museo del ej\u00e9rcito<\/span> <\/figcaption><\/figure>\nDetr\u00e1s del cristal se encuentran reliquias orientales con un poderoso simbolismo. Hay un albornoz morado tra\u00eddo por el general Bugeaud, un fez cosido con un pomp\u00f3n con flecos verdes del que estaba enamorado el general de Lamorici\u00e8re, o la llave de Laghouat (ciudad situada a 400 km al sur de Argel) confiscada por el general P\u00e9lissier. Sobre todo, hay un majestuoso sable de acero damasco con una ligera curvatura, insertado en una vaina de metal dorado cincelado.<\/p>\n
El arma era la del Emir Abdelkader, el l\u00edder emblem\u00e1tico de la resistencia a la conquista francesa de Argelia, obligado a rendirse el 23 de diciembre de 1847. A\u00fan hoy, su alargada sombra acecha las relaciones diplom\u00e1ticas entre Francia y Argelia, en un momento de creciente demandas de restituci\u00f3n.<\/p>\n
Inquietante es este recuerdo del encuentro cara a cara, a trav\u00e9s de piezas de museo interpuestas, entre el h\u00e9roe nacional argelino y sus adversarios de la \u00e9poca, oficiales de un \u201cej\u00e9rcito africano\u201d en plena expansi\u00f3n colonial. Que est\u00e9 confinada en esta caja de cristal ba\u00f1ada en la oscuridad del Ch\u00e2teau de l’Emp\u00e9ri, en Salon-de-Provence (Bouches-du-Rh\u00f4ne), a\u00f1ade melancol\u00eda a la visita. La ubicaci\u00f3n ciertamente se presta a ello. Las melenas de agosto ya merodean por el laberinto de esta fortaleza construida en la Edad Media sobre una protuberancia p\u00e9trea batida por el mistral. El astr\u00f3logo Nostradamus, figura de la ciudad, acogi\u00f3 all\u00ed en 1564 a Catalina de M\u00e9dicis, reina de Francia, en busca de profec\u00edas sobre el futuro del trono.<\/p>\n
En este rinc\u00f3n \u201cargelino\u201d del Museo Emp\u00e9ri \u2013dedicado al arte y la historia militar\u2013 llama la atenci\u00f3n el sable de Abdelkader. Su ornamentaci\u00f3n un tanto barroca, que la relaciona con el estilo llamado \u201crocaille otomano\u201d, no lo explica todo. El atractivo tiene que ver sobre todo con la carga pol\u00edtica que contiene la pieza, sugerida por su aviso: \u201cLa rendici\u00f3n de Abelkader\u201d.<\/em><\/p>\n\nLea tambi\u00e9n:<\/span> Historiadores franceses y argelinos relanzan el di\u00e1logo conmemorativo en Constantina <\/span> <\/div>\n A\u00f1adir a tus selecciones<\/span> <\/button> <\/p>\n<\/section>\nHe aqu\u00ed, pues, el sable de la capitulaci\u00f3n de 1847, este trofeo que el l\u00edder insurgente perseguido de Argelia occidental entreg\u00f3 \u2013 junto a su yegua \u2013 al duque de Aumale, hijo del rey Luis Felipe (1830-1848), ascendido a gobernador. general en Argelia, en Djemaa Ghazaouet, no lejos de la frontera con el sultanato de Marruecos. Ir\u00f3nicamente, el sable lleva estampadas las palabras \u201cManceaux Paris\u201d (una f\u00e1brica de armas), una indicaci\u00f3n de que est\u00e1 fabricado en Francia. Con toda probabilidad, se trat\u00f3 de un regalo diplom\u00e1tico ofrecido por Francia al emir al firmar el Tratado de Tafna en 1837, una tregua que dur\u00f3 apenas dos a\u00f1os. Una devoluci\u00f3n al remitente, en definitiva.<\/p>\n
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