{"id":296786,"date":"2022-11-15T14:33:27","date_gmt":"2022-11-15T14:33:27","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/la-nube-infinita-es-una-fantasia\/"},"modified":"2022-11-15T14:33:29","modified_gmt":"2022-11-15T14:33:29","slug":"la-nube-infinita-es-una-fantasia","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/la-nube-infinita-es-una-fantasia\/","title":{"rendered":"La nube infinita es una fantas\u00eda"},"content":{"rendered":"


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Desde el turno<\/span> del milenio, la industria de la tecnolog\u00eda ha gastado miles de millones para evocar una narrativa seductora de que la nube, un t\u00e9rmino que la mayor\u00eda de las personas no t\u00e9cnicas usan para referirse a todo lo que toca Internet, es ilimitada e ingr\u00e1vida, que es \u00abm\u00e1s verde\u00bb, m\u00e1s duradera y m\u00e1s segura que las pr\u00e1cticas de almacenamiento de datos anal\u00f3gicos que lo precedieron. Nos han capacitado para cargar, descargar, transmitir, publicar y compartir en infinitum. A su vez, hemos llegado a esperar un acceso continuo e instant\u00e1neo al contenido digital en cualquier momento y en cualquier lugar, como si los datos fueran inmateriales. <\/p>\n

\u00bfQu\u00e9 es exactamente la nube? \u00bfD\u00f3nde comienza o termina? \u00bfSon los cables de fibra \u00f3ptica los que transmiten nuestros paquetes de datos a trav\u00e9s de oc\u00e9anos y continentes? \u00bfSon las torres celulares y los tel\u00e9fonos m\u00f3viles? \u00bfSon los servidores zumbando en los pasillos de los centros de datos? Desde 2015, he estado haciendo esta pregunta como investigadora etnogr\u00e1fica, siguiendo a t\u00e9cnicos y entrevistando a ejecutivos y residentes que viven cerca de sitios de infraestructura digital. Descubr\u00ed que la respuesta depende en gran medida de a qui\u00e9n le preguntes. Para la persona menos t\u00e9cnica, la nube es la totalidad de la red de tecnolog\u00eda de la informaci\u00f3n y las comunicaciones (TIC). En la industria del almacenamiento de datos, la nube se refiere a una clase espec\u00edfica de centros de datos ultraeficientes llamados hiperescaladores (que constituyen un poco m\u00e1s de un tercio de los centros de datos en funcionamiento), administrados por un pu\u00f1ado de empresas como Google, Amazon Web Services (AWS ), Microsoft, Tencent y Alibaba. En cualquier caso, la nube es una met\u00e1fora que usamos para abreviar la complejidad de las infraestructuras detr\u00e1s de la esfera digital.<\/p>\n

Que tantos laicos luchen por especificar qu\u00e9 es la nube habla del deslumbrante \u00e9xito del marketing de Big Tech, pero tambi\u00e9n de su cuidadosa ofuscaci\u00f3n de los residuos materiales de la nube. Sin embargo, a ra\u00edz de las recientes mega sequ\u00edas, gigantes incendios, domos de calor y huracanes, esta ilusi\u00f3n de marketing de una nube inmaterial se est\u00e1 evaporando ante nuestros ojos. Gracias al trabajo de activistas, acad\u00e9micos y periodistas, ahora sabemos que la nube calienta nuestros cielos y drena nuestras cuencas hidrogr\u00e1ficas. Contamina nuestras comunidades con desechos electr\u00f3nicos y ruido da\u00f1ino. Es c\u00f3mplice del calentamiento global, la desertificaci\u00f3n y la intoxicaci\u00f3n de nuestro medio ambiente, \u00e9poca y fuerza que llamo nubeceno<\/em> (nubes<\/em> es lat\u00edn para \u00abnube\u00bb). <\/p>\n

La voraz expansi\u00f3n de la nube no se ha enfrentado sin resistencia. En algunas comunidades, los residentes se est\u00e1n organizando, citando la contaminaci\u00f3n, las fallas en la red el\u00e9ctrica, el uso excesivo de la tierra o la falta de creaci\u00f3n de empleos como razones para oponerse a la construcci\u00f3n de nuevos centros de datos. Aun as\u00ed, el crecimiento exponencial de la nube muestra pocos signos de disminuci\u00f3n, lo que plantea la pregunta: \u00bfes demasiado tarde para arreglarlo? \u00bfQu\u00e9 reformas se pueden implementar para frenar los crecientes impactos ambientales de la nube? Gran parte del trabajo de los activistas se ha dedicado a responder estas preguntas, pero son menos los que se preguntan: \u00bfEs la nube un paradigma intr\u00ednsecamente insostenible? \u00bfDebe la nube como la conocemos llegar a su fin, para nuestra supervivencia colectiva?<\/p>\n

Entra en el Nubeceno<\/p>\n

Los centros de datos son<\/span> cualquier cosa menos homog\u00e9nea. El primer centro de datos que visit\u00e9 no se parec\u00eda en nada al elegante paisaje tecnol\u00f3gico ciberpunk que se muestra en las pel\u00edculas o en el contenido de marketing de Google. En cambio, llegu\u00e9 a un edificio de oficinas en ruinas, donde los estantes de servidores parpadeantes estaban dispuestos en filas y columnas opuestas, y el aire fr\u00edo se bombeaba desde una c\u00e1mara de aire acondicionado debajo del piso. Un centro de datos t\u00edpico abarca aproximadamente 100 000 pies cuadrados, pero he estado dentro de instalaciones que son del tama\u00f1o de una casa peque\u00f1a o tan grandes como un campus universitario. El centro de datos promedio puede consumir tanta electricidad como una ciudad peque\u00f1a para alimentar y enfriar su equipo inform\u00e1tico, extrayendo energ\u00eda de las redes el\u00e9ctricas que en muchas partes del mundo funcionan con carb\u00f3n. Para mantener nuestras expectativas de disponibilidad constante sin siquiera contratiempos, los centros de datos hacen funcionar generadores di\u00e9sel en un estado de espera en caliente para suministrar energ\u00eda en caso de una falla en la red el\u00e9ctrica. El rastro de di\u00f3xido de carbono se complica si observa la huella de la construcci\u00f3n de las instalaciones o las cadenas de suministro de servidores, fuentes de alimentaci\u00f3n y otros equipos que deben circular continuamente por los relucientes pasillos de estas instalaciones.<\/p>\n

En un esfuerzo por minimizar los costos operativos y reducir su huella de carbono, los centros de datos se alejan cada vez m\u00e1s de los acondicionadores de aire para salas de computadoras (CRAC) convencionales como m\u00e9todo de enfriamiento. Se necesita una gran cantidad de energ\u00eda para refrigerar el aire, por lo que cada vez m\u00e1s operadores recurren a un medio fluido m\u00e1s eficiente para enfriar las computadoras: el agua dulce. Al igual que los humanos, la sed de los servidores solo se puede saciar con agua tratada, debido a los efectos corrosivos de los sedimentos en los componentes electr\u00f3nicos delicados. Pocas instalaciones reciclan su agua, consumiendo millones de galones por d\u00eda para mantener la nube a flote. Otros utilizan productos qu\u00edmicos para tratar el agua que circulan por sus instalaciones, vertiendo las aguas residuales resultantes en las cuencas hidrogr\u00e1ficas locales con efectos desconocidos para los ecosistemas locales, como ha ocurrido en los Pa\u00edses Bajos. En lugares como el suroeste de Estados Unidos, que actualmente est\u00e1 experimentando una megasequ\u00eda provocada por el cambio clim\u00e1tico, los centros de datos acuden en masa al desierto de Arizona, atra\u00eddos por las exenciones fiscales y la legislaci\u00f3n favorable a las empresas y aparentemente sin obst\u00e1culos por la amenaza catastr\u00f3fica que representan para las poblaciones y los ecosistemas locales. All\u00ed, los centros de datos est\u00e1n consumiendo agua para enfriar los servidores en cuencas estresadas, mientras se les pide a los agricultores que racionen el agua. Arizona, donde pas\u00e9 seis meses investigando centros de datos como etn\u00f3grafo, no es un caso at\u00edpico sino parte de una tendencia m\u00e1s amplia de centros de datos que se arraigan cerca de cuencas hidrogr\u00e1ficas vulnerables. <\/p>\n

Como parte de la investigaci\u00f3n de mi tesis sobre la huella ecol\u00f3gica de la nube, visit\u00e9 y trabaj\u00e9 dentro de centros de datos en Islandia y, dentro de EE. UU., Nueva Inglaterra, Arizona y Puerto Rico. Trabajando como t\u00e9cnico novato, ayud\u00e9 a desmantelar servidores que llegaron al final de su vida \u00fatil garantizada (un promedio de tres a\u00f1os). Desenchuf\u00e9, desenrosqu\u00e9 y arrastr\u00e9 carro tras carro tambaleante de voluminosos servidores, magnetizando sus unidades para borrar de forma segura su contenido antes de apilarlos en montones de desecho. En las semanas previas a la llegada del cami\u00f3n del subcontratista de eliminaci\u00f3n de desechos para llev\u00e1rselos, vi a mis colegas sustraer valiosos chips o tarjetas gr\u00e1ficas de las carcasas de estas computadoras condenadas, una econom\u00eda de salvamento en la sombra que ciertamente era ilegal pero no estaba penalizada, dado el destino de los residuos electr\u00f3nicos. Las Naciones Unidas estiman que menos del 20 por ciento de los desechos electr\u00f3nicos se reciclan anualmente. Millones de toneladas m\u00e9tricas de productos electr\u00f3nicos vencidos con componentes t\u00f3xicos se desechan informalmente en cementerios de computadoras en lugares como Ghana, Burundi o China, donde los salvadores (a menudo mujeres y ni\u00f1os) los funden para recuperar metales raros, envenenando las cuencas hidrogr\u00e1ficas, los suelos y sus propios cuerpos en el proceso.<\/p>\n<\/div>\n


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