{"id":278935,"date":"2022-11-05T14:52:55","date_gmt":"2022-11-05T14:52:55","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/revision-de-la-temporada-5-de-the-crown-el-drama-real-de-netflix-regresa-en-una-forma-confiablemente-buena\/"},"modified":"2022-11-05T14:52:57","modified_gmt":"2022-11-05T14:52:57","slug":"revision-de-la-temporada-5-de-the-crown-el-drama-real-de-netflix-regresa-en-una-forma-confiablemente-buena","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/revision-de-la-temporada-5-de-the-crown-el-drama-real-de-netflix-regresa-en-una-forma-confiablemente-buena\/","title":{"rendered":"Revisi\u00f3n de la temporada 5 de ‘The Crown’: el drama real de Netflix regresa en una forma confiablemente buena"},"content":{"rendered":"


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\tCuando el primer ministro John Major (Jonny Lee Miller) sugiere cuidadosamente en el estreno de la quinta temporada de Netflix La corona<\/em> que la familia real brit\u00e1nica podr\u00eda considerar pagar las reparaciones de su antiguo yate con sus propias arcas, en lugar de pedir a los contribuyentes que paguen la factura, la reina Isabel II (Imelda Staunton) rechaza con un llamamiento personal. \u201cCuando llegu\u00e9 al trono, todos mis palacios fueron heredados. Windsor, Balmoral, Sandringham, todos llevan el sello de mis predecesores\u201d, le dice. \u00abSolo Britannia he sido realmente capaz de hacer la m\u00eda\u00bb.<\/p>\n

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\tEs una declaraci\u00f3n sorprendente, en varios sentidos. Por un lado, la misma frase \u00abtodos mis palacios\u00bb invoca niveles de privilegio impensables para la mayor\u00eda. Por otro lado, sugiere que la propia Reina lucha dentro de un sistema dise\u00f1ado para proteger su papel a costa de su individualidad. Y si incluso Su Majestad se siente mal atendida por este establecimiento caro y chirriante, \u00bfqui\u00e9n exactamente lo hace<\/em> sirve?<\/p>\n

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\t\t\t\t\tLa corona\t\t<\/p>\n<\/h3>\n

\n\t\t\t\t\tLa l\u00ednea de fondo<\/span>
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\tTan astuto y emp\u00e1tico como siempre.
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\t\t\t\t\t\t\tFecha del aire:<\/strong> Mi\u00e9rcoles 9 de noviembre (Netflix)
Emitir:<\/strong> Imelda Staunton, Elizabeth Debicki, Dominic West, Jonathan Pryce, Jonny Lee Miller, Lesley Manville, Olivia Williams
Creador:<\/strong> pedro morgan
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\tEs una pregunta que ha estado al acecho en los bordes de La corona<\/em> desde su comienzo, pero eso se acerca cada vez m\u00e1s al centro del escenario a medida que la quinta temporada avanza hacia una nueva d\u00e9cada con un elenco completamente renovado. Sin embargo, como en a\u00f1os anteriores, el coraz\u00f3n de la serie sigue siendo la compasi\u00f3n desarmante del creador Peter Morgan por las almas humanas dentro de esta noble instituci\u00f3n. Es posible, en sus manos, burlarse del olvido de una solicitud de dinero de un yate durante una recesi\u00f3n mundial y, simult\u00e1neamente, sentir una punzada de simpat\u00eda por una mujer que se ve cada vez m\u00e1s marginada por un mundo que ella ayud\u00f3 a construir. <\/p>\n

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\tEn parte, la creciente sensaci\u00f3n de desilusi\u00f3n es una funci\u00f3n del tiempo. La corona<\/em>La narrativa de comenz\u00f3 en la d\u00e9cada de 1940, recreando incidentes de los que la mayor\u00eda de los espectadores solo habr\u00edan o\u00eddo hablar de relatos hist\u00f3ricos. Ahora se traslad\u00f3 a la d\u00e9cada de 1990, cubriendo eventos que no solo est\u00e1n en la memoria reciente, sino que se vuelven a litigar cada vez que el Pr\u00edncipe William o la Duquesa Meghan o el Rey Carlos III vuelven a aparecer en los titulares: Tampongate, el discurso del \u00abannus horribilis\u00bb, el Martin Entrevista a Bashir, el divorcio. Los errores reales representados en La corona<\/em> parecen m\u00e1s inmediatos y m\u00e1s relevantes que nunca porque, hablando temporalmente, lo son.<\/p>\n

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\tEl \u00faltimo lote tambi\u00e9n gira m\u00e1s intensamente de lo habitual en torno a los dramas internos de los Windsor, principalmente la pol\u00e9mica divisi\u00f3n entre Diana (Elizabeth Debicki) y Charles (Dominic West). Todav\u00eda ocurren tramas que tienen una visi\u00f3n m\u00e1s amplia del papel de la familia en el escenario mundial, como una sobre las suaves negociaciones de Elizabeth con el reci\u00e9n elegido presidente ruso Boris Yeltsin (Anatoly Kotenev) sobre los restos de los Romanov, pero son m\u00e1s la excepci\u00f3n que la regla. Y entonces La corona<\/em> se convierte en gran medida en un asiento de primera fila para la inclinaci\u00f3n de los Windsor por infligirse da\u00f1o a s\u00ed mismos, al servicio de una organizaci\u00f3n que ya los ha deformado tanto y en contra del ritmo de las encuestas p\u00fablicas que etiquetan cada vez m\u00e1s todo el esfuerzo como irrelevante y fuera de lugar.<\/p>\n

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\tSin embargo, en un momento en que aparentemente todas las sagas de los tabloides del \u00faltimo medio siglo se est\u00e1n adaptando a una miniserie de cebo para los Emmy, La corona<\/em> se distingue por hacer lo que siempre ha hecho mejor: combinar una empat\u00eda clara, comentarios astutos y una refrescante curiosidad intelectual en diez elegantes episodios de una hora de duraci\u00f3n. No hay h\u00e9roes o villanos claros, solo personas que no quieren o no pueden salir de una jaula dorada que, gracias a la omnipresente avalancha de paparazzi, ha comenzado a parecerse cada vez m\u00e1s a una pecera.<\/p>\n

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\tLa principal de ellas es Diana, quien, fiel a su estilo, no puede evitar atraer la mayor parte de la atenci\u00f3n. (La quinta temporada podr\u00eda ser la primera en la que la Reina se sienta m\u00e1s como parte del conjunto que como plato principal, especialmente cuando Staunton presenta a una Elizabeth cuyo glamour y fuego se han desvanecido considerablemente con el tiempo). La Diana de Debicki es m\u00e1s fr\u00e1gil y hastiada que la de Emma Corrin. estaba. Pero ella tambi\u00e9n captura las contradicciones que hicieron que la princesa fuera tan cautivadora (es a la vez fr\u00e1gil y formidable, encantadoramente sincera y estrat\u00e9gicamente t\u00edmida) y convierte un s\u00edmbolo perdurable en una mujer de carne y hueso.<\/p>\n

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\tSi Diana es la figura m\u00e1s simp\u00e1tica de la temporada, su creaci\u00f3n m\u00e1s complicada podr\u00eda ser Charles. Aunque West tiene poca semejanza f\u00edsica con su predecesor Josh O’Connor o con el verdadero Charles, hace un buen trabajo al mantener la desconcertante combinaci\u00f3n de sensibilidad y frialdad establecida en vol\u00famenes anteriores. Armado con los guiones de Morgan, West construye un Charles que es lo suficientemente astuto como para reconocer que la monarqu\u00eda necesita evolucionar, pero lo suficientemente inconsciente como para creer que el coro de apoyo de sus aduladores (\u00ab\u00a1Es un recurso criminalmente desperdiciado, se\u00f1or!\u00bb) es definitivo. prueba de que es el hombre para el trabajo.<\/p>\n

\n\tLa corona<\/em> hace algunos tropiezos en esta salida, m\u00e1s consistentemente en su manejo de la carrera. El tema se aborda brevemente en las historias sobre dos hombres pakistan\u00edes brit\u00e1nicos, el periodista Bashir (Parasanna Puwanarajah) y el novio de Diana, Hasnat Khan (Humayun Saeed), y m\u00e1s sustancialmente en un desv\u00edo de un episodio que sigue a Mohamed Al-Fayed (Salim Daw), padre. del futuro novio de Diana, Dodi Fayed (Khalid Abdalla), en su viaje desde el Egipto de clase trabajadora hasta los c\u00edrculos m\u00e1s elegantes de la sociedad europea blanca como un lirio. En cada instancia, La corona<\/em> parece inseguro de lo que significa decir sobre los temas de asimilaci\u00f3n o discriminaci\u00f3n que plantea, y mucho menos c\u00f3mo decirlo.<\/p>\n

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\tPero La corona<\/em>La estructura semiepis\u00f3dica de es indulgente, y en la siguiente hora su curiosidad lo ha llevado a otra parte. Una de las digresiones m\u00e1s atractivas de la temporada es en los pasillos de la BBC, donde dos l\u00edderes se hacen eco de los mismos argumentos de la vieja guardia contra la nueva guardia en el Palacio de Buckingham. El presidente de la estaci\u00f3n (Richard Cordery), quien casualmente est\u00e1 casado con una de las damas de compa\u00f1\u00eda de la Reina, argumenta que, \u00abPara bien o para mal, es parte del car\u00e1cter brit\u00e1nico tener una monarqu\u00eda\u00bb. Su director general (Nicholas Gleaves) insiste en que Gran Breta\u00f1a sin una monarqu\u00eda podr\u00eda ser \u201cuna nueva Gran Breta\u00f1a, una Gran Breta\u00f1a diferente\u201d.<\/p>\n

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\tNo se puede encontrar una conclusi\u00f3n definitiva en sus debates, como lo demuestra el hecho de que han continuado hasta el reinado actual del rey Carlos III. (Y hay algunos que podr\u00edan considerar que hacer estas preguntas es una parodia, si los titulares llenos de perlas de los mon\u00e1rquicos son una indicaci\u00f3n). Pero La corona<\/em>La quinta temporada demuestra que es una conversaci\u00f3n que vale la pena tener, no condenando a los miembros de la realeza como monstruos incomprensibles, sino ofreci\u00e9ndoles la gracia de verlos simplemente como humanos. <\/p>\n<\/p><\/div>\n