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Cuando se pregunta a los hombres sobre su implicaci\u00f3n en las tareas dom\u00e9sticas, algunos argumentan que dedican parte de su tiempo al bricolaje, a la jardiner\u00eda o al cuidado de mascotas en el hogar. Actividades que no son in\u00fatiles, pero que el INSEE cataloga como \u00absemi-ocio\u00bb. El Instituto las excluye as\u00ed de su \u00abn\u00facleo duro de tareas dom\u00e9sticas\u00bb, que incluye limpiar, comprar, fregar e incluso cocinar. <\/p>\n
Profundizar en este \u00abn\u00facleo duro\u00bb permite evidenciar a\u00fan m\u00e1s las desigualdades que sufren las mujeres. Ellos son los que efectivamente asumen la mayor\u00eda: 2h56 contra 1h17, o 1h39 de diferencia. Es dentro de las parejas sin hijos donde se observan las mayores diferencias. Dentro de estos hogares, las mujeres realizan 2h06 de tareas dom\u00e9sticas que forman parte del \u201cn\u00facleo duro\u201d del INSEE, en comparaci\u00f3n con los hombres. <\/p>\n
La crisis sanitaria no ha contribuido, al parecer, a cambiar el reparto de tareas para avanzar hacia una mayor igualdad. \u00abEn el confinamiento, las mujeres siguieron asumiendo la mayor parte de las tareas dom\u00e9sticas y parentales, incluso cuando trabajaban fuera\u00bb<\/em>subray\u00f3 el INSEE en un estudio presentado a finales de 2020.<\/p>\n<\/div>\n