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Tres d\u00edas despu\u00e9s de la muerte de la monarca (11 de septiembre), su cuerpo fue transportado en un ata\u00fad desde el castillo de Balmoral hasta la capital escocesa, Edimburgo. El convoy necesita un poco m\u00e1s de seis horas para conducir a trav\u00e9s de las ciudades escocesas, a veces a la velocidad de un peat\u00f3n. Multitudes de personas se alinean en la calle para echar un \u00faltimo vistazo al ata\u00fad de la Reina desde el primer vag\u00f3n de cristal de la columna.<\/p>\n
En el carruaje de atr\u00e1s hay una hija de aspecto triste, la princesa Ana, vestida toda de negro. Acompa\u00f1a a su madre a la residencia real, el Palacio de Holyrook, en Edimburgo. Tambi\u00e9n es ella quien \u00abrecibe\u00bb el ata\u00fad de su madre. El momento en que honra al difunto con una reverencia es conmovedor. Sus hermanos, el pr\u00edncipe Andr\u00e9s (62) y el pr\u00edncipe Eduardo (58), tambi\u00e9n est\u00e1n all\u00ed.<\/p>\n<\/p><\/div>\n