presentada,<\/a> lo que equivaldr\u00eda a un \u00abLex Huawei\u00bb: el Consejo Federal deber\u00eda crear una base legal para proteger la infraestructura de comunicaci\u00f3n cr\u00edtica de la influencia de otros estados. Espec\u00edficamente, las empresas suizas deber\u00edan tener la posibilidad de prohibir el uso de hardware si sus fabricantes est\u00e1n controlados directa o indirectamente por el gobierno de otro pa\u00eds. En la justificaci\u00f3n de la iniciativa, que lleva la firma del Consejero Nacional del SP de Graub\u00fcnden, Jon Pult, se menciona expl\u00edcitamente a Huawei como ejemplo.<\/p>\n <\/p>\n
En vista de la presi\u00f3n pol\u00edtica, la publicaci\u00f3n de un folleto azul titulado \u00abAutodeterminado\u00bb viene bien para la empresa china. Comienza con una advertencia: \u00abCuanto m\u00e1s complicado es el problema, mayor es el deseo de soluciones simples\u00bb. Se desconf\u00eda de los productos de China y EE. UU. Uno preferir\u00eda tener todo de Suiza o Europa. Pero la idea de la soberan\u00eda digital es una ilusi\u00f3n, dice el pr\u00f3logo de la antolog\u00eda. El autor de estas l\u00edneas se llama Marc Furrer. El ex director de la Oficina Federal de Comunicaciones (Ofcom) y actual presidente de Salt Board tambi\u00e9n ha sido descrito por la prensa como el \u00abgran se\u00f1or de la industria de las telecomunicaciones\u00bb. As\u00ed que su palabra tiene peso.<\/p>\n
<\/p>\n\n <\/div>
<\/figure>\n <\/p>\n
\u201cTotalmente ajeno al mercado y altamente ut\u00f3pico\u201d<\/span><\/h2>\n <\/p>\n
Los otros autores de la antolog\u00eda tambi\u00e9n son destacados. Dos consejeros nacionales, el historiador Georg Kreis, el Comisionado Federal de Protecci\u00f3n de Datos e Informaci\u00f3n (Ed\u00f6b) Adrian Lobsiger y el director de OFCOM Bernard Maissen hicieron contribuciones. Sin embargo, sus textos parecen accesorios decorativos. Christian Martin, quien hasta hace poco era director de Google Cloud Suiza, resume el mensaje central del libro. Es duro con la idea de la autosuficiencia digital: la idea de que Suiza puede construir redes completamente autosuficientes que satisfagan las necesidades modernas est\u00e1 \u00abmuy alejada de la pr\u00e1ctica\u00bb. Todas las discusiones sobre infraestructuras de comunicaci\u00f3n independientes son \u00abtotalmente ajenas al mercado y altamente ut\u00f3picas\u00bb. Esta tonalidad recorre todo el libro de forma debilitada.<\/p>\n
<\/p>\n
Los representantes de Huawei pueden presentar su punto de vista de manera muy detallada. El jefe de Suiza, Wang Haitao, y el jefe de tecnolog\u00eda del grupo contribuyeron con textos. Un periodista tambi\u00e9n describe su visita al Centro de Transparencia de Seguridad Cibern\u00e9tica de Huawei en Bruselas. All\u00ed, los clientes y socios pueden poner a prueba el c\u00f3digo fuente del software de Huawei, que es \u00fanico en la industria. En resumen: el libro es extremadamente compatible con Huawei. Mientras lees, te da la sensaci\u00f3n de que Marc Furrer se ha dejado aprovechar por la compa\u00f1\u00eda china. Y de hecho: en el ep\u00edlogo, el editor agradece a Huawei por una \u00abcontribuci\u00f3n impresa muy conocida\u00bb. Furrer tambi\u00e9n agradeci\u00f3 a los cabilderos de los consultores de Hirzel Neef Schmid all\u00ed. Un portavoz de Huawei confirma que la empresa china ha dado un mandato a la consultora.<\/p>\n
<\/p>\n
\u00bfMarc Furrer se dej\u00f3 usar como editor testaferro? En una entrevista con la NZZ, Furrer rechaza esta sospecha. La iniciativa del libro vino de \u00e9l. Le preocupa la gran dependencia de otros pa\u00edses en el sector digital. Eso es un problema. \u201cSin embargo, como es bien sabido, no podemos producir nuestros propios iPhones en Suiza. No existe tal cosa como blanco o negro cuando se trata de la independencia\u00bb. Es por eso que quer\u00eda examinar el tema desde diferentes perspectivas. Casi inevitablemente, Huawei se convirti\u00f3 en el centro de atenci\u00f3n, dice Furrer. En alg\u00fan momento habl\u00f3 con la compa\u00f1\u00eda sobre la idea de su libro. Huawei finalmente estuvo dispuesto a financiar parcialmente el libro.<\/p>\n
<\/p>\n
Seg\u00fan Furrer, Huawei pag\u00f3 15.000 francos por la producci\u00f3n comprando 600 libros a precio de ganga. Como es habitual en los libros especializados del sector editorial, se ha pactado con la editorial St\u00e4mpfli una compra m\u00ednima de libros. No hubo m\u00e1s pagos a Berner Verlag. Un portavoz de Huawei tambi\u00e9n destaca que Furrer no ha recibido ninguna compensaci\u00f3n econ\u00f3mica directa o indirecta por parte de la empresa china. Huawei tampoco interfiri\u00f3 en la selecci\u00f3n de los autores. Furrer tambi\u00e9n afirma: \u00abYo eleg\u00ed a los autores\u00bb. Podr\u00edan haber escrito lo que quisieran. Ni \u00e9l ni Hirzel Neef Schmid ni nadie m\u00e1s han hecho especificaciones relacionadas con el contenido. \u00abPuedes imaginar que eso dif\u00edcilmente habr\u00eda sido posible con los consejos nacionales, el director de OFCOM o Ed\u00f6b\u00bb.<\/p>\n
<\/p>\n
Huawei deber\u00eda estar muy satisfecho con el resultado. Al gigante tecnol\u00f3gico chino le va muy bien en el libro. \u00abUno puede verlo de esa manera\u00bb, dice Marc Furrer. Es una autor\u00eda muy sabia. En consecuencia, las contribuciones fueron m\u00e1s diferenciadas que la discusi\u00f3n p\u00fablica \u00aba veces estridente\u00bb. Huawei tom\u00f3 un cierto riesgo, dice Furrer. \u00abHubiera esperado que una u otra contribuci\u00f3n fuera m\u00e1s cr\u00edtica\u00bb. El editor acepta, al menos parcialmente, las cr\u00edticas de que la selecci\u00f3n de los autores result\u00f3 en un resultado favorable a Huawei. \u00abTal vez podr\u00eda haberle preguntado a un cr\u00edtico como Jon Pult\u00bb.<\/p>\n
<\/p>\n