{"id":1096995,"date":"2024-04-19T12:37:25","date_gmt":"2024-04-19T12:37:25","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/el-final-de-late-night-with-the-devil-cambia-el-chiste\/"},"modified":"2024-04-19T12:37:29","modified_gmt":"2024-04-19T12:37:29","slug":"el-final-de-late-night-with-the-devil-cambia-el-chiste","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/el-final-de-late-night-with-the-devil-cambia-el-chiste\/","title":{"rendered":"El final de Late Night With the Devil cambia el chiste"},"content":{"rendered":"


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\n Foto: IFC Films y Shudder<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\n

R\u00e1pido, \u00bfqu\u00e9 tienen en com\u00fan las pel\u00edculas de terror con los mon\u00f3logos de los presentadores de programas nocturnos? Alguien tiende a ser destripado en ambos, mediante espada, garra o zinger. Pero, en serio, lo que vincula estas dos formas de entretenimiento nocturno es la importancia de la preparaci\u00f3n y la recompensa, dos elementos cruciales para conseguir una broma o un susto. Y es la segunda parte de esa ecuaci\u00f3n, una especie de chiste, la que fracasa. Tarde en la noche con el diablo<\/em>un enfriador independiente ingenioso que combina la emoci\u00f3n barata de una pel\u00edcula de medianoche con los trucos baratos de un programa de entrevistas de medianoche de los a\u00f1os 70.<\/p>\n

La recompensa probablemente no parecer\u00eda tan vagamente decepcionante si no fuera por lo efectiva que resulta la configuraci\u00f3n. Los cineastas australianos Cameron y Colin Cairnes comulgan con los fantasmas de TV Land, creando un convincente programa de entrevistas de la era Nixon desde cero (y, por desgracia, un mensaje de IA) antes de desatar un infierno demon\u00edaco sobre su presentador, equipo e invitados. La diversi\u00f3n de la pel\u00edcula radica en su truco de transmisi\u00f3n perdida: c\u00f3mo los hermanos presentan su historia de terror en el mundo del espect\u00e1culo como el episodio final sin censura de ese programa falso, completo con un mon\u00f3logo de apertura hacky, bromas del l\u00edder de la banda y cortes de comerciales.<\/p>\n

Lo sabemos por el falso<\/em>-Dispositivo de encuadre documental de que esta no ser\u00e1 una entrega normal de B\u00fahos nocturnos<\/em>, el veh\u00edculo ficticio del competidor de Carson, Jack Delroy (David Dastmalchian). La premisa de la pel\u00edcula es la promesa rara vez cumplida de la televisi\u00f3n en vivo: que esas c\u00e1maras rodantes podr\u00edan captar algo realmente impactante y sin precedentes, transmitiendo una pesadilla a los hogares de todo el mundo. Y as\u00ed, al igual que la audiencia de Jack que mira desde casa, nos quedamos pegados al sensacionalismo que se desarrolla, esperando la conversaci\u00f3n combativa (una discusi\u00f3n de la noche de Halloween con un ps\u00edquico falso, un hipnotizador reformado de Las Vegas, un parapsic\u00f3logo y el paciente adolescente supuestamente pose\u00eddo de este \u00faltimo). estallar en una aut\u00e9ntica locura sobrenatural. Cualquiera que haya visto con los nudillos blancos las escenas de Gordy de Jordan Peele No<\/em> Sabe que hay algo singularmente inquietante en el espect\u00e1culo del kitsch inofensivo de la televisi\u00f3n retro repentinamente pervertido por la violencia.<\/p>\n

Despu\u00e9s de m\u00e1s de una hora de animado debate y trabajo multitudinario en vivo en el estudio y el p\u00fablico, de teatro de vendedores ambulantes desarroll\u00e1ndose en algo as\u00ed como en tiempo real, Tarde en la noche con el diablo<\/em> finalmente entrega la mercanc\u00eda mientras el creciente suspenso da paso al caos. Resulta que la adolescente realmente es<\/em> est\u00e1 pose\u00edda, y el mal que ella alberga ha venido a cumplir el pacto f\u00e1ustico que Jack hizo con las fuerzas de la oscuridad: otorgarle la fama que le prometieron por sacrificar a su amada esposa al c\u00e1ncer. Sin embargo, al estilo cl\u00e1sico de la garra de mono, esa fama llega en forma de una org\u00eda de matanza en el aire, el infernal evento televisivo en vivo por el que ser\u00e1 recordado para siempre.<\/p>\n

Sobre el papel, es un cl\u00edmax satisfactorio. Pero despu\u00e9s de toda esa siniestra estructura, hay algo decepcionante en este breve crescendo de retorcimiento de cabezas, cortes de garganta y derretimientos de caras. Los efectos tienen un encanto ingenioso y de baja fidelidad, que evoca una era m\u00e1s antigua de las pel\u00edculas de terror de Hollywood con tanto cari\u00f1o como el dise\u00f1o del escenario evoca una era m\u00e1s antigua de la televisi\u00f3n; Cuando la adolescente, interpretada por Ingrid Torelli, se convierte en un conducto de energ\u00eda mal\u00e9vola (su cuerpo pulsa con destellos de electricidad), es dif\u00edcil no pensar en Duende<\/em>. Pero la mezcolanza de la violencia casi pone la secuencia entre comillas. Es divertido, pero no particularmente aterrador, y ciertamente no es convincente en la forma en que lo es la aproximaci\u00f3n de la pel\u00edcula a la est\u00e9tica de los \u00faltimos espect\u00e1culos de los a\u00f1os 70. La iron\u00eda es que el mismo momento en que el peligro se vuelve real para Jack, cuando su juego aparentemente inofensivo con la oscuridad deja de ser s\u00f3lo para mostrar, es tambi\u00e9n el momento m\u00e1s falso de la pel\u00edcula, un mero truco de sal\u00f3n en s\u00ed mismo.<\/p>\n

Sin embargo, lo que realmente rompe el hechizo es lo que sucede a continuaci\u00f3n. Despu\u00e9s de que el demonio hace un breve trabajo con el elenco secundario, Jack se topa con una versi\u00f3n surrealista y de l\u00f3gica on\u00edrica de B\u00fahos nocturnos<\/em>, pasando de bocetos de comedia a est\u00fapidos trucos de mascotas, todos sus segmentos nocturnos formulados de repente adquieren un trasfondo siniestro. Esta coda cumple una funci\u00f3n tanto dram\u00e1tica como expositiva: los Cairnese la usan para mostrarnos cosas, como la ceremonia imp\u00eda en el bosque donde Jack hace su trato con el diablo y sus \u00faltimos momentos con su esposa, que no ver\u00edamos en la televisi\u00f3n. y al mismo tiempo somete al anfitri\u00f3n a un infierno peor que la mera muerte, un ajuste de cuentas psicodram\u00e1tico por sus pecados.<\/p>\n

Pero para adentrarse en la cabeza de Jack, los realizadores tienen que romper el formato. Los eventos ya no se organizan estrictamente seg\u00fan el estilo de filmaci\u00f3n de un programa de televisi\u00f3n de los a\u00f1os 70. La c\u00e1mara, que se desliza hacia primeros planos exagerados, ahora filma desde una posici\u00f3n m\u00e1s subjetiva. Jump corta la ruptura del tiempo y el espacio, rompiendo la ilusi\u00f3n del tiempo real. Se podr\u00eda argumentar generosamente que este es el demonio que corrompe el lenguaje mismo del programa en el que est\u00e1 infiltrado, poseyendo el estilo del programa. Pero parece m\u00e1s bien una falta de imaginaci\u00f3n, como si los Cairneses no pudieran descubrir c\u00f3mo terminar su pel\u00edcula sin cambiar el \u00e1ngulo de la televisi\u00f3n en vivo.<\/p>\n

Puedes contar con una mano las pel\u00edculas de terror con metraje encontrado que cualquiera podr\u00eda confundir con las reales. En ese departamento, hay b\u00e1sicamente El proyecto de la bruja de Blair<\/em> \u2013 un verdadero video casero del infierno, tan cre\u00edble en su ritmo irregular y su ingenio estrat\u00e9gico \u2013 y luego est\u00e1 todo lo dem\u00e1s. Por supuesto, no es necesario dejarse enga\u00f1ar por el marco de un thriller documental simulado para asustarse con su truco. Durante la mayor parte de su tiempo de ejecuci\u00f3n, Tarde en la noche con el diablo <\/em>se compromete con \u00e9xito con la parte, lo que nos permite suspender nuestra incredulidad y sumergirnos en su aproximaci\u00f3n a la televisi\u00f3n antigua, una transmisi\u00f3n maldita de las ondas de las cadenas de ayer. Pero al deshacerse de ese formato al final, los realizadores efectivamente cambian de canal. Y es el p\u00fablico el que termina alcanzando el control remoto, pregunt\u00e1ndose si hay algo mejor.<\/p>\n

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