\/em> (TDR1), que parece proteger el ADN de la radiaci\u00f3n. \u00abEncontramos que la prote\u00edna TDR1 interact\u00faa con el ADN y forma agregados en altas concentraciones, lo que sugiere que puede condensar el ADN y actuar preservando la organizaci\u00f3n cromos\u00f3mica hasta que se logre la reparaci\u00f3n del ADN\u00bb, escribieron los autores.<\/p>\nClark-Hatchel et al. llegaron independientemente a conclusiones similares a partir de sus propios experimentos. En conjunto, los dos estudios confirman que esta extremadamente r\u00e1pida regulaci\u00f3n positiva de muchos genes de reparaci\u00f3n del ADN en respuesta a la exposici\u00f3n a la radiaci\u00f3n ionizante deber\u00eda ser suficiente para explicar la impresionante resistencia de las criaturas a esa radiaci\u00f3n. Es posible que exista una \u00absinergia entre los mecanismos protectores y reparadores\u00bb en lo que respecta a la tolerancia tard\u00edgrada a la radiaci\u00f3n ionizante.<\/p>\n
Dicho esto, \u00abEs enigm\u00e1tico por qu\u00e9 los tard\u00edgrados han desarrollado una fuerte tolerancia a la radiaci\u00f3n IR, dado que es poco probable que los tard\u00edgrados hayan estado expuestos a altas dosis de radiaci\u00f3n ionizante en su historia evolutiva\u00bb, Clark-Hatchel et al. escribi\u00f3. Pensaron que podr\u00eda haber un v\u00ednculo con los mecanismos que permiten a los tard\u00edgrados sobrevivir a una deshidrataci\u00f3n extrema, que tambi\u00e9n puede provocar da\u00f1os en el ADN. Una revisi\u00f3n de los datos de los experimentos de desecaci\u00f3n no mostr\u00f3 un aumento tan fuerte en las transcripciones de reparaci\u00f3n del ADN, pero los autores sugieren que el aumento podr\u00eda ocurrir m\u00e1s adelante en el proceso, tras la rehidrataci\u00f3n, un tema intrigante para futuras investigaciones.<\/p>\n
Biolog\u00eda actual, 2024. DOI: 10.1016\/j.cub.2024.03.019 (Acerca de los DOI).<\/p>\n
eLife, 2024. DOI: 10.7554\/eLife.92621.1<\/p>\n<\/p><\/div>\n
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