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Es un movimiento descarado abrir un set ante una audiencia que espera un espect\u00e1culo de rock and roll con un par de rasgueos de folk espacial. Pero mientras la charla de la audiencia y las voces del personal del bar ocasionalmente amenazan con ahogar al psicod\u00e9lico de garaje californiano Ty Segall y al acompa\u00f1ante Emmett Kelly, la magia sulfurosa que evocan en sus guitarras ac\u00fasticas no puede ser sofocada. Si una cierta obstinaci\u00f3n parece guiar a Segall esta noche, est\u00e1 m\u00e1s que compensada por la frecuencia con la que sus locos impulsos encuentran oro. Los madrigales embrujados de Haight-Ashbury de Good Morning y las fuertes vibraciones de Californian Hills son folk oscuro y m\u00edstico, mientras que el encanto de los Beatles en el pa\u00eds de Orange Color Queen muestra habilidades de composici\u00f3n descaradamente inmersas en los cl\u00e1sicos.<\/p>\n
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