Con la proliferaci\u00f3n de contenido en la era del streaming, la televisi\u00f3n en vivo puede estar saliendo de su \u00e9poca dorada. Sin embargo, todav\u00eda hay un pu\u00f1ado de eventos que siguen siendo muy vistos e inseparables de la transmisi\u00f3n en vivo. El Super Bowl, los debates presidenciales y, en la memoria reciente, con Will Smith abofeteando a Chris Rock, los Premios de la Academia. En los \u00faltimos a\u00f1os, estos eventos en vivo han visto una disminuci\u00f3n en la audiencia (m\u00e1s o menos una bofetada de aumento de calificaciones). <\/p>\n
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Es cierto que en la era de la transmisi\u00f3n, el espectador promedio tiene muchas m\u00e1s opciones sobre lo que puede ver en un momento dado. Las personas ya no est\u00e1n confinadas a lo que est\u00e1 disponible para ver en las principales cadenas de transmisi\u00f3n. Pero la televisi\u00f3n en vivo tiene una cualidad que no se puede recrear en contenido preproducido: la naturaleza de la espontaneidad. El contenido preproducido puede tener una ejecuci\u00f3n perfecta de entrega de l\u00ednea y bloqueo, pero la televisi\u00f3n en vivo agrega el elemento de la imperfecci\u00f3n humana y ha producido algunos momentos incre\u00edblemente impactantes para que todo el mundo los vea. Estos son algunos de los momentos m\u00e1s impactantes que la televisi\u00f3n en vivo ha tenido para ofrecer.<\/p>\n
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