<\/picture>\n <\/div>\n<\/p><\/div>\nCarly Rae Jepsen tiene muchos sentimientos. Si has escuchado sus canciones, sabes esto: enamoramientos intensos, primeros amores y rupturas devastadoras conforman el vocabulario musical de la princesa del chicle pop (o reina, si le preguntas a sus fan\u00e1ticos) que vierte su coraz\u00f3n en discos aclamados por la cr\u00edtica. . En la conversaci\u00f3n, suelta pensamientos profundos sobre el romance entre actualizaciones sobre su viaje de meditaci\u00f3n (que acaba de comenzar) y riffs sobre Billie Holiday. \u201cCuando te sientes euf\u00f3ricamente enamorado\u201d, me dice con complicidad, \u201cse siente como un milagro que solo te ha sucedido a ti\u201d. Pero Jepsen tambi\u00e9n sabe que no es la \u00fanica que se siente as\u00ed. \u201cEs una emoci\u00f3n extrema que experimentamos en privado pero que compartimos universalmente\u201d, dice sobre su tema m\u00e1s frecuente.<\/p>\n
Cuando me encuentro con Jepsen en una tarde de oto\u00f1o en Nueva York, la luz se refleja en sus calcoman\u00edas de u\u00f1as con la estrella y la luna mientras ella gesticula salvajemente hacia el pasillo del Central Park Boathouse. Vestida con un jersey de cuello alto de crep\u00e9 negro y un conjunto acolchado de chaqueta y pantal\u00f3n corto, se destaca entre los turistas con Canon y los jubilados de la parte alta de la ciudad sentados en el porche trasero del Boathouse, con vista al lago del parque. Ella est\u00e1, por decirlo suavemente, feliz de estar aqu\u00ed. Sus ojos, acentuados en las esquinas con peque\u00f1os racimos de lentejuelas en la cara, se abren incr\u00e9dulamente cuando llegan nuestras ensaladas. Habla r\u00e1pido y un poco sin aliento, como si tuviera demasiados pensamientos para expresarlos en una sola oraci\u00f3n. En un momento, nuestro camarero le dice que parece una actriz de Casa del Drag\u00f3n<\/em>que ella toma como un cumplido, a pesar de que nunca ha o\u00eddo hablar del programa.<\/p>\nSe lanza a contar una historia sobre la planificaci\u00f3n del So Nice Tour, que comenz\u00f3 en septiembre e incorporar\u00e1 canciones de su quinto \u00e1lbum, El tiempo m\u00e1s solitario<\/em>. \u201cEstaba tan obsesionada con el contenido de la pared de video y la ubicaci\u00f3n de nuestras manos y d\u00f3nde estaban las nubes y la luna en el momento correcto que estaba hablando a un mill\u00f3n de millas por minuto y perdiendo la voz\u201d, me dice. \u201cTuve que darme una charla real, como, \u00a1Nada de esto importar\u00e1 si no puedes cantar!<\/em>Hace una breve pausa para maravillarse con la focaccia de aceitunas que otro camarero uniformado sirve en nuestros platos. Su manicura de tem\u00e1tica celestial meticulosamente planeada, explica, saldr\u00e1 en el momento en que finalice la gira en febrero. \u201cNo puedo enviar mensajes de texto. Todo sale como un haiku\u201d.<\/p>\nEstar de regreso en Nueva York es un placer para la nativa canadiense, quien decidi\u00f3 en el \u00faltimo momento quedarse en el Plaza para darse un breve respiro de su primera semana de caf\u00e9 en el autob\u00fas tur\u00edstico y hoteles corporativos. \u00ab\u00a1Mira este!\u00bb ella suspira, sonriendo y estirando su brazo hacia el agua salpicada de botes de remos. \u201c\u00a1Mira d\u00f3nde estamos ahora! No sab\u00eda que esto exist\u00eda.\u201d Su v\u00e9rtigo hace que nuestro entorno se sienta como un cruce entre una comedia rom\u00e1ntica de los 90 y una campa\u00f1a publicitaria para la ciudad. \u201cD\u00edas como este me dan ganas de mudarme a Nueva York\u201d, admite.<\/p>\n