{"id":1101835,"date":"2024-04-23T12:57:44","date_gmt":"2024-04-23T12:57:44","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/si-quieres-ver-esta-opera-tienes-que-sufrir-un-poco-saint-francois-dassise-en-ginebra\/"},"modified":"2024-04-23T12:57:47","modified_gmt":"2024-04-23T12:57:47","slug":"si-quieres-ver-esta-opera-tienes-que-sufrir-un-poco-saint-francois-dassise-en-ginebra","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/si-quieres-ver-esta-opera-tienes-que-sufrir-un-poco-saint-francois-dassise-en-ginebra\/","title":{"rendered":"Si quieres ver esta \u00f3pera, tienes que sufrir un poco – \u201cSaint Fran\u00e7ois d’Assise\u201d en Ginebra"},"content":{"rendered":"


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La \u00f3pera de Olivier Messiaen sobre Francisco de As\u00eds dura casi seis horas. La obra convierte al p\u00fablico en una comunidad y exige identificaci\u00f3n con lo sagrado. Eso resulta demasiado para algunas personas. Sin embargo, la pieza en la \u00d3pera de Ginebra es un triunfo.<\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/div>\n

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All\u00ed arriba se puede ver con mayor claridad: Francisco de As\u00eds (Robin Adams) pronuncia su famoso serm\u00f3n sobre los p\u00e1jaros en la \u00d3pera de Ginebra desde lo alto.<\/h2>\n

Carole Parodi<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

El punto m\u00e1s bajo se alcanza entre las cuatro y cinco horas. Le duele la espalda y otras partes del cuerpo, el cerebro env\u00eda desde hace mucho tiempo impulsos cada vez m\u00e1s fuertes para escapar. Algunos ya han huido, pero la mayor\u00eda de los visitantes de la \u00d3pera de Ginebra aguantan hasta el final, alrededor de medianoche, muchos entusiasmados, otros perdidos en un feliz sue\u00f1o.<\/p>\n

Quien se queda hace lo correcto de cualquier manera, porque en alg\u00fan momento de la quinta hora sucede algo maravilloso: el h\u00e9roe en el escenario, con quien hemos pasado por altibajos durante lo que parece una eternidad, recibe los estigmas de Jes\u00fas. En el cruce; El camino de su vida, enteramente dedicado al seguimiento de Cristo, est\u00e1 llegando a su fin. Todo se vuelve ligero y f\u00e1cil, muere. Pero los coros celestiales cantan sobre la resurrecci\u00f3n, y la m\u00fasica brilla y se regocija, como si quisiera abrazar al mundo entero con su j\u00fabilo. <\/p>\n

Te sientes abrazado, tal vez incluso animado, o al menos completamente conmovido. \u201cSaint Fran\u00e7ois d’Assise\u201d de Olivier Messiaen es todo en uno: retiro y ejercicio penitencial, servicio religioso que incluye serm\u00f3n, meditaci\u00f3n y oraci\u00f3n. S\u00f3lo hay una cosa que esta gigantesca obra de casi seis horas de duraci\u00f3n no es ciertamente: una \u00f3pera convencional. Esto se puede sentir ahora tambi\u00e9n en el Gran Teatro de Ginebra, que se ha atrevido a realizar una serie de cuatro representaciones de \u201cSaint Fran\u00e7ois d’Assise\u201d.<\/p>\n

Viaje espiritual<\/span><\/h2>\n

En lugar de una trama pintoresca, Messiaen cuenta la antigua leyenda de Francisco de As\u00eds en su \u00fanica obra esc\u00e9nica. En lugar de arias y cantos, se oyen sobre todo declamaciones solemnes y mucho silencio elocuente: todo lo esencial sucede de forma invisible en una m\u00fasica que no es la m\u00fasica de \u00f3pera tradicional. Hay que involucrarse en esta pieza extrema, que, a pesar o quiz\u00e1s por todas sus exigencias irrazonables, es una de las cosas m\u00e1s importantes que ha producido el teatro musical en el siglo XX.<\/p>\n

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Francisco de As\u00eds (Robin Adams) se encuentra con un \u00e1ngel (Claire de S\u00e9vign\u00e9) en su lecho de muerte.<\/h2>\n

Carole Parodi<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

La obra, que se estren\u00f3 en Par\u00eds en 1983, cuenta con los mejores abogados en Jonathan Nott y la Orchestre de la Suisse Romande. Messiaen, que como sinest\u00e9sico dec\u00eda percibir los sonidos como colores, lo puso todo en esta partitura: su armon\u00eda completamente independiente, por la que es inmediatamente reconocible, un caso raro en la m\u00fasica contempor\u00e1nea; su entusiasmo por el canto de los p\u00e1jaros, que traduc\u00eda meticulosamente, no s\u00f3lo onomatop\u00e9yicamente, en sonidos; Por \u00faltimo, pero no menos importante, su piedad, que desaf\u00eda todos los shocks de la modernidad. El profundamente devoto cat\u00f3lico Messiaen estaba as\u00ed en desacuerdo con los acontecimientos de su tiempo y especialmente del nuestro. La obra de este gran vanguardista y precursor de la nueva m\u00fasica no parece ni por un momento atr\u00e1s.<\/p>\n

La paradoja sigue siendo su fascinaci\u00f3n duradera hoy en d\u00eda, y Nott y sus amigos logran transmitirla de una manera poderosa. La enorme orquesta y el coro a\u00fan mayor est\u00e1n situados al fondo del escenario: todo lo visual surge, por as\u00ed decirlo, de los sugerentes sonidos. Porque esta anti\u00f3pera no quiere simplemente rastrear la vida m\u00e1s o menos conocida de Francisco de As\u00eds. M\u00e1s bien, quiere acompa\u00f1ar ac\u00fasticamente a los oyentes en el viaje espiritual que recorri\u00f3 el santo durante su vida asc\u00e9tica.<\/p>\n

Ascetismo es aqu\u00ed la palabra clave: quien emprende este viaje como espectador debe tambi\u00e9n sufrir un poco en sus luchas y en su b\u00fasqueda de Dios, de manera muy concreta, en el sentido f\u00edsico, como se describe al principio. La extensi\u00f3n exorbitante es parte de la estrategia de la obra, que lucha con las verdades religiosas palabra por palabra, escena por escena, en lugar de proclamarlas afirmativamente. Los procesos altamente ritualizados crean con el tiempo un est\u00edmulo narc\u00f3tico que en realidad te cautiva o te hace huir, como hacen algunos visitantes de Ginebra durante las dos pausas.<\/p>\n

Direcci\u00f3n al cosmos<\/span><\/h2>\n

Con esta forma de inmersi\u00f3n total del p\u00fablico, que cada vez m\u00e1s se convierte en una comunidad, \u00abSaint Fran\u00e7ois d’Assise\u00bb es \u00fanico en el teatro musical moderno; a lo sumo se encuentran esfuerzos similares en el arte religioso \u00abParsifal\u00bb de Wagner. Sin embargo, esto supone una carga sobrehumana para el int\u00e9rprete del papel principal: es una figura actuante, sacerdote y aparecido de Cristo, todo en uno. Sin embargo, Ginebra tiene con Robin Adams un cantante que puede representar de manera cre\u00edble esta extra\u00f1a trinidad y tambi\u00e9n cantar la parte infinitamente larga de manera excelente.<\/p>\n

Adams crea el encuentro del santo con un leproso (Ale\u0161 Briscein), a quien Francisco curar\u00e1 de su enfermedad, de una manera completamente sencilla y veraz. Suena delicadamente er\u00f3tico en su di\u00e1logo con el \u00e1ngel, el \u00fanico papel femenino que Claire de S\u00e9vign\u00e9 deja brillar maravillosamente. Pero lo m\u00e1s destacado es el famoso serm\u00f3n de los p\u00e1jaros, que el apasionado ornit\u00f3logo Messiaen ha poblado casi en exceso con animales ex\u00f3ticos emplumados. La orquesta chirr\u00eda, cacarea, pita y revolotea, y Nott y sus m\u00fasicos act\u00faan con tal virtuosismo que por un momento realmente te sientes como si estuvieras en un enorme aviario. Pero Adams, suspendido sobre cuerdas en el cielo del escenario, irradia calma y certeza en medio del aleteo, como si realmente estuviera hablando con todo el cosmos.<\/p>\n

Mientras que la m\u00fasica ya proporciona una imaginaci\u00f3n tan v\u00edvida, la direcci\u00f3n tiene dificultades. En realidad, esta obra no necesita ninguna puesta en escena, sobre todo porque Messiaen, seg\u00fan su propia declaraci\u00f3n, ya ha limitado su libreto a lo esencial: \u201cTodo lo que no tiene. colores, ni milagros, no dej\u00e9 de lado ning\u00fan p\u00e1jaro, ni piedad ni fe.\u00bb El artista franco-argelino Adel Abdessemed, conocido por sus instalaciones y videoarte, todav\u00eda encuentra la manera de ilustrar sutilmente lo que est\u00e1 sucediendo. <\/p>\n

Para ello utiliza principalmente discos de gran tama\u00f1o que recuerdan a los gongs chinos, en los que se proyectan v\u00eddeos asociativos. La mayor\u00eda de las veces simplemente duplican lo que ya se comenta en el texto y la m\u00fasica, un problema bien conocido en la direcci\u00f3n de obras de artistas visuales. Por supuesto, producciones anteriores de la pieza han demostrado que los contrapuntos esc\u00e9nicos o incluso las refracciones dif\u00edcilmente tienen ninguna posibilidad contra el poder abrumador de la m\u00fasica de Messiaen. Al fin y al cabo, \u201cSaint Fran\u00e7ois d’Assise\u201d es una \u00f3pera. <\/p>\n

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