En 1992, el bibliotecario Jean Armour Polly acu\u00f1\u00f3 la frase \u00abnavegar por Internet\u00bb y para cualquiera que haya navegado por sus olas de datos e informaci\u00f3n, es probable que se haya topado con el t\u00e9rmino DNS. Hoy en d\u00eda, el sistema de nombres de dominio (DNS) es uno de los cimientos de Internet y funciona silenciosamente en segundo plano para garantizar una navegaci\u00f3n fluida en este espacio.<\/p>\n
Pero antes de DNS, navegar por Internet era una tarea agotadora. En los primeros d\u00edas, los mensajes se enviaban manualmente de una red a otra, utilizando una serie de direcciones IP. El r\u00e1pido crecimiento de Internet caus\u00f3 problemas masivos a la hora de mantener registros de estas direcciones y, dado que ahora hay m\u00e1s de 360 \u200b\u200bmillones de registros de nombres de dominio, este m\u00e9todo era insostenible.<\/p>\n