{"id":133366,"date":"2022-08-31T12:50:02","date_gmt":"2022-08-31T12:50:02","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/resena-de-venecia-la-marcha-sobre-roma-de-mark-cousins\/"},"modified":"2022-08-31T12:50:03","modified_gmt":"2022-08-31T12:50:03","slug":"resena-de-venecia-la-marcha-sobre-roma-de-mark-cousins","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/resena-de-venecia-la-marcha-sobre-roma-de-mark-cousins\/","title":{"rendered":"Rese\u00f1a de Venecia: ‘La marcha sobre Roma’ de Mark Cousins"},"content":{"rendered":"


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Justo al principio de La Marcha Sobre Roma<\/em>, una proyecci\u00f3n especial en la secci\u00f3n Venice Days del Festival de Cine de Venecia, Mark Cousins \u200b\u200batrae nuestra mirada colectiva hacia un grafiti que dice que el cine es el arma m\u00e1s poderosa de todas. No est\u00e1 claro \u2014al menos para m\u00ed\u2014 si esa gozosa proclama se remonta a 1922, cuando Benito Mussolini encabez\u00f3 una marcha fascista desde N\u00e1poles a Roma, oa alguna otra erupci\u00f3n de optimismo hist\u00f3rico. El cine no es tan poderoso como todo eso; si lo fuera, el fascismo habr\u00eda sido aplastado por Chaplin, Lubitsch y todos los dem\u00e1s cineastas que satirizaron a sus vanagloriosos l\u00edderes. Pero las im\u00e1genes s\u00ed importan. Ciertamente le importaron al fascismo italiano.<\/p>\n

Mussolini estaba empe\u00f1ado en apoderarse de Italia \u201csi es posible con amor, si es necesario por la fuerza\u201d, una frase pulcra que se repite mucho en el ensayo cinematogr\u00e1fico de Cousins. March\u00f3 sobre Roma como un invasor. Mientras tanto, se asegur\u00f3 de filmar todo, cortes\u00eda del director Umberto Paradisi. la pelicula de paradisi un noi<\/em> sali\u00f3 al a\u00f1o siguiente. Retorciendo im\u00e1genes documentales de la marcha junto con montajes de grandes estudios, escenas de multitudes falsas y otros trucos del propagandista, Paradisi convirti\u00f3 a Il Duce en un h\u00e9roe cinematogr\u00e1fico. <\/p>\n

Cousins \u200b\u200bhace documentales tan distintivos que constituyen una especie de g\u00e9nero. Se componen de material de archivo combinado con las observaciones del director, un formato de ensayo familiar, pero su caracter\u00edstica distintiva es la voz de Cousins. Enso\u00f1adora y discursiva, cae con la callada insistencia de la suave lluvia del cielo, empapando todo lo que vemos en sus extravagantes cavilaciones. D\u00edas despu\u00e9s de ver una pel\u00edcula de Cousins, es posible que te encuentres hablando en un pastiche de comedia de su acento irland\u00e9s del norte. Tambi\u00e9n puede darse cuenta de que est\u00e1 poniendo los ojos en blanco.<\/p>\n

El medio elegido por Cousins \u200b\u200bes tambi\u00e9n su tema constante: el cine. Su documental de 15 horas ganador de Peabody La historia del cine: una odisea<\/em> (2011) es su magnum opus, muy admirado. Sin embargo, otros trabajos recientes, particularmente aquellos que se inclinan m\u00e1s hacia las memorias personales, han sido ridiculizados por la cr\u00edtica como proyectos vanidosos indulgentes. Las respuestas del director a lo que ve son intr\u00ednsecas a su estilo, pero tanto mon\u00f3logo interno se desgasta r\u00e1pidamente cuando se enfoca en temas menos sustanciales.<\/p>\n

La Marcha sobre Roma<\/em> se trata del crecimiento del fascismo europeo. Obviamente, tiene mucha sustancia. Tambi\u00e9n es admirablemente disciplinado. Coescrita con el director italiano Tony Saccucci, comienza con una meticulosa disecci\u00f3n de un noi<\/em>La narrativa y su manipulaci\u00f3n de los hechos. Adem\u00e1s de multiplicar las multitudes con trucos de c\u00e1mara, Paradisi elimin\u00f3 los d\u00edas de la marcha en los que llov\u00eda. \u201cTen\u00eda que ser dorado, Virgilian\u201d, dice Cousins, cuyas frases a veces floridas funcionan muy bien como contrapunto a los excesos fascistas. un noi<\/em> tambi\u00e9n oculta el hecho de que durante gran parte de la marcha, Mussolini ni siquiera estuvo all\u00ed: estaba en cuartos traseros, haciendo tratos menos que heroicos con reyes y primeros ministros. <\/p>\n

Los cap\u00edtulos siguientes se ocupan de esos acuerdos de trastienda, la identidad fascista expl\u00edcitamente masculina y la exaltaci\u00f3n del l\u00edder. Mussolini, afirma Cousins, se vio a s\u00ed mismo como un artista que dirig\u00eda su revoluci\u00f3n. Italia tambi\u00e9n ten\u00eda un imperio en \u00c1frica y territorios anexados en los Balcanes; hay una descripci\u00f3n sutil de la forma en que el esp\u00edritu de empuje del fascismo impuls\u00f3 los reg\u00edmenes coloniales, \u00abun contagio de cr\u00edmenes\u00bb en el que murieron cientos de miles de personas. Mientras tanto, la dictadura de Mussolini reuni\u00f3 admiradores \u2014una figura nada menos que Churchill lo describi\u00f3 como \u201cel mayor legislador vivo\u201d\u2014 e imitadores. \u201cLa historia era una mentira\u201d, dice Cousins, \u201cpero entr\u00f3 en el repertorio\u201d. <\/p>\n

Eso es Cousins \u200b\u200ben su mejor momento, brind\u00e1ndonos una franja de historia, clav\u00e1ndola en su lugar con un aforismo y siguiendo adelante. <\/p>\n

Menos exitosos son los discursos intermitentes directos a la c\u00e1mara de Alba Rohrwacher, que interpreta el papel de una mujer inicialmente persuadida por la promesa de calma de Mussolini y cada vez m\u00e1s horrorizada por c\u00f3mo se logra esa calma. Este gesto hacia un toque com\u00fan se siente dolorosamente escenificado, por no decir superfluo. Cousins \u200b\u200bmismo es a la vez autor y testigo de su material. Puede que no est\u00e9 frente a la c\u00e1mara, pero nos habla directamente. Esa voz: suena como la versi\u00f3n de Irlanda del Norte de un hipnotizador de Hollywood. No puedes evitar imaginarlo detr\u00e1s de escena, balanceando un reloj de un lado a otro mientras planea persuadirnos de que el cine es realmente la fuerza m\u00e1s poderosa del universo.<\/p>\n<\/p><\/div>\n