{"id":147851,"date":"2022-09-07T00:11:06","date_gmt":"2022-09-07T00:11:06","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/resena-de-tell-me-lies-bad-romance-de-hulu-es-muy-bueno\/"},"modified":"2022-09-07T00:11:07","modified_gmt":"2022-09-07T00:11:07","slug":"resena-de-tell-me-lies-bad-romance-de-hulu-es-muy-bueno","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/resena-de-tell-me-lies-bad-romance-de-hulu-es-muy-bueno\/","title":{"rendered":"Rese\u00f1a de ‘Tell Me Lies’: Bad Romance de Hulu es muy bueno"},"content":{"rendered":"


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\tT\u00edpicamente, probablemente no ser\u00eda un bueno<\/em> cosa que, despu\u00e9s de cinco episodios de una hora, \u00a1a mitad de la temporada! \u2014 Todav\u00eda no s\u00e9 muy bien qu\u00e9 hacer con Stephen (Jackson White), el protagonista masculino de Hulu. Dime mentiras<\/em>. Aqu\u00ed, sin embargo, es solo una prueba de que el programa funciona exactamente como se esperaba.<\/p>\n

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\tCada vez que comienza a caminar de puntillas hacia la villan\u00eda total, la serie le otorgar\u00e1 una revelaci\u00f3n desgarradora o un momento de genuina dulzura; cada vez que amenaza con parecer demasiado simp\u00e1tico, caer\u00e1 en un recordatorio casual de lo impresionantemente insensible que puede ser. El tira y afloja nos pone m\u00e1s o menos en los mismos zapatos que la protagonista Lucy (Grace Van Patten), quien pasa a\u00f1os retorci\u00e9ndose en su gancho antes de que finalmente pueda liberarse, y es esa comprensi\u00f3n profunda de la psicolog\u00eda que impulsa su relaci\u00f3n central. que distingue Dime mentiras<\/em> de cualquier n\u00famero de dramas sobre romances t\u00f3rridos pero condenados.<\/p>\n

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\t\t\t\t\tDime mentiras\t\t<\/p>\n<\/h3>\n

\n\t\t\t\t\tLa l\u00ednea de fondo<\/span>
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\tM\u00e1s que un placer culpable.
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\t\t\t\t\t\t\tFecha del aire:<\/strong> Mi\u00e9rcoles 7 de septiembre (Hulu)
Emitir:<\/strong> Grace Van Patten, Jackson White, Catherine Missal, Spencer House, Sonia Mena, Branden Cook, Benjamin Wadsworth, Alicia Crowder
Creador:<\/strong> Meaghan Oppenheimer
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\tCreado por Meghan Oppenheimer y basado en la novela de Carola Lovering, Dime mentiras<\/em> comienza a dar pistas de inmediato sobre hacia d\u00f3nde se dirige el asunto de Lucy y Stephen. Su estreno (dirigido por Jonathan Levine) comienza en 2015, ocho a\u00f1os despu\u00e9s de una din\u00e1mica que se ha vuelto tan t\u00f3xica que los propios amigos de Lucy dudan de su capacidad para evitar \u00abcaer en la madriguera de Stephen\u00bb en el gran d\u00eda de otra pareja, y si Lucy y Las caras de Stephen cuando se juntan en el c\u00e9sped son una indicaci\u00f3n de que parece poco probable que puedan resistirse a volver a caer en los viejos patrones por mucho tiempo.<\/p>\n

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\tSin embargo, despu\u00e9s de habernos ofrecido un vistazo del futuro de Stephen y Lucy, la serie se toma su tiempo para traernos de vuelta all\u00ed. La historia comienza en serio el primer d\u00eda de Lucy en Baird College en 2007, durante el cual el estudiante de \u00faltimo a\u00f1o Stephen la niega en una fiesta de fraternidad, preparando el escenario para a\u00f1os de n\u00e1useas por venir. Para el punto medio de la temporada, solo hemos llegado a sus vacaciones de Navidad. Los espectadores m\u00e1s impacientes podr\u00edan ser tomados por sorpresa y acudir corriendo al libro de Lovering en busca de respuestas. Pero aunque los primeros episodios contienen algunas bombas importantes (incluida una muerte s\u00fabita), Oppenheimer adopta en gran medida un enfoque de rana en agua hirviendo para el romance podrido en el centro del programa. La nocividad aumenta en incrementos apenas perceptibles hasta que es demasiado tarde.<\/p>\n

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\tLa sutileza es posible gracias a actuaciones marcadas en la naturaleza idiosincr\u00e1sica, a menudo contradictoria, del personaje. White tiene el papel m\u00e1s llamativo como Stephen y la intensidad resbaladiza que lo respalda, pero la combinaci\u00f3n de inseguridad y autodeterminaci\u00f3n de Van Patten convierte a Lucy en el verdadero eje de la serie. A su alrededor, el programa construye un elenco que, de manera similar, se niega a ser reducido a arquetipos f\u00e1ciles. Stephen puede consumir la atenci\u00f3n de Lucy, pero sus r\u00e1pidas amistades con sus compa\u00f1eras de piso Pippa (Sonia Mena) y Bree (Catherine Missal) resultan intoxicantes por derecho propio. Mientras tanto, incluso el m\u00e1s tonto de los amigos de Stephen, el deportista fiestero Wrigley (Spencer House), obtiene un cap\u00edtulo de exhibici\u00f3n que lo enmarca bajo una nueva y conmovedora luz. <\/p>\n

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\tSi hay un inconveniente en la visi\u00f3n hol\u00edstica que tiene el programa de sus personajes, es que algunas tramas secundarias permanecen en barbecho durante horas; en ocasiones, durante tanto tiempo, las hemos olvidado a medias cuando vuelven a aparecer. No recordaba, por ejemplo, que horas antes se hab\u00edan burlado del drama familiar de Stephen hasta que su madre aparece en el cap\u00edtulo cinco. Por otra parte, es dif\u00edcil quejarse demasiado de una configuraci\u00f3n que eventualmente da sus frutos con una actuaci\u00f3n tremenda y tremendamente triste de un actor redactado para spoilers como la madre de Stephen.<\/p>\n

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\tEl retrato m\u00e1s n\u00edtido de todos en el programa puede ser el de la cultura que rodea a todos estos personajes. Como resultado, el escenario de 2007 del programa se refleja en algo m\u00e1s que las omnipresentes BlackBerrys, las botas UGG y las agujas del indie-rock. Dime mentiras<\/em> asume la cultura de las conexiones heterosexuales de la era, armado con una comprensi\u00f3n \u00edntima de sus detalles y la mayor sabidur\u00eda del tiempo. A trav\u00e9s de los viajes entrecruzados de Lucy, Pippa y Bree, la serie captura lo emocionante o francamente liberador que puede ser el sexo sin ataduras para las mujeres j\u00f3venes, pero tambi\u00e9n lo fr\u00edo y opresivo que es el sexo. de rigor<\/em> la insistencia en mantenerlo casual podr\u00eda ser. <\/p>\n

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\tEl di\u00e1logo no siempre es sutil acerca de lo que est\u00e1 haciendo, y algunos de los presagios bien podr\u00edan estar explicados en ne\u00f3n: \u00abAlg\u00fan d\u00eda, un tipo se meter\u00e1 tanto bajo tu piel que se pudrir\u00e1 all\u00ed\u00bb, le dice un personaje a Lucy en el estreno, explicando as\u00ed toda la premisa de la serie. Pero est\u00e1 m\u00e1s que compensado por la habilidad de los escritores para los intercambios que precisan un cierto esp\u00edritu o expectativa en unas pocas palabras. \u00ab\u00bfNo es eso agotador?\u00bb Bree le pregunta a Pippa en respuesta a una diatriba sobre la importancia de fingir que no les importa una mierda los tipos con los que se est\u00e1n tirando. \u201cLo es\u201d, admite Pippa. \u201cPero as\u00ed son las cosas\u201d.<\/p>\n

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\tEs en ese contexto que la aventura de Lucy y Stephen se arraiga, y la historia Dime mentiras<\/em> cuenta la de una mujer joven sin la experiencia o el conocimiento para darse cuenta de c\u00f3mo las cartas est\u00e1n en su contra, y un hombre joven que sabe exactamente c\u00f3mo jugarlas. Como con todos los juegos, puede parecer bastante divertido. Incluso las p\u00faas m\u00e1s malas de Stephen a su ex, Diana (Alicia Crowder), pueden ser y, a menudo, son torcidas en una forma puntiaguda de juego previo. Dime mentiras<\/em>El marketing promete un drama s\u00faper cachondo, y cumple con la fantas\u00eda de cuerpos duros convencionalmente atractivos que se lanzan unos contra otros en bailes cuidadosamente coreografiados de halagadores semidesnudos. Es posible que el sexo no siempre sea genial, a veces, con amantes m\u00e1s despistados, parece francamente espantoso, pero Muchachas<\/em>Verrugas y toda verosimilitud, esto no lo es.<\/p>\n

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\tY, sin embargo, la ambivalencia entretejida en el tejido de Dime mentiras<\/em> evita que adopte la jabonosidad total. Dime mentiras<\/em> tiene demasiados matices para el boxeo y demasiado emp\u00e1tico para retorcerse las manos. Al mismo tiempo, tambi\u00e9n tiene los ojos claros sobre las feas actitudes que encubren estas relaciones, las decisiones personales o las carencias que las hacen florecer y los da\u00f1os que dejan. Es un placer culposo en el sentido m\u00e1s verdadero, uno cuyos placeres jugosos est\u00e1n templados con una realidad lo suficientemente aguda como para que se atasque, solo un poco, en la garganta. <\/p>\n<\/p><\/div>\n