\n
\n
Alison Willmore es cr\u00edtica de cine para Nueva York<\/em> Revista y Buitre. Anteriormente, fue la \u00fanica cr\u00edtica en BuzzFeed News, la primera editora de televisi\u00f3n en IndieWire y la presentadora de Filmaci\u00f3n: UVE<\/em>.\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/aside><\/div>\n\n Foto: Im\u00e1genes del reflector<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\nLas almas en pena de Inisherin<\/em> es una pel\u00edcula de ruptura espectacular, en el sentido de que las rupturas son imposibles cuando vives en una comunidad insular donde no hay mucho que hacer m\u00e1s que disparar a la mierda. Disparar a la mierda es pr\u00e1cticamente todo lo que P\u00e1draic S\u00failleabh\u00e1in (Colin Farrell) y Colm Doherty (Brendan Gleeson) parecen haber hecho durante a\u00f1os, con una cita permanente a las dos en punto en el pub donde parecen haber pasado la mayor parte de sus vidas. en la isla irlandesa ficticia del t\u00edtulo. Pero cuando comienza la pel\u00edcula, Colm ha decidido perturbar el universo. Cuando P\u00e1draic llama a la peque\u00f1a casa junto al mar de Colm a la hora habitual, el hombre que siempre hab\u00eda considerado su mejor amigo se niega a abrir la puerta o reconocerlo a trav\u00e9s de la ventana. No hubo desacuerdo para causar este cisma. \u00abSimplemente ya no me gustas\u00bb, dice Colm rotundamente cuando P\u00e1draic finalmente lo localiza. P\u00e1draic tiene problemas incluso para comprender el nuevo statu quo, y es dif\u00edcil culparlo. Gran parte de la comedia negra de Las almas en pena de Inisherin<\/em> proviene del absurdo de que alguien se proponga sentarse ahora al otro lado del pub, aunque en un mundo tan restringido como el de los personajes, esto equivale a un acto de traici\u00f3n genuina y dolorosa.<\/p>\nLa \u00faltima vez que Farrell y Gleeson estuvieron juntos en una pel\u00edcula, eran sicarios locuaces en el debut como director de Martin McDonagh en 2008. En brujas<\/em>, y es McDonagh quien los reuni\u00f3 nuevamente aqu\u00ed para una funci\u00f3n que est\u00e1 menos impulsada por presumir, y mejor por ello. Es lo mejor que McDonagh ha hecho para la pantalla, una obra de profunda melancol\u00eda y rencor m\u00e1s profundo. Fue concebida y escrita para la pantalla, pero McDonagh siempre ser\u00e1 primero un dramaturgo, y todav\u00eda est\u00e1 impulsada por largos intercambios de di\u00e1logo filos\u00f3fico, profano y masticable que es su firma. En muchos sentidos, es una pel\u00edcula sobre hablar, y si el tiempo que se pasa holgazaneando en compa\u00f1\u00eda de otros es lo b\u00e1sico de la vida o una distracci\u00f3n de lo que es importante. P\u00e1draic comienza como la figura m\u00e1s comprensiva, pero Farrell juega tan bien con su persistente persistencia y pura obstinaci\u00f3n frente a cualquier cambio que comienzas a entender por qu\u00e9 alguien podr\u00eda querer alejarse de \u00e9l. Gleeson, con su gran cabeza inclinada como si estuviera bajo el peso de una enorme corona, exuda la determinaci\u00f3n de voluntad de hierro de Colm para salirse con la suya. Quiere concentrarse en la m\u00fasica que ve como su \u00fanica oportunidad de dejar una marca en el mundo, pero su voluntad de quedarse solo es tan fuerte que jura que comenzar\u00e1 a cortarse los dedos de su mano cada vez que P\u00e1draic venga a tocar el viol\u00edn. verlo, y lo dice en serio.<\/p>\nLas almas en pena de Inisherin<\/em> tiene lugar en 1923, lo que se debe principalmente a que la Guerra Civil Irlandesa est\u00e1 en sus \u00faltimos d\u00edas, y ocasionalmente se escuchan los estruendos de los ca\u00f1ones desde el continente cercano. El conflicto importa poco a los residentes de la isla: el polic\u00eda local, un mat\u00f3n engre\u00eddo llamado Peadar Kearney (Gary Lydon), habla con entusiasmo sobre tomar un trabajo pagado para ayudar con las ejecuciones all\u00ed durante el d\u00eda mientras no puede mantener la compostura. a qui\u00e9n estar\u00eda matando, y en nombre de qui\u00e9n. Pero McDonagh implica una mayor resonancia entre la lucha no tan lejana y el conflicto personal en el centro de su pel\u00edcula, como si la incapacidad tanto de P\u00e1draic como de Colm para reducir la tensi\u00f3n fuera indicativa de alg\u00fan car\u00e1cter cultural compartido, una voluntad de cavar abajo y aguantar y no dejar ir las heridas del pasado. Colm, que ha estado alimentando una melancol\u00eda existencial (\u00ab\u00bfC\u00f3mo est\u00e1 la desesperaci\u00f3n?\u00bb, le pregunta el sacerdote durante la confesi\u00f3n), parece totalmente capaz de mostrar un lado oscuro. Pero es P\u00e1draic, un hombre m\u00e1s simple (existe cierto debate sobre si es \u00ababurrido\u00bb o \u00abagradable\u00bb, como si estas cualidades fueran mutuamente excluyentes) que estaba contento con sus pintas, la caba\u00f1a que comparte con su hermana Siobh\u00e1n (Kerry Condon), y el burro en miniatura que sigue dejando entrar a pesar de las protestas de Siobh\u00e1n, quien resulta tener una racha apocal\u00edptica.<\/p>\nLas almas en pena de Inisherin<\/em> es como ver dos autos que comienzan a chocar lentamente y terminan en un choque que se evitar\u00eda f\u00e1cilmente si uno de ellos cediera el paso. Pero tambi\u00e9n es un golpe maestro c\u00e1ustico de antirromanticismo, un contrapunto a cada retrato en pantalla (a menudo realizado por un estadounidense) de la Irlanda rural como un santuario verde de tradiciones cercanas, personajes extravagantes y una forma de vida m\u00e1s aut\u00e9ntica. Las almas en pena de Inisherin<\/em> comienza deslizando su c\u00e1mara sobre un paisaje verde brillante salpicado de muros de piedra, y luego muestra un arco\u00edris que acecha detr\u00e1s de P\u00e1draic a medida que avanza. Pero la vida en Inisherin es tan limitada y sofocante que parece estar destruyendo a todos los personajes desde dentro, no solo a P\u00e1draic y Colm y su duelo mezquino pero cada vez m\u00e1s intenso. Siobh\u00e1n, una solterona aficionada a los libros, ha estado viviendo una existencia de intensa soledad, mientras que Dominic (un tragic\u00f3mico Barry Keoghan), el hijo semisalvaje y regularmente golpeado de Peadar, es una figura de desesperaci\u00f3n disfrazada de payaso. No hay sensaci\u00f3n de intimidad en la cercan\u00eda de los lugare\u00f1os, solo mezquindad en sus rencores y claustrofobia en la forma en que el due\u00f1o de la tienda en un extremo de la isla grita demandas de noticias del otro lado. Lo principal para arraigarlos donde est\u00e1n no es la conexi\u00f3n, sino la obstinaci\u00f3n. La guerra que estalla entre P\u00e1draic y Colm est\u00e1 alimentada no solo por la respectiva intratabilidad de la pareja, sino por el entendimiento de que les da un prop\u00f3sito y algo que hacer.<\/p>\n\n\n
\n
\n
\n
El bolet\u00edn de los cr\u00edticos<\/h2>\n Reg\u00edstrese para obtener Nueva York<\/em>La semana de en rese\u00f1as.<\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\n\n
T\u00e9rminos y aviso de privacidad de Vox Media, LLC<\/button><\/p>\nAl enviar su correo electr\u00f3nico, acepta nuestros T\u00e9rminos y Aviso de privacidad y para recibir nuestra correspondencia por correo electr\u00f3nico.<\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\n<\/aside>\n\n Ver todo<\/span> \n \n <\/g><\/svg><\/p>\n <\/span><\/p>\n<\/section><\/div>\n
\nSource link-22 <\/a><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Alison Willmore es cr\u00edtica de cine para Nueva York Revista y Buitre. Anteriormente, fue la \u00fanica cr\u00edtica en BuzzFeed News, la primera editora de televisi\u00f3n en IndieWire y la presentadora…<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":172650,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[21981],"tags":[47149,29875,4149,29876,4895,246,9973,18882],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/172649"}],"collection":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=172649"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/172649\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":172651,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/172649\/revisions\/172651"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/172650"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=172649"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=172649"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/magazineoffice.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=172649"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}