{"id":1112240,"date":"2024-05-01T15:10:56","date_gmt":"2024-05-01T15:10:56","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/si-a24-hiciera-un-videojuego-se-pareceria-mucho-a-indika\/"},"modified":"2024-05-01T15:10:58","modified_gmt":"2024-05-01T15:10:58","slug":"si-a24-hiciera-un-videojuego-se-pareceria-mucho-a-indika","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/si-a24-hiciera-un-videojuego-se-pareceria-mucho-a-indika\/","title":{"rendered":"Si A24 hiciera un videojuego, se parecer\u00eda mucho a Indika"},"content":{"rendered":"


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Para un juego sobre el rechazo del pensamiento m\u00edstico, \u00edndica <\/em>est\u00e1 lleno de un sinf\u00edn de detalles extra\u00f1os y fantasmales. Tomemos como ejemplo la escena de la Sagrada Comuni\u00f3n cerca del comienzo: Indika, una joven monja ortodoxa rusa y nuestra hero\u00edna poco convencional, espera obedientemente para tomar un sorbo de vino. Pero justo antes de que le llegue el sacramento, ve a una mujer diminuta saliendo de la boca de la monja que se acerca. Esta figura traviesa se desliza por el brazo de la monja para interrumpir la ceremonia, lo que hace que Indika, que apenas puede creer lo que ve, pierda el rumbo y se caiga. Mientras la c\u00e1mara gira fren\u00e9ticamente a su alrededor, la joven murmura disculp\u00e1ndose, las otras monjas la miran boquiabiertas mientras intenta ponerle freno a la alucinaci\u00f3n.<\/p>\n

Indika no puede evitar por completo estos pensamientos y visiones intrusivos, y eso es parte de la miserable diversi\u00f3n del juego. A lo largo de aproximadamente cinco horas de esta aventura en tercera persona, que nos lleva a trav\u00e9s de una versi\u00f3n pict\u00f3rica pero incre\u00edblemente fotorrealista de la Rusia del siglo XIX, sentimos que la mente de la joven se divide mientras choca con las reglas dogm\u00e1ticas de su fe cristiana. A veces, este conflicto se produce como una mordaz voz masculina, presumiblemente el mon\u00f3logo interno de la propia Indika. \u201cEl trabajo in\u00fatil es la base del desarrollo espiritual\u201d, dice mientras le indicamos a Indika que vaya a buscar ocho cubos de agua en el fr\u00edo glacial. \u201cLa obediencia est\u00e1 por encima del ayuno y las oraciones\u201d, se burla un momento despu\u00e9s. Otras veces vemos fantasmas monstruosos y luego, m\u00e1s tarde, lo que seguramente debe ser el mism\u00edsimo diablo, escabull\u00e9ndose como una ara\u00f1a hacia el borde de la pantalla.<\/p>\n

Mucho del tiempo, \u00edndica<\/em> se juega como un ingenioso simulador de caminata, el g\u00e9nero que se hizo popular en la d\u00e9cada de 2010 con una serie de t\u00edtulos interactivamente minimalistas, lentos y reflexivos como querida Esther<\/em> <\/em>y Vigilancia contra incendios<\/em>. Nuestro protagonista se mueve sin el paso atl\u00e9tico y saltador de un superh\u00e9roe, y apenas acelera el ritmo cuando se mantiene presionado el bot\u00f3n \u00abcorrer\u00bb. Su cabeza a menudo est\u00e1 inclinada hacia adelante, como si estuviera en una pose perpetuamente sumisa ante el mundo en general, mordi\u00e9ndose ocasionalmente las u\u00f1as y gesticulando silenciosamente el Ave Mar\u00eda. Esto nos da tiempo para empaparnos de nuestro entorno impresionista y so\u00f1ador: las interminables extensiones de nieve blanca; desvencijados edificios de madera que parecen elevarse de forma antinatural hacia el cielo; una f\u00e1brica de pescado llena de latas tan grandes que hacen que Indika parezca del tama\u00f1o de un rat\u00f3n diminuto.<\/p>\n