{"id":1140134,"date":"2024-05-23T11:10:02","date_gmt":"2024-05-23T11:10:02","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/furiosa-cristaliza-el-poder-y-los-limites-del-cli-fi\/"},"modified":"2024-05-23T11:10:06","modified_gmt":"2024-05-23T11:10:06","slug":"furiosa-cristaliza-el-poder-y-los-limites-del-cli-fi","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/furiosa-cristaliza-el-poder-y-los-limites-del-cli-fi\/","title":{"rendered":"‘Furiosa’ cristaliza el poder y los l\u00edmites del Cli-Fi"},"content":{"rendered":"


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La tarjeta de t\u00edtulo que abre el original de 1979. Mad Max<\/em> sit\u00faa la acci\u00f3n en un futuro muy cercano, que se avecina apenas \u201cdentro de unos a\u00f1os\u201d. El thriller de acci\u00f3n de culto de George Miller captur\u00f3 el nerviosismo de un mundo al borde del abismo. La pel\u00edcula describe una Australia no del todo postapocal\u00edptica, donde bandas de locos de alto octanaje recorren las carreteras en motocicletas y potentes autos trucados, intentando dejar atr\u00e1s al \u00faltimo de los polic\u00edas con patas de plomo: Max Rockatanksy de Mel Gibson. Revisar la pel\u00edcula es excepcionalmente gratificante, y no s\u00f3lo por el coraje, el humor exc\u00e9ntrico y el br\u00edo de la direcci\u00f3n de Miller. Refleja algo de las tensiones ambientales de un mundo de escasez de combustible potencialmente peligrosa, que amenazaba todo el marco de petr\u00f3leo y pl\u00e1stico de nuestro mundo moderno.<\/p>\n

Miller recuerda esta \u00e9poca sin especial cari\u00f1o. Recuerda que, a mediados de los a\u00f1os 70, todas las gasolineras de Melbourne cerraron. Ahorra para uno. El ambiente era amargo. La tensi\u00f3n era espesa. \u201cS\u00f3lo fueron necesarios 10 d\u00edas\u201d, dice Miller, \u201cen esta ciudad tan pac\u00edfica y benigna para que se disparara el primer disparo. Alguien se adelant\u00f3 a una larga cola, que recorr\u00eda manzanas de la ciudad, para conseguir combustible. Si eso pudiera suceder en s\u00f3lo 10 d\u00edas, \u00bfqu\u00e9 pasar\u00eda en 100 d\u00edas?\u201d<\/p>\n

En cinco pel\u00edculas, incluida la nueva Furiosa: Una saga de Mad Max<\/em>La franquicia de Miller sigue este declive. En la imagen original, el mundo todav\u00eda est\u00e1 bastante intacto. Hay restaurantes, hospitales y familias felices. La gente incluso se viste m\u00e1s o menos normalmente. Puede parecer un poco nuestro mundo: uno que se est\u00e1 derrumbando pero que a\u00fan no se ha derrumbado por completo. En la \u00e9poca de 1982 loco max 2<\/em> (lanzado en los EE. UU. como El guerrero del camino<\/em>), cualquier vestigio de civilizaci\u00f3n ha sido destruido por un per\u00edodo acelerado de guerra por recursos, conflicto nuclear y ecocidio. La humanidad sobrevive en clanes y bandas ambulantes, vestida con plumas y cueros polvorientos.<\/p>\n

En 1985 Mad Max: M\u00e1s all\u00e1 de la c\u00fapula del trueno<\/em>, la civilizaci\u00f3n se basa en el trueque para el comercio, la recolecci\u00f3n de excrementos de cerdo para obtener metano y la resoluci\u00f3n de conflictos mediante combates de gladiadores. En la exitosa secuela de 2015, Mad Max: Furia en el camino<\/em> (que reformul\u00f3 Rockatanksy, poniendo a Tom Hardy a la cabeza), las cosas eran casi caricaturescamente malas: mujeres f\u00e9rtiles eran transportadas a trav\u00e9s de vastos p\u00e1ramos en camiones cisterna, el acceso al agua dulce estaba acaparado por dictadores tir\u00e1nicos con medias m\u00e1scaras esquel\u00e9ticas, y toda la humanidad parec\u00eda existir en un estado de locura fren\u00e9tica y enloquecida. Si esa primera pel\u00edcula era una advertencia (contra el fetiche por la velocidad y el poder, contra la extracci\u00f3n excesiva de preciosas riquezas de un planeta que dif\u00edcilmente pod\u00eda permitirse el lujo de renunciar a ellas), las pel\u00edculas m\u00e1s recientes parecen m\u00e1s actuales que prof\u00e9ticas: visiones sado-c\u00f3micas de nuestra propia vida. mundo enloquecedor y privado de recursos.<\/p>\n

El loco Max<\/span> Las pel\u00edculas est\u00e1n impulsadas por una incoherencia que las gu\u00eda. Ofrecen una cr\u00edtica de la cultura automovil\u00edstica, la escasez de recursos y las mismas cosas que bien pueden llevar a nuestro mundo hacia su propia desaparici\u00f3n, sin importar cu\u00e1ntos veh\u00edculos el\u00e9ctricos compremos. Los habitantes de las desoladas tierras exaltan los autom\u00f3viles, las motocicletas, los motores y, especialmente, la gasolina como objetos fetiche. Pero al mismo tiempo, los placeres de las pel\u00edculas son culpables de esta misma exaltaci\u00f3n. Las emociones se derivan de carreras de alto octanaje, maniobras automovil\u00edsticas peligrosas, choques que destrozan el cuerpo y todo el conjunto. rugido del motor<\/em> de todo. Son como pel\u00edculas de guerra que nos piden que nos emocionemos ante la violencia y la audacia del combate, mientras murmuramos: \u00abEsto es realmente horrible, \u00bfsabes?\u00bb. No hay ning\u00fan esfuerzo por reconcebir un mundo condenado por su obsesi\u00f3n patol\u00f3gica con las m\u00e1quinas que consumen petr\u00f3leo crudo. M\u00e1s bien, el tel\u00f3n de fondo apocal\u00edptico s\u00f3lo proporciona fantas\u00edas de un mayor declive.<\/p>\n