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7:00:<\/strong>
La electricidad se ha ido. Ya me estoy congelando porque estoy de pie, en la oscuridad, en la ducha. Aparentemente, la caldera de gas tambi\u00e9n necesita electricidad. L\u00e1stima que reci\u00e9n ahora me doy cuenta de esto.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/section>\n\n\n
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(Imagen: Philip Stewart)<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/section>\n
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7.30 horas:<\/strong>
Finalmente tengo suficiente calor para salir al patio. Me preparo un espresso en el Griller del Bialetti y me doy el gusto de desayunar. Tampoco tengo que prescindir de la \u00abcorona\u00bb.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/section>\n\n\n
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12 en punto:<\/strong>
Tengo hambre. Voy a volver a la parrilla. Cada vez que se abre la puerta del patio, mi temperatura central y la del apartamento descienden, porque, por supuesto, la calefacci\u00f3n tambi\u00e9n ha fallado. Lanzo cinco palitos de pescado a la parrilla. Se tienen que ir, porque el congelador ya se est\u00e1 descongelando. Para ahorrar gasolina, tambi\u00e9n volv\u00ed a encender el Bialetti. Palitos de pescado y espresso para el almuerzo: una combinaci\u00f3n no recomendada. \u00a1Por suerte el suministro de agua potable funciona!<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/section>\n\n\n
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(Imagen: Philip Stewart)<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/section>\n
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13 en punto:<\/strong>
\u00a1Maldito! La claraboya est\u00e1 abierta y solo se puede cerrar el\u00e9ctricamente. Ya no puedo buscar en Google c\u00f3mo hacerlo mec\u00e1nicamente.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/section>\n\n\n
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(Imagen: Philip Stewart)<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/section>\n
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13.30 h:<\/strong>
Leo un libro y me duermo.<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/section>\n