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Mis dos centavos<\/h2>\n
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La columnista de asesoramiento financiero Charlotte Cowles responde a las preguntas personales de los lectores sobre finanzas personales.\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/aside><\/div>\n
\n Foto-Ilustraci\u00f3n: de The Cut; Foto: Im\u00e1genes falsas<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\nNunca podr\u00e1s permitirte una casa. Anoche gastaste demasiado en comida para llevar. La promoci\u00f3n que esperabas obtener este mes en realidad no existe; en cambio, se habla de despidos. Y oh, mira, la factura de tu tarjeta de cr\u00e9dito es… espera, qu\u00e9<\/em>?<\/p>\nBienvenido a la era del gasto fatal, un t\u00e9rmino que surgi\u00f3 de la insidiosa combinaci\u00f3n de desplazamiento fatal y compra de cosas en l\u00ednea. El fen\u00f3meno probablemente te resulte familiar: la ansiedad ambiental (las noticias, tu tel\u00e9fono) combinada con preocupaciones m\u00e1s apremiantes (dinero, trabajo, ese mensaje inc\u00f3modo que acabas de recibir) adem\u00e1s de la constante tentaci\u00f3n de comprar lo que quieras. justo en este momento<\/em> crea una tormenta perfecta para las compras estresantes. Lo que, por supuesto, exacerba las presiones financieras que lo llevaron a desconectarse de su tel\u00e9fono en primer lugar. Enjuague, repita.<\/p>\nUna encuesta realizada el a\u00f1o pasado encontr\u00f3 que el gasto fatal \u2013definido por los investigadores como gasto para hacer frente al estr\u00e9s\u2013 parec\u00eda correlacionarse con las preocupaciones sobre la econom\u00eda. Y las generaciones m\u00e1s j\u00f3venes (35 por ciento de la Generaci\u00f3n Z y 43 por ciento de los millennials) eran m\u00e1s propensas a informar que compraron cuando se sintieron abrumados. Estos hallazgos desencadenaron una predecible tormenta de titulares reprensivos sobre c\u00f3mo los j\u00f3venes est\u00e1n desperdiciando su seguridad financiera en almuerzos y botellas de agua de estatus en lugar de comprar casas.<\/p>\n
Pero esta desgastada narrativa contradice el dilema subyacente. \u00bfNos sentimos arruinados porque estamos gastando fatalmente, o estamos gastando fatalmente porque nos sentimos arruinados? La realidad tiene m\u00e1s matices y no es s\u00f3lo un problema de los j\u00f3venes, dice Kristina Durante, psic\u00f3loga y profesora de marketing en Rutgers Business School. \u201cLos boomers y las generaciones mayores tambi\u00e9n lo hacen\u201d, afirma. No importa su edad, \u00abla gente objetivamente no se siente bien con sus gastos, a pesar de que lo hacen m\u00e1s que nunca\u00bb.<\/p>\n
Incluso Durante no es inmune. \u00abTrabajo en un departamento de marketing, estudio psicolog\u00eda del consumidor y todav\u00eda soy susceptible a estos comportamientos\u00bb, dice. \u201cAparece una caja de ropa en mi puerta y digo: ‘Oh, \u00bfqu\u00e9 es esto? \u00bfUn regalo?’ No, son s\u00f3lo un mont\u00f3n de cosas que olvid\u00e9 y que ped\u00ed en Temu\u201d.<\/p>\n
La culpa no es la falta de fuerza de voluntad, sino que ir de compras es una forma muy c\u00f3moda y eficaz de sentirse mejor. \u00abAyuda a las personas a sentirse m\u00e1s en control, al menos temporalmente\u00bb, dice Durante. \u201cTener un cerebro humano en el mundo actual significa que est\u00e1s cr\u00f3nicamente estresado. La mayor\u00eda de los problemas que vemos d\u00eda a d\u00eda son cosas sobre las que no podemos hacer mucho. Por el contrario, comprar cosas es una acci\u00f3n que puedes realizar y que resuelve un problema percibido de inmediato\u201d.<\/p>\n
Por supuesto, crea otro problema: est\u00e1s gastando dinero que probablemente deber\u00eda asignarse a otra parte, lo que hace que tu estr\u00e9s se prolongue. Entonces, \u00bfc\u00f3mo se puede salir del c\u00edrculo vicioso del gasto fatal? El primer paso es centrarse en una peque\u00f1a tarea, dice Juliano Laran, psic\u00f3logo del consumidor que ense\u00f1a en la Universidad de Basilea en Suiza. \u00abHemos descubierto que pensar o hacer cosas manejables que generen control (como organizar algo) puede ayudar a las personas a autorregularse\u00bb. Recomienda ordenar o reorganizar su escritorio porque establece una apariencia de calma y orden. \u00abDoblar la ropa tambi\u00e9n puede ayudar\u00bb.<\/p>\n
Si cree que esto suena a procrastinaci\u00f3n, estar\u00eda en lo cierto, pero eso no es necesariamente algo malo. \u00abA veces el cerebro necesita un descanso de un factor estresante para calmarse y gestionarlo de forma m\u00e1s eficaz m\u00e1s adelante\u00bb, dice Durante. Alternativamente, a veces simplemente no hay mucho que puedas hacer acerca de lo que te molesta y necesitas formas saludables de afrontarlo. \u00abEncontrar cosas que te den una sensaci\u00f3n de logro, resoluci\u00f3n y cierre ayuda a reducir tu nivel de estr\u00e9s\u00bb, dice. En la mayor\u00eda de los casos, su alternativa a ir de compras no es resolver exactamente el problema que lo estres\u00f3 al principio; se trata de encontrar una manera un poco m\u00e1s productiva (o incluso menos destructiva) de lidiar con ese estr\u00e9s, como salir a caminar, ducharse o hacer algo que no implique mirar una pantalla.<\/p>\n
En uno de los estudios de Durante, las personas a las que se les pidi\u00f3 que escribieran algo que hab\u00edan logrado ese d\u00eda ten\u00edan menos probabilidades de consumir de forma compulsiva. \u201cMe gustar\u00eda que hubiera una aplicaci\u00f3n en mi tel\u00e9fono que apareciera y me obligara a hacerlo antes de comprar algo\u201d, dijo. \u00abTambi\u00e9n podr\u00edas simplemente hacer una lista de las cosas sobre las que tienes control en este momento\u00bb.<\/p>\n
Megan McCoy, terapeuta financiera y profesora de la Universidad Estatal de Kansas, se\u00f1ala que el gasto fatal se perpet\u00faa: la verg\u00fcenza de las compras compulsivas crea m\u00e1s estr\u00e9s que alimenta el ciclo. \u00abUna de las mejores maneras de cambiar el comportamiento es pensar menos en lo que quieres detener<\/em> haciendo y m\u00e1s sobre aquello por lo que est\u00e1s trabajando\u201d, dice. \u201cSentirse culpable por ahorrar dinero s\u00f3lo por ahorrar no es muy motivador para las personas en un momento de alta presi\u00f3n. Pero tener objetivos financieros activos, como poder permitirse algo tangible que realmente se desea o ahorrar para una actividad espec\u00edfica, es mucho m\u00e1s poderoso y puede ayudar a las personas a cambiar sus h\u00e1bitos\u201d. Lo hace nombrando su cuenta de ahorros con el nombre del motivo para el que est\u00e1 ahorrando (en este momento es un viaje) y manteniendo la regla de que tiene que esperar al menos 24 horas antes de comprar algo en l\u00ednea.<\/p>\nOtra t\u00e1ctica cursi pero \u00fatil es pensar en qui\u00e9n ser\u00e1s dentro de diez a\u00f1os. \u00abLas personas adoptan conductas poco saludables y de bajo autocontrol cuando no est\u00e1n muy conectadas con su yo futuro\u00bb, dice Laran. \u201cDentro de diez a\u00f1os, \u00bftienes una idea de c\u00f3mo ser\u00e1 tu vida? \u00bfTe resulta familiar? Entonces es m\u00e1s probable que hagas cosas para cuidar de esa futura persona, como ahorrar dinero y comer alimentos saludables. As\u00ed que trata de identificarte con ese yo futuro\u201d.<\/p>\n
Si todo lo dem\u00e1s falla y te encuentras dudando en pagar, Laran tiene una sugerencia m\u00e1s: enumera diez razones para comprar lo que deseas. \u00abUno pensar\u00eda que cuantas m\u00e1s razones se le ocurran, m\u00e1s probabilidades tendr\u00e1 de comprarlo\u00bb, dice. \u201cPero las investigaciones muestran lo contrario. A medida que llegas a una quinta o sexta raz\u00f3n, se vuelve cada vez m\u00e1s dif\u00edcil pensar en otra\u201d. El proceso tambi\u00e9n te ralentiza y tal vez incluso te aburra. \u00abEl acto de luchar por encontrar una s\u00e9ptima raz\u00f3n podr\u00eda ser el momento en el que dejas el tel\u00e9fono y pasas a otra cosa\u00bb.<\/p>\n
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