La historia contin\u00faa<\/button><\/p>\nLa hija de Zuriah ahora vive con familiares fuera del pueblo, por lo que le resulta m\u00e1s f\u00e1cil asistir a la escuela. Dice que su hija se preocupa por ella, pero que le dice que debe recibir una educaci\u00f3n para poder perseguir sus sue\u00f1os.<\/p>\n
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Dwi Ulfani, 18 – Timbulsloko<\/p>\n
Cuando habla de si quiere alejarse de su pueblo inundado, Dwi Ulfani comienza a llorar.<\/p>\n
Ulfani y su familia han estado viviendo en la casa familiar inundada desde que tiene memoria. Fuera de la casa, el patio donde sol\u00eda jugar con sus amigos ahora est\u00e1 lleno de agua de unas 8 pulgadas de alto. La terraza de cemento de la casa est\u00e1 ocupada por guppies nadadores. Dentro de la casa, una serpiente se desliza fuera de la cocina inundada hacia el mar.<\/p>\n
Mientras Ulfani estudia administraci\u00f3n de aeropuertos, su padre y su madre planean mudarse. Habr\u00edan preferido haberse ido ya, pero dicen que ahora mismo no tienen el dinero.<\/p>\n
Al preguntarle a Ulfani qu\u00e9 quiere hacer despu\u00e9s de la escuela: \u00bfquedarse en el pueblo o mudarse a otro lugar? \u2014 ella llora, luego responde en un susurro, \u201cMu\u00e9vete\u201d.<\/p>\n
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Sri Wahyuni, 28, Jaka Sadewa, 26 y Bima, 3 – Timbulsloko<\/p>\n
Sri Wahyuni \u200b\u200bse sienta en el marco de la puerta de madera elevada, observando c\u00f3mo los vecinos pasan de vez en cuando en la plataforma de madera elevada sobre el agua. Su terraza, ya elevada por capas de concreto, est\u00e1 bajo unas cuatro pulgadas de agua.<\/p>\n
Wahyuni \u200b\u200by su esposo, Jaka Sadewa, se mudaron al pueblo despu\u00e9s de casarse en 2018. Ella dice que cuando se mudaron aqu\u00ed, el agua no era as\u00ed; Todav\u00eda se pod\u00eda andar en motocicleta por la carretera principal que atravesaba el pueblo, y el nivel del agua siempre volv\u00eda a la normalidad.<\/p>\n
Pero a medida que pasaba el tiempo, Wahyuni \u200b\u200bnot\u00f3 que el agua a menudo no retroced\u00eda, lo que result\u00f3 en m\u00e1s d\u00edas inundados para su hogar. Decidieron hacer lo que pudieron para elevar su casa por encima del agua, agregando capas de concreto al principio y finalmente construyendo un nivel de madera permanente sobre el agua. A pesar de esto, el agua todav\u00eda entra en la casa de vez en cuando. A\u00fan as\u00ed, si no hubieran levantado la casa, estar\u00edan hundidos hasta el cuello, dice Wayuni.<\/p>\n
Su hijo Bima, de 3 a\u00f1os, se sienta en el regazo de Sadewa. Si bien Wahyuni, que creci\u00f3 en el pueblo, recuerda jugar en los campos de arroz, ver a los adultos cosechar ma\u00edz y ver serpientes deslizarse por la hierba, su hijo Bima no tendr\u00e1 las mismas experiencias en el pueblo. Ella dice que tendr\u00e1 que adaptarse, pero tambi\u00e9n espera que tenga la oportunidad de vivir en otro lugar para cuando crezca.<\/p>\n
\u201cMe preocupa que cada a\u00f1o el agua suba m\u00e1s. Pero no tenemos ning\u00fan recurso\u201d, dice ella. \u201cSi tuvi\u00e9ramos recursos, nos mudar\u00edamos\u201d.<\/p>\n
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Kumaison, 60 – Timbulsloko<\/p>\n
Kumaison recuerda la vez que llor\u00f3 cuando una fuerte inundaci\u00f3n se llev\u00f3 las 400.000 rupias indonesias (27 d\u00f3lares) que hab\u00eda estado ahorrando. Otros art\u00edculos, como ropa y muebles, podr\u00edan limpiarse y repararse. Pero el dinero se fue para siempre.<\/p>\n
Al crecer en el pueblo cuando era ni\u00f1a, Kumaison dice que recuerda los campos de arroz y los estanques de camarones de sus vecinos como un negocio pr\u00f3spero.<\/p>\n
Pero ahora, \u201cTodo se ha ido, no puedo recolectar camarones ni peces. Ha cambiado el sustento de todos\u00bb, dice ella.<\/p>\n
Kumaison dice que su casa ha sido levantada con concreto y tierra tres veces, y cada vez ha sido seguida por inundaciones a\u00fan mayores. En el patio delantero inundado, los aldeanos la ayudaron a construir redes que ayudan a atrapar la basura, evitando que flote en su casa. Tiene problemas para dormir por la noche, le preocupa que las inundaciones aumenten a\u00fan m\u00e1s en medio de la noche.<\/p>\n
El hijo de Kumaison vive en un pueblo cercano y le ha ofrecido que se mude con \u00e9l. Pero a pesar de sus preocupaciones, Kumaison dice que no quiere irse, ya que disfruta de la compa\u00f1\u00eda de amigos y de la comunidad que conoce desde hace d\u00e9cadas.<\/p>\n
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Munadiroh, 46 – Mondoliko<\/p>\n
Los libros da\u00f1ados por el agua yac\u00edan sec\u00e1ndose en la terraza de madera elevada de la casa de Munadiroh, mientras que una tina blanca flotante utilizada para transportar art\u00edculos en el agua est\u00e1 atada cerca. Sin tierra en el pueblo, dos gallinas susurran en un \u00e1rbol cercano, provocando el \u00fanico ruido audible en todo el pueblo.<\/p>\n
El pueblo se ha vuelto tranquilo desde que casi todas las familias se fueron debido a las constantes inundaciones. Incluso la mezquita local, donde el esposo de Munadroh sirvi\u00f3 como cl\u00e9rigo, ha detenido las llamadas a la oraci\u00f3n que normalmente sonaban cinco veces al d\u00eda.<\/p>\n
Sin otro hogar ni recursos financieros para mudarse, Munadiroh y su familia se quedan en el pueblo. Su hijo, en edad de ir a la escuela primaria, hace el largo viaje a la escuela vadeando el agua y montando en un bote varias veces a la semana. A veces, la casa todav\u00eda se inunda, y Munadiroh dice que sigue trabajando para secar tantas cosas como puede a la luz del sol todos los d\u00edas.<\/p>\n
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Sudarto, 63 y Turiah, 34 – Timbulsloko<\/p>\n
Sudarto se acuesta en la cama de su casa inundada y se sumerge en el agua para salir a la terraza. En la pared hay l\u00edneas de agua, algunas de hasta 30 cent\u00edmetros (1 pie) que muestran cu\u00e1n altas han llegado las inundaciones en su casa ya elevada.<\/p>\n
Turiah, su hija adulta, vive en la casa con \u00e9l. Nacida con una discapacidad f\u00edsica que le impide caminar, pasa sus d\u00edas sentada en la ventana del frente de la casa en una plataforma elevada de madera.<\/p>\n
Como muchas casas en el pueblo, las ventanas est\u00e1n parcialmente sumergidas en el agua de mar que es un elemento permanente en el interior. En algunas \u00e1reas, percebes y anillos de moho se adhieren a las paredes. Los art\u00edculos personales, como un refrigerador, ropa y un reloj antiguo, se guardan en plataformas de madera elevadas sobre el agua debido al aumento del nivel del mar.<\/p>\n
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Mariah, 70 – Timbulsloko<\/p>\n
Mar’iah se sienta en una silla al final de la pasarela elevada del pueblo, su casa de madera inundada no muy lejos de ella. Mar’iah, viuda, vive sola sin nadie que la ayude a satisfacer sus necesidades diarias.<\/p>\n
Con la mayor\u00eda de los \u00e1rboles muertos por el agua salada del mar, no hay un lugar con sombra donde pueda sentarse fuera de su casa a menos que est\u00e9 dispuesta a caminar por las aguas inundadas.<\/p>\n
En voz baja, Mar’iah explica que se sienta en la silla todos los d\u00edas esperando hasta que su casa est\u00e9 lo suficientemente seca para volver a entrar. A diferencia de los pueblos vecinos, no queda tierra en el pueblo que pueda usarse para ayudar a elevar el piso de la casa. Las plataformas de madera utilizadas para elevar la casa anteriormente ya se han inundado y permanecen bajo el agua.<\/p>\n
Los vecinos restantes de Mar’iah dicen que han o\u00eddo que un pueblo cercano ha recibido ayuda del gobierno, pero la ayuda no ha llegado a Timbulsloko.<\/p>\n
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Suratmi y Ngatiroh, – Timbulsloko<\/p>\n
Ngatiroh dice que despu\u00e9s de que la casa de su madre, Suratmi, se derrumbara debido a las inundaciones, la mud\u00f3 a la casa sin ventanas y con piso de tierra que ahora comparten. El aire h\u00famedo y mohoso cuelga en la habitaci\u00f3n cuando Ngatiroh camina por ella mientras su madre se acuesta en una cama en la sala de estar.<\/p>\n
Sin embargo, la casa de Ngatiroh tampoco se ha librado de las inundaciones, dice ella. Han usado capas de tierra para tratar de levantar el piso lo suficiente como para mantener seco el colch\u00f3n sobre el que se acuesta Suratmi durante todo el d\u00eda. La cocina de la casa tiene agua estancada permanente, mientras que las gallinas usan la trastienda como terreno de pastoreo desde que el patio trasero desapareci\u00f3 por las inundaciones hace mucho tiempo.<\/p>\n
Ngatiroh dice que quiere mudarse a una casa nueva y m\u00e1s seca, pero la familia carece de los recursos econ\u00f3micos. En cambio, dice, simplemente seguir\u00e1 agregando capas de tierra para elevar su casa por encima del nivel del agua, tratando de mantener segura a su anciana madre.<\/p>\n
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Wahidah, 55 – Timbulsloko<\/p>\n
Sentada en el porche de la casa en la que naci\u00f3, Wahidah y sus amigas conversan mientras evitan el calor del sol.<\/p>\n
Ella recuerda c\u00f3mo cuando era peque\u00f1a ve\u00eda b\u00fafalos vagando por los campos del pueblo donde crec\u00edan arroz, ma\u00edz y chiles. Algunos vecinos ten\u00edan estanques de peces llenos de bagres que pod\u00edan vender en el mercado o comer ellos mismos.<\/p>\n
\u201cTodo lo que necesit\u00e1bamos estaba aqu\u00ed\u201d, dice ella.<\/p>\n
Ella recuerda c\u00f3mo el agua comenz\u00f3 a subir. Los campos y los \u00e1rboles murieron a causa del agua salada. Todos los b\u00fafalos se vendieron porque comenz\u00f3 a no haber tierra para mantenerlos seguros. Incluso los estanques de peces fallaron, el agua se elev\u00f3 tanto que los peces pod\u00edan saltar por encima de las paredes con redes. Finalmente, el cementerio se inund\u00f3 y los muertos fueron enterrados m\u00e1s lejos.<\/p>\n
\u201cEs como el oc\u00e9ano aqu\u00ed ahora\u201d, dice ella.<\/p>\n
En estos d\u00edas, un hombre viene en un bote durante la semana para venderles las cosas que sol\u00edan poder cultivar o criar por s\u00ed mismos. Las casas se han derrumbado a su alrededor.<\/p>\n
Wahidah dice que conoce a unas 40 personas que se han ido y se han mudado a otras partes de Java que a\u00fan no se han inundado permanentemente.<\/p>\n
\u201cCreo que la generaci\u00f3n m\u00e1s joven deber\u00eda mudarse. Si tienen dinero, deber\u00edan comprar tierras. Pero ahora no tengo dinero, as\u00ed que me quedo\u201d, dice.<\/p>\n
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Sukarman, 73 – Timbulsloko<\/p>\n
Los cangrejos se escabullen por el agua donde sol\u00eda estar el patio de Sukarman.<\/p>\n
Sukarman ha vivido en el pueblo la mayor parte de su vida, trabajando como personal de mantenimiento y manteni\u00e9ndose cerca de su familia. Levant\u00f3 su casa y la tierra alrededor de ella dos veces, pero las inundaciones a\u00fan entran en la casa. Dice que dej\u00f3 de intentar levantar la tierra de nuevo.<\/p>\n
\u201cYa lo hemos hecho dos veces y no ha funcionado, entonces, \u00bfqu\u00e9 m\u00e1s podemos hacer?\u201d, dice.<\/p>\n
\u00c9l dice que el gobierno ha ayudado con donaciones de alimentos y consejos sobre d\u00f3nde podr\u00edan mudarse los aldeanos. Pero el gobierno no ha sido capaz de detener las inundaciones.<\/p>\n
Sukarman cree que las personas m\u00e1s j\u00f3venes, como su nieta Dwi Ulfani, deber\u00edan mudarse si pueden. Pero sabe que sin dinero ni otros hogares familiares, es probable que pase el resto de su vida viviendo en una casa cada vez m\u00e1s inundada.<\/p>\n
\u00ab\u00bfQue se supone que haga?\u00bb \u00e9l pide. \u00abEstoy viejo. No hay nada que pueda hacer.\u00bb<\/p>\n
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La cobertura clim\u00e1tica y ambiental de Associated Press recibe el apoyo de varias fundaciones privadas. Vea m\u00e1s sobre la iniciativa clim\u00e1tica de AP aqu\u00ed. El AP es el \u00fanico responsable de todo el contenido.<\/p>\n<\/div>\n
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