Foto: \/CORTES\u00cdA DE NETFLIX<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\nEn alg\u00fan momento de mi infancia en los suburbios de Kansas City, mis padres, hijos de refugiados palestinos que emigraron a los EE. UU. desde Siria, arreglaron una especie de antena para acceder a los canales de los pa\u00edses que hab\u00edan dejado atr\u00e1s. Recuerdo el drama de los espect\u00e1culos que m\u00e1s me gustaban, la m\u00fasica \u00e1rabe y el di\u00e1logo. Recuerdo esperar ansiosamente a que mi padre recogiera el control remoto cada noche. Para ellos, era un sabor de hogar. Para m\u00ed, fue una de las pocas oportunidades que tuve de vislumbrar una cultura con la que me sent\u00eda profundamente entrelazada y distante.<\/p>\n
Pasaban a\u00f1os entre las visitas a Siria, el primer pa\u00eds en el que se refugiaron sus respectivas familias y la tierra donde muchos de ellos permanecen, y en esos lapsos de tiempo me sent\u00ed a la deriva. Puede parecer un clich\u00e9, pero ser \u00e1rabe, musulm\u00e1n y especialmente palestino en este pa\u00eds se sent\u00eda confuso, abrumador, controvertido y, en su mayor parte, solitario. Y no ayud\u00f3 que mi experiencia particular de primera generaci\u00f3n rara vez se representara en la cultura pop, ni en Disney Channel, ni en MTV, ni siquiera en los canales satelitales \u00e1rabes favoritos de mis padres.<\/p>\n
No sab\u00eda cu\u00e1nto necesitaba ver una versi\u00f3n de m\u00ed mismo en la pantalla hasta que vi la serie de primer a\u00f1o de Netflix de Mo Amer, Mes,<\/em> este verano, y m\u00e1s tarde vi la tercera temporada de la serie de comedia semiautobiogr\u00e1fica de Ramy Youssef rami<\/em> en Hulu.<\/p>\ncada episodio de Mes <\/em>cavado en viejas heridas emocionales que no sab\u00eda que a\u00fan me escoc\u00edan; escenas como Mo preguntando a su padre: \u00ab\u00bfPor qu\u00e9 no vamos juntos?\u00bb cuando su familia se vio obligada a separarse cuando hu\u00edan de Kuwait despu\u00e9s de huir de Palestina, o Mo, incapaz de regresar a Palestina, despertando de un sue\u00f1o en el que hab\u00eda visitado a su abuela en casa all\u00ed, charlando con ella mientras tomaba t\u00e9 y knafeh. En esos momentos, vi a mi familia fracturada, obligada a dispersarse por los pa\u00edses generaci\u00f3n tras generaci\u00f3n, renunciando a graduaciones, bodas, cumplea\u00f1os y vidas enteras sin los dem\u00e1s. Vi a mis abuelos, parados en su balc\u00f3n saludando con la mano mientras nos alej\u00e1bamos en un taxi, pregunt\u00e1ndome cu\u00e1ntos a\u00f1os pasar\u00edan antes de verlos saludar con la mano. Es una herida que pens\u00e9 que hab\u00eda sanado y cubierto de costras.<\/p>\n