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El presidente lituano, Gitanas Nauseda, se dirigi\u00f3 a los manifestantes pro-ucranianos antes de la cumbre informal de la UE en el Castillo de Praga.<\/h2>\n
Mart\u00edn Divisek \/ EPO<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n <\/p>\n
miedo a los disturbios<\/span><\/h2>\n <\/p>\n
Mientras el jueves, en la primera reuni\u00f3n de la Comunidad Pol\u00edtica Europea (EPG) en la capital checa, la solidaridad de los estados democr\u00e1ticos de Europa contra Rusia segu\u00eda en primer plano, las conversaciones del viernes giraron en torno a temas energ\u00e9ticos. Y esta vez, a diferencia del jueves, las diferencias no se pod\u00edan pasar por alto.<\/p>\n
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Los altos precios de la energ\u00eda y el aumento asociado de la inflaci\u00f3n a niveles nunca antes vistos en la era del euro est\u00e1n causando temor entre los pol\u00edticos. Temen que haya malestar social en sus pa\u00edses y que las empresas industriales trasladen sus actividades al extranjero. El hecho de que tanto el precio del gas como el de la electricidad hayan ca\u00eddo recientemente en los mercados no cambia esto, aunque a un nivel alto.<\/p>\n
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Todos los jefes de estado y de gobierno quieren hacer m\u00e1s para combatir los altos precios. De antemano, se hab\u00eda acordado gravar m\u00e1s a ciertos productores de energ\u00eda y recaudar un impuesto de solidaridad de las compa\u00f1\u00edas petroleras. Con este dinero, los pa\u00edses de la UE pueden subvencionar las facturas de luz y gas de los ciudadanos m\u00e1s pobres. Adem\u00e1s, los pa\u00edses quieren reducir el consumo no s\u00f3lo de gas sino tambi\u00e9n de electricidad.<\/p>\n
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Qued\u00f3 abierto el dise\u00f1o de un posible l\u00edmite superior de precio, un tope, para el gas natural. Este fue el enfoque de los participantes en la reuni\u00f3n de Praga el viernes: Quince pa\u00edses quieren un precio tope en todas las importaciones de gas natural. Eso significar\u00eda que la UE ya no pagar\u00eda a pa\u00edses aliados como EE. UU. y Noruega el precio de mercado de su gas licuado (GNL) y gasoducto. Esta medida no tiene sentido desde un punto de vista econ\u00f3mico. Despu\u00e9s de todo, el alto precio es una se\u00f1al de escasez, y gracias en particular a su poder adquisitivo, Europa ha comprado el mercado mundial vac\u00edo y ha llenado sus instalaciones de almacenamiento en las \u00faltimas semanas.<\/p>\n
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La Comisi\u00f3n inicialmente se resisti\u00f3 a tal l\u00edmite de precios. Por el contrario, quer\u00edan un l\u00edmite superior solo para el gas natural ruso, como ya ocurr\u00eda con el petr\u00f3leo. Eso detendr\u00eda el flujo hacia el cofre de guerra de Mosc\u00fa. Adem\u00e1s, Rusia puede llevar su gas a otros clientes con un poco menos de facilidad que EE. UU., por ejemplo, puede llevar sus barcos de GNL. Sin embargo, ya no llega mucho gas natural de Rusia, y el Kremlin podr\u00eda cerrar el grifo por completo.<\/p>\n
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Sin embargo, Bruselas se ha ablandado y se plantea implantar el llamado modelo ib\u00e9rico en la UE. Espa\u00f1a y Portugal han subvencionado el precio del gas natural que se entrega a las centrales el\u00e9ctricas y se convierte en electricidad. Esto baja el precio de la electricidad. Sin embargo, este modelo tambi\u00e9n tiene desventajas significativas. En primer lugar, es muy caro ya que el Estado tiene que desembolsar la diferencia entre el precio de mercado y el precio tope. Entonces, el precio de la electricidad cae (si los productores traspasan la ventaja de costes). Pero esto tambi\u00e9n reduce el incentivo para ahorrar electricidad y existe el riesgo de que los consumidores demanden a\u00fan m\u00e1s electricidad.<\/p>\n
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Y en tercer lugar, como ha demostrado el caso de Espa\u00f1a, existe el riesgo de que otros pa\u00edses tambi\u00e9n aprovechen el gas natural y la electricidad artificialmente baratos. El problema se agudizar\u00eda en el caso de Alemania, por ejemplo, que tiene m\u00e1s enlaces energ\u00e9ticos transfronterizos que Espa\u00f1a.<\/p>\n
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Tambi\u00e9n hay muchas otras ideas y modelos. Alemania, por ejemplo, quisiera poner un precio tope al consumo b\u00e1sico de electricidad y gas. Quien consuma m\u00e1s deber\u00e1 pagar el precio de mercado m\u00e1s alto o el precio pactado contractualmente. El incentivo al ahorro se mantiene, por lo tanto, aunque s\u00f3lo sea en la \u00abcantidad de lujo\u00bb.<\/p>\n
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