{"id":1106852,"date":"2024-04-27T03:43:30","date_gmt":"2024-04-27T03:43:30","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/tengo-suerte-de-no-recordarlo-dice-peter-iczkovits-que-de-nino-estuvo-en-un-campo-de-concentracion-y-ahora-vuelve-a-experimentar-el-antisemitismo-en-zurich\/"},"modified":"2024-04-27T03:43:33","modified_gmt":"2024-04-27T03:43:33","slug":"tengo-suerte-de-no-recordarlo-dice-peter-iczkovits-que-de-nino-estuvo-en-un-campo-de-concentracion-y-ahora-vuelve-a-experimentar-el-antisemitismo-en-zurich","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/tengo-suerte-de-no-recordarlo-dice-peter-iczkovits-que-de-nino-estuvo-en-un-campo-de-concentracion-y-ahora-vuelve-a-experimentar-el-antisemitismo-en-zurich\/","title":{"rendered":"\u00abTengo suerte de no recordarlo\u00bb, dice Peter Iczkovits, que de ni\u00f1o estuvo en un campo de concentraci\u00f3n y ahora vuelve a experimentar el antisemitismo en Z\u00farich."},"content":{"rendered":"


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Peter Iczkovits, de Zurich, es uno de los \u00faltimos testigos del Holocausto, entre los que entonces eran ni\u00f1os peque\u00f1os.<\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/div>\n

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Peter Iczkovits, de 81 a\u00f1os, en su Chevrolet del a\u00f1o 1926 en Z\u00farich.<\/h2>\n

Katrin Schregenberger<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

Peter Iczkovits, uno de los \u00faltimos testigos del Holocausto, est\u00e1 sentado en su escritorio en Zurich Wiedikon, donde no muy lejos un islamista apu\u00f1al\u00f3 recientemente a un jud\u00edo, y dice: \u201cCuando me enter\u00e9 del ataque, pens\u00e9: Eso no est\u00e1 sucediendo \u00bb. De fondo se oye a su hijo hablar por tel\u00e9fono en alem\u00e1n, hebreo e ingl\u00e9s, porque estamos sentados en la empresa de venta de coches que Iczkovits dirigi\u00f3 toda su vida. Y contin\u00faa: \u201cLa persona atacada era un amigo m\u00edo\u201d.<\/p>\n

Desde el incidente de Zurich a principios de marzo, los jud\u00edos han estado preocupados por el aumento del antisemitismo. Los cristianos ortodoxos como Peter Iczkovits corren un riesgo especial. No tiene una barba larga ni un sombrero llamativo. Sin embargo, nunca lo ves sin kip\u00e1. Experiment\u00f3 desprecio por los jud\u00edos cuando era ni\u00f1o.<\/p>\n

Han pasado 80 a\u00f1os desde que los nacionalsocialistas invadieron su Hungr\u00eda natal y comenzaron el exterminio de jud\u00edos. Han pasado 80 a\u00f1os desde que la empresa de concesionarios de autom\u00f3viles que fund\u00f3 su bisabuelo fue disuelta por la fuerza. Su padre tuvo que realizar trabajos forzados y su hijo Peter fue enviado al campo de concentraci\u00f3n de Bergen-Belsen con su madre y su hermana cuando ten\u00eda dos a\u00f1os.<\/p>\n

El hombre, que ahora tiene 81 a\u00f1os, ha seguido los acontecimientos de sus primeros a\u00f1os de vida en un libro junto al autor de estas l\u00edneas. Su historia y muchas otras sobre ni\u00f1os en el Holocausto reci\u00e9n ahora est\u00e1n saliendo a la luz, porque durante mucho tiempo el mundo no estuvo interesado en el destino de aquellos que apenas pod\u00edan recordar.<\/p>\n

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\"Peter <\/div>
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Peter Iczkovits de peque\u00f1o con su padre Alfred en el sanatorio La Riondaz de Leysin, hacia 1946.<\/h2>\n

Peter Iczkovits<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

1,5 millones de menores jud\u00edos muertos<\/span><\/h2>\n

S\u00f3lo en la d\u00e9cada de 1990 se empez\u00f3 a examinar el destino de los ni\u00f1os. Los ni\u00f1os jud\u00edos se vieron especialmente afectados por el exterminio, porque cualquiera que no pudiera trabajar no val\u00eda nada para los nacionalsocialistas. 1,5 millones de menores jud\u00edos murieron en el Holocausto. En consecuencia, en los campos de concentraci\u00f3n hab\u00eda pocos ni\u00f1os: en Auschwitz s\u00f3lo hab\u00eda el 5,5 por ciento.<\/p>\n

Una excepci\u00f3n fue Bergen-Belsen, a la que sobrevivi\u00f3 Peter Iczkovits. Este campo de concentraci\u00f3n fue un caso especial. No ten\u00eda como objetivo matar a los prisioneros, sino mantenerlos en \u201ccondiciones intercambiables\u201d. Por ejemplo, se trataba de rehenes jud\u00edos extranjeros que los nacionalsocialistas quer\u00edan intercambiar con los aliados por civiles alemanes internados.<\/p>\n

Inicialmente, a estos reclusos se les dio m\u00e1s comida, se les permiti\u00f3 vestir ropa de civil y quedarse con sus familias. Sin embargo, las circunstancias siguieron siendo desoladoras: en Bergen-Belsen, el hacinamiento y la indiferencia de los soldados de las SS condujeron al final a un abandono terrible y fatal.<\/p>\n

Sin embargo, hasta mediados de 1944, cuando Peter Iczkovits fue enviado al campo, las condiciones en Bergen-Belsen eran mejores que en otros lugares. La proporci\u00f3n de menores en Bergen-Belsen rondaba el 18 por ciento; las SS deportaron aqu\u00ed a 3.500 ni\u00f1os.<\/p>\n

Por eso pudo salir del campo de concentraci\u00f3n con su madre y su hermana. luego el \u201ctransporte Kasztner\u201d secreto<\/a> Gracias a. <\/p>\n

Se trat\u00f3 de una operaci\u00f3n controvertida en la que alrededor de 1.700 jud\u00edos fueron rescatados de Hungr\u00eda. El periodista jud\u00edo h\u00fangaro Rudolf Kasztner negoci\u00f3 directamente con los nacionalsocialistas y compr\u00f3 a los jud\u00edos. Este acuerdo fue posteriormente objeto de cr\u00edticas.<\/p>\n

Pero los rescatados acabaron en Suiza. Esto se debi\u00f3 a que Rudolf Kasztner ten\u00eda conexiones en Suiza y el pa\u00eds tambi\u00e9n era aceptable para los nazis como pa\u00eds de salida debido a su neutralidad.<\/p>\n

La familia Iczkovits empez\u00f3 una nueva vida en Zurich.<\/p>\n

Peter Iczkovits no recuerda ninguno de estos dram\u00e1ticos acontecimientos. Lo primero que recuerda es despertarse en un sanatorio de tuberculosis suizo y ya no reconocer a sus padres.<\/p>\n

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El grupo Kasztner en su cuartel del gimnasio Kreuzbleiche en St. Gallen, diciembre de 1944.<\/h2>\n

Archivo m\u00e1s timbre<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

Los padres ya no son reconocidos.<\/span><\/h2>\n

Esto tambi\u00e9n es t\u00edpico: la Organizaci\u00f3n Suiza de Ayuda a los Ni\u00f1os Emigrantes (SHEK), que se ocupa de los ni\u00f1os refugiados en Suiza, se ha fijado en repetidas ocasiones en ni\u00f1os que ya no reconocen a sus padres o no quieren reconocerlos como tales. Adem\u00e1s, a menudo ten\u00edan problemas de conducta. Nettie Sutro, directora de la organizaci\u00f3n de ayuda, escribi\u00f3 en 1952: \u201cLa relaci\u00f3n con la generaci\u00f3n anterior a ellos qued\u00f3, en el mejor de los casos, destrozada, si no destruida\u201d.<\/p>\n

Durante la guerra, SHEK cuid\u00f3 a casi 5.000 ni\u00f1os refugiados, en su mayor\u00eda jud\u00edos. Los ni\u00f1os casi siempre estaban separados de sus padres y alejados unos de otros: los ni\u00f1os y los padres pod\u00edan reunirse como m\u00e1ximo cuatro veces al a\u00f1o, durante tres d\u00edas cada uno.<\/p>\n

Los ni\u00f1os peque\u00f1os se quedaron con sus madres, pero en el caso de Peter Iczkovits no fue as\u00ed, porque una sombra de tuberculosis apareci\u00f3 en sus pulmones. Pas\u00f3 m\u00e1s de un a\u00f1o en el sanatorio de Leysin en Vaud y olvid\u00f3 su lengua materna, el h\u00fangaro.<\/p>\n

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Peter Iczkovits fue enviado al campo de concentraci\u00f3n de Bergen-Belsen cuando ten\u00eda dos a\u00f1os.<\/h2>\n

Peter Iczkovits<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

Cuando Peter Iczkovits regresa con su familia ortodoxa a la edad de cinco a\u00f1os, se siente alienado. La relaci\u00f3n con su padre se caracteriza por conflictos. Quiz\u00e1s tambi\u00e9n porque el padre tiene otras preocupaciones: desde hace a\u00f1os lucha contra los funcionarios de Zurich y las autoridades federales que quieren que la familia jud\u00eda salga del pa\u00eds lo antes posible. Despu\u00e9s de la guerra, Suiza presion\u00f3 sistem\u00e1ticamente a los refugiados jud\u00edos para que emigraran a otros pa\u00edses.<\/p>\n

Con el paso de los a\u00f1os, su padre reconstruy\u00f3 en Zurich su negocio de concesionario de autom\u00f3viles, que hab\u00eda florecido en Hungr\u00eda. Pero sigue siendo un extra\u00f1o. \u201cPor alguna raz\u00f3n, mi padre no pudo establecerse en Suiza. Ya estaba harto de Suiza con esta polic\u00eda de inmigraci\u00f3n de Zurich\u00bb. Peter Iczkovits, su hijo, tiene una relaci\u00f3n diferente con Suiza: \u201cPara m\u00ed es diferente. Crec\u00ed aqu\u00ed. Hablo alem\u00e1n suizo correcto. Soy un jud\u00edo suizo.\u00bb<\/p>\n

Regreso a Bergen-Belsen<\/span><\/h2>\n

El devoto Peter Iczkovits pasa su vida en Zurich, forma una familia numerosa con diez hijos y se hace cargo de la empresa de comercio de autom\u00f3viles que fund\u00f3 su padre. Aqu\u00ed est\u00e1 ahora, a sus 81 a\u00f1os, sentado en la silla de su oficina e intentando recordar.<\/p>\n

Porque con la jubilaci\u00f3n sus signos de interrogaci\u00f3n se hicieron cada vez m\u00e1s grandes. \u00bfQu\u00e9 pas\u00f3 realmente cuando lo enviaron a un campo de concentraci\u00f3n cuando ten\u00eda dos a\u00f1os? Investig\u00f3 la cuesti\u00f3n, se puso en contacto con el Memorial Bergen-Belsen y viaj\u00f3 all\u00ed con su esposa con la esperanza de encontrar una chispa de recuerdo. \u201cMuchos ex presos s\u00f3lo llegan aqu\u00ed cuando alcanzan la edad de jubilaci\u00f3n\u201d, afirma en una entrevista Bernd Horstmann, investigador del monumento. \u00abHoy en d\u00eda s\u00f3lo vienen ‘ni\u00f1os supervivientes’, personas que sobrevivieron al Holocausto cuando eran ni\u00f1os\u00bb.<\/p>\n

Peter Iczkovits mira por encima del borde de sus gafas y se ajusta la kip\u00e1. \u00abTengo suerte de no recordarlo\u00bb, dice. Trabajar en el libro le abri\u00f3 los ojos al impacto que tuvieron en \u00e9l sus primeros a\u00f1os de vida. El Holocausto ocurri\u00f3 hace unos 80 a\u00f1os y \u00e9l es uno de los \u00faltimos testigos. Espera que no haya ninguno nuevo.<\/p>\n

Katrin Schregenberger<\/strong> es historiador y autor del libro de no ficci\u00f3n \u201cRescate from the Death Wagon: As a Two-Year-Old from the Bergen-Belsen Concentration Camp to Switzerland\u201d, que acaba de ser publicado por Zytglogge Verlag.<\/p>\n

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