{"id":1125311,"date":"2024-05-11T18:31:57","date_gmt":"2024-05-11T18:31:57","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/comentario-invitado-la-desmoralizacion-de-la-politica-nacional-e-internacional\/"},"modified":"2024-05-11T18:32:01","modified_gmt":"2024-05-11T18:32:01","slug":"comentario-invitado-la-desmoralizacion-de-la-politica-nacional-e-internacional","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/comentario-invitado-la-desmoralizacion-de-la-politica-nacional-e-internacional\/","title":{"rendered":"COMENTARIO INVITADO – La desmoralizaci\u00f3n de la pol\u00edtica nacional e internacional"},"content":{"rendered":"


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Los argumentos morales son siempre muy emocionales y dificultan los compromisos entre diferentes intereses. La moralidad absolutiza el propio punto de vista, raz\u00f3n por la cual la condena moral y el pensamiento amigo-enemigo van de la mano.<\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/div>\n

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Si se invocan los derechos humanos para todos los intereses posibles, los compromisos se vuelven m\u00e1s dif\u00edciles y la moralidad se deval\u00faa.<\/h2>\n

Gian Ehrenzeller \/ Keystone<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n

Una sociedad din\u00e1mica est\u00e1 constantemente en crisis. El p\u00fablico espera control pol\u00edtico y los propios pol\u00edticos tienen un deseo de control, al que su capacidad de control no se corresponde. La ilusi\u00f3n de dise\u00f1o y control conduce al \u201cfracaso del Estado\u201d, a la desilusi\u00f3n con la pol\u00edtica, a la radicalizaci\u00f3n y a la expulsi\u00f3n de los gobiernos.<\/p>\n

Los populistas presentan \u201csoluciones\u201d simples y difunden teor\u00edas de conspiraci\u00f3n seg\u00fan las cuales una \u00e9lite desconectada est\u00e1 enga\u00f1ando al pueblo. Los partidos establecidos contraatacan al mismo nivel y condenan al ostracismo a los populistas como enemigos de la democracia, mentirosos y fascistas. Y los frentes nacionales reflejan tambi\u00e9n la situaci\u00f3n internacional cada vez m\u00e1s tensa.<\/p>\n

La dicotom\u00eda amigo-enemigo<\/span><\/h2>\n

Esto supone un nuevo honor para Carl Schmitt, quien, como es bien sabido, ve\u00eda la pol\u00edtica determinada por la dicotom\u00eda amigo-enemigo. El soberano -al igual que la Constituci\u00f3n- determina el enemigo respectivo. Schmitt no quer\u00eda que esta demarcaci\u00f3n se entendiera moralmente porque aqu\u00ed s\u00f3lo contaban los intereses propios, en casos extremos los intereses de supervivencia. Sin embargo, la propia pol\u00edtica siempre debe resultar leg\u00edtima. De esta manera, cada parte justifica la violencia y la guerra como defensa o como una \u201cobligaci\u00f3n de proteger\u201d; el enemigo es visto como un agresor que debe ser condenado moralmente; La condena moral y el pensamiento amigo-enemigo van de la mano.<\/p>\n

No se puede simplemente prescindir de la moralidad, ya que es un fundamento de la coexistencia humana. La moralidad protege los intereses de los dem\u00e1s contra el inter\u00e9s propio desenfrenado, asegura la coexistencia pac\u00edfica a trav\u00e9s de normas y expectativas fijas y establece las bases comunes del comportamiento. Utiliza las distinciones bien\/mal (malo) para distinguir entre comportamiento aceptable e inaceptable y expresa respeto o desprecio.<\/p>\n

La moral se aprende durante la socializaci\u00f3n y se ancla emocionalmente, en la conciencia, haciendo de la persona una persona (predecible). El comportamiento moral garantiza el reconocimiento de los dem\u00e1s y el respeto por uno mismo. Las violaciones de las reglas morales provocan reacciones emocionales, provocan l\u00e1stima, ira, indignaci\u00f3n, pero tambi\u00e9n, est\u00e9tica y moralmente, repugnancia, repugnancia (las propias violaciones provocan sentimientos de culpa, remordimiento, verg\u00fcenza) y conducen a la desaprobaci\u00f3n, la amonestaci\u00f3n, la retirada del respeto, y ruptura de la comunicaci\u00f3n. Si uno aceptara una violaci\u00f3n escandalosa, su autoestima estar\u00eda en juego. <\/p>\n

Hist\u00f3ricamente, la moralidad reg\u00eda todos los \u00e1mbitos de la vida. Despu\u00e9s de la Guerra de los Treinta A\u00f1os, la religi\u00f3n en Europa ya no fue tratada como un problema pol\u00edtico-moral, primero entre estados y luego dentro de los estados, sino que fue neutralizada. Otras \u00e1reas como la vestimenta, el matrimonio, la sexualidad siguieron y se convirtieron en cuestiones est\u00e9ticas, planteadas a discreci\u00f3n del individuo.<\/p>\n

La moralidad qued\u00f3 restringida a su \u00e1rea central. Hoy en d\u00eda, los derechos humanos tienen como objetivo garantizar los intereses b\u00e1sicos de todas las personas (integridad f\u00edsica, suministros materiales b\u00e1sicos, libertad \u201crelativa\u201d). El objetivo final es evitar el sufrimiento. Existe una moral b\u00e1sica de reciprocidad a nivel mundial (\u201cRegla de Oro\u201d): la prohibici\u00f3n del da\u00f1o como deber incondicional y el requisito de ayudar como deseable y meritorio (s\u00f3lo obligatorio en situaciones de emergencia).<\/p>\n

Los intereses b\u00e1sicos nunca fueron controvertidos, sino \u201cs\u00f3lo\u201d qui\u00e9n deber\u00eda beneficiarse de ellos. La moral es inicialmente moral de grupo, el derecho es derecho de grupo (diferente seg\u00fan las clases hasta los tiempos modernos). El reconocimiento de los intereses b\u00e1sicos como derechos humanos (y, en consecuencia, tambi\u00e9n como derechos de los animales) es plausible hoy en d\u00eda, ya que son los mismos para todos y los derechos humanos pueden derivarse de la naturaleza humana, si se consideran, como c\u00edrculo, los intereses b\u00e1sicos ( y no la clase, la raza). <\/p>\n

La moralidad se refiere a lo no negociable y es la base de la propia identidad cultural, nacional o grupal. Cualquiera que ataque la moralidad espec\u00edfica de un grupo pone en duda su forma de vida, su identidad y sus valores. En los conflictos, la moralidad es siempre el \u00faltimo \u201cargumento\u201d que hace referencia a diferentes visiones del mundo. En general, cualquier tipo de despliegue moral es problem\u00e1tico y ataca a la persona o a una forma de vida. La comunicaci\u00f3n moral es muy emocional, dificulta o imposibilita los compromisos e impide la comprensi\u00f3n: la moralidad absolutiza el propio punto de vista y polariza.<\/p>\n

Los hechos pueden entonces ser indiscutibles -por ejemplo, que Rusia invadi\u00f3 Ucrania-, pero lo que es pol\u00edticamente crucial es su interpretaci\u00f3n moral como justificada o injustificada. E incluso las mentiras obvias pueden utilizarse pol\u00edtica y moralmente durante mucho tiempo.<\/p>\n

Moralidad en la democracia<\/span><\/h2>\n

La tarea b\u00e1sica de la pol\u00edtica es asegurar la vida y la integridad f\u00edsica, la moralidad b\u00e1sica, m\u00e1s all\u00e1 del \u00e1rea local. Los intereses propios siempre amenazan con entrar en conflicto con los intereses extranjeros. La pol\u00edtica, con su monopolio de la violencia, debe garantizar que se tenga en cuenta el bien com\u00fan. Para garantizar que no se abuse del monopolio de la fuerza en beneficio propio, la democracia, la separaci\u00f3n de poderes y el estado de derecho lo restringen y permiten la transferencia no violenta del poder a trav\u00e9s de elecciones.<\/p>\n

Esto significa al mismo tiempo abandonar la confrontaci\u00f3n amigo-enemigo y renunciar a la moralidad. Los partidos \u201cs\u00f3lo\u201d tienen que ponerse de acuerdo sobre la constituci\u00f3n constitucional democr\u00e1tica. Se asume el consenso b\u00e1sico sobre la constituci\u00f3n y asegura la legitimidad y justificaci\u00f3n moral de la pol\u00edtica. Y a pesar de todas las pol\u00e9micas, el consenso b\u00e1sico tambi\u00e9n significa que el oponente pol\u00edtico no es un enemigo, sino una persona respetada con quien se puede hablar y trabajar juntos. La verdadera indignaci\u00f3n por la injusticia, por otra parte, no admite concesiones.<\/p>\n

Se supone que la moralidad en s\u00ed misma protege a los dem\u00e1s. Puesto que uno mismo pertenece a los dem\u00e1s, esto puede entenderse, y a menudo se entiende en pol\u00edtica, como un reclamo de una consideraci\u00f3n \u201cjusta\u201d. Sin embargo, la democracia consiste en un equilibrio amoral de intereses y una toma de decisiones mayoritaria. Si, por el contrario, todas las exigencias posibles se basan en la justicia o incluso en los derechos humanos, los compromisos se vuelven m\u00e1s dif\u00edciles y la moralidad se infla y deval\u00faa, algo que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ahora alienta cuando condena a Suiza por no protege el clima y, por lo tanto, equipara impl\u00edcitamente los problemas clim\u00e1ticos con la tortura.<\/p>\n

Cuando problemas como el clima y la migraci\u00f3n ya no pueden resolverse simplemente mediante la reconciliaci\u00f3n democr\u00e1tica de intereses y el crecimiento econ\u00f3mico, se produce una remoralizaci\u00f3n y los problemas complejos se reducen al simple contraste entre bien\/malo y amigo\/enemigo. <\/p>\n

Despu\u00e9s de la Segunda Guerra Mundial, personas de todo el mundo pudieron llegar a acuerdos ret\u00f3ricos sobre derechos humanos, incluso con pa\u00edses que segu\u00edan estando moralmente determinados. Hoy en d\u00eda, cada Estado se considera conforme a los derechos humanos, en su versi\u00f3n: en el mundo isl\u00e1mico sin igualdad de g\u00e9nero, sin libre elecci\u00f3n de religi\u00f3n, en muchos Estados con libertades civiles restringidas. Con la diferente interpretaci\u00f3n de los derechos humanos y un mundo multipolar, la gente vuelve a caer en la moral de grupo, y cada vez m\u00e1s a nivel nacional. La moral occidental en materia de derechos humanos es s\u00f3lo una moral entre muchas, y la comprensi\u00f3n europea difiere de la comprensi\u00f3n estadounidense de la pena de muerte y la tortura.<\/p>\n

La comprensi\u00f3n liberal universalmente pretendida, seg\u00fan la cual el progreso de la moralidad consiste precisamente en la renuncia a la moralidad, en la limitaci\u00f3n a la moralidad b\u00e1sica, se entiende como una amenaza a otras formas de vida y se denuncia y combate como imperialismo occidental. Hoy ya no es la moral de grupo la que est\u00e1 a la defensiva, sino el universalismo, que se declara moral de grupo. Esto efectivamente te obliga a entrar en una situaci\u00f3n amigo-enemigo. <\/p>\n

Debido a la fuerte moralizaci\u00f3n actual de la guerra, los acuerdos de paz, que normalmente s\u00f3lo se celebran despu\u00e9s de una derrota, se est\u00e1n volviendo a\u00fan m\u00e1s dif\u00edciles. Desde la Segunda Guerra Mundial, ya no es posible utilizar la llamada cl\u00e1usula de olvido para \u201colvidar benevolentemente\u201d lo que ocurri\u00f3 durante la guerra, o simplemente ignorar los cr\u00edmenes de guerra. Y la reconciliaci\u00f3n est\u00e1 fuera de discusi\u00f3n.<\/p>\n

Las democracias occidentales no pueden abandonar sus normas de derechos humanos sin abandonarse a s\u00ed mismas. Tienen que proteger los derechos humanos fundamentales, lo cual ya es bastante dif\u00edcil, por ejemplo cuando se trata de c\u00f3mo tratar a los refugiados. Las violaciones de derechos humanos son \u201cen s\u00ed mismas\u201d inaceptables; los responsables de ellas no pueden ser interlocutores reconocidos.<\/p>\n

Los oponentes en las guerras religiosas tambi\u00e9n vieron las cosas de manera similar. Hasta ahora, se han tenido en cuenta los costos del compromiso moral, se han tomado decisiones basadas en la conveniencia pol\u00edtica, se han realizado intervenciones s\u00f3lo en raras ocasiones y s\u00f3lo contra Estados d\u00e9biles, y los conflictos ideol\u00f3gicos se han convertido en conflictos de intereses a expensas de los derechos humanos. derechos. Ahora la gente est\u00e1 moralmente comprometida a nivel nacional e internacional, y no est\u00e1 (\u00bftodav\u00eda?) claro c\u00f3mo las constelaciones amigo-enemigo pueden remontarse a una base com\u00fan y meros conflictos de intereses.<\/p>\n

Sigbert Gebert<\/strong> es un periodista que ha publicado, entre otros, \u201cLos problemas b\u00e1sicos del desaf\u00edo ecol\u00f3gico\u201d (2005) o \u201cSumma philosophiae\u201d (2024).<\/p>\n

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