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Sergei Gerasimov est\u00e1 resistiendo en Kharkiv. En su diario de guerra, el escritor ucraniano relata la horrible y absurda vida cotidiana en una ciudad que todav\u00eda est\u00e1 siendo bombardeada.<\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/div>\n
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El poeta ruso Alexander Pushkin, cercado patri\u00f3ticamente en Odessa.<\/h2>\n Alexandros Avramidis \/ Reuters<\/span><\/p>\n<\/div>\n<\/figcaption><\/figure>\n <\/p>\n
18 de octubre de 2022<\/p>\n
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Cuando entro a la estaci\u00f3n de metro, lo primero que veo son dos soldados con metralletas, que examinan las caras de todos. Paso junto a ellos sintiendo que he hecho algo malo, pero no soy el que est\u00e1n buscando.<\/p>\n
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No uso mascarilla. Aunque un cartel en la pared indica que los pasajeros sin m\u00e1scaras o respiradores no pueden ingresar a la estaci\u00f3n de metro, a nadie parece importarle. Algunas personas estornudan o tosen. mantengo mi distancia<\/p>\n
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No he estado aqu\u00ed durante cuatro o cinco meses, y la estaci\u00f3n ahora es casi una extra\u00f1a para m\u00ed. Como si lo viera por primera vez, miro las vallas publicitarias que han estado colgadas aqu\u00ed desde la \u00e9poca anterior a la guerra. Muestran a un joven idiota apostando en los deportes y sin duda ganando; una chica loca que se toma la selfie m\u00e1s perfecta del mundo; y una abuela a\u00fan m\u00e1s loca que se rejuveneci\u00f3 porque estaba tomando la medicaci\u00f3n equivocada. Ahora bien, estas im\u00e1genes son extra\u00f1amente molestas. \u00bfC\u00f3mo podr\u00edamos preocuparnos por cosas tan insignificantes?<\/p>\n
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Un mendigo con una asquerosa pierna casi podrida hasta los huesos pide dinero. La gente finge no verlo mientras arrastra la pierna detr\u00e1s de \u00e9l, pero cuando pasa, lo ven en todo su esplendor. Luego se levantan de sus bancos, se acercan a \u00e9l y arrojan algo de dinero en el vaso de pl\u00e1stico que sostiene. Dice algo y responde a la pregunta de por qu\u00e9 no busca ayuda m\u00e9dica. Cuando escucho sus palabras y veo su sonrisa, me doy cuenta de que tiene problemas de salud mental.<\/p>\n
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Un letrero en la puerta del ba\u00f1o dice \u00abAbierto\u00bb, pero la parte de atr\u00e1s dice \u00abLo siento, no hay agua\u00bb.<\/p>\n
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Me doy cuenta de que el nombre de la estaci\u00f3n, Moscow Street, ha desaparecido. Ahora es diferente porque la palabra Mosc\u00fa se ha vuelto tab\u00fa.<\/p>\n
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Hace siglos, antes de que se convirtiera en una calle real, la Avenida Mosc\u00fa se llamaba Calle Mosc\u00fa. Por supuesto, condujo de Kharkiv a Mosc\u00fa. Despu\u00e9s de eso, se convirti\u00f3 en la Calle Mosc\u00fa y la Calle Vieja Mosc\u00fa hasta que pas\u00f3 a llamarse Stalinallee. M\u00e1s tarde existi\u00f3 como la avenida Mosc\u00fa durante d\u00e9cadas y a\u00fan conduc\u00eda a Mosc\u00fa. Ahora, por razones obvias, la gente ya no necesita ir a Mosc\u00fa, y la calle m\u00e1s larga de Kharkiv, de 18 kil\u00f3metros de largo, ha sido renombrada nuevamente. Ahora se llama Calle de los H\u00e9roes de Kharkiv.<\/p>\n
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La estaci\u00f3n Pushkinskaya, nombrada en honor a Alexander Pushkin, a\u00fan no ha sido renombrada. Pushkin fue el poeta que escribi\u00f3 hace doscientos a\u00f1os: \u00abPor mucho tiempo ser\u00e9 honrado por los hombres porque encend\u00ed sus pensamientos m\u00e1s nobles y glorifiqu\u00e9 la libertad en mi era cruel\u00bb. Pero a\u00fan as\u00ed, Pushkin es un enemigo porque es ruso, y no hay buenos rusos, y los buenos rusos tambi\u00e9n lo son, porque son rusos. . . Creo que la estaci\u00f3n cambiar\u00e1 de nombre tarde o temprano. Un monumento de Pushkin en Kharkiv ya ha sido salpicado con pintura roja que parece sangre.<\/p>\n
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Estoy descubriendo que las personas no est\u00e1n tan pegadas a las pantallas de sus tel\u00e9fonos inteligentes como sol\u00edan estar. La mitad de ellos mira fijamente al espacio oa sus manos. Algunos de ellos incluso leen libros gruesos.<\/p>\n
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En una de las principales estaciones de tren veo una exposici\u00f3n de dibujos infantiles, algo que era imposible en la era comercial de antes de la guerra, cuando cada cent\u00edmetro cuadrado de la pared parec\u00eda valer muchos d\u00f3lares. Los dibujos son en su mayor\u00eda realistas, pero ocasionalmente puedo ver toques de cubismo o suprematismo. La mayor\u00eda de ellos son bastante promedio.<\/p>\n
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Pero hay algo m\u00e1s, real: im\u00e1genes de ni\u00f1os de rostro p\u00e1lido viviendo en el metro de Kharkiv, escondi\u00e9ndose de las bombas rusas; fueron dibujados con la ayuda de profesores de arte. En realidad no son dibujos de ni\u00f1os, pero la gente se detiene frente a ellos y no puede separarse por un rato. Miras las im\u00e1genes y lees los subt\u00edtulos:<\/p>\n
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\u00abEse soy yo, en un refugio antia\u00e9reo\u00bb.<\/p>\n
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\u00abMis superh\u00e9roes no son personajes de Marvel, son el ej\u00e9rcito ucraniano\u00bb.<\/p>\n
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Cuando salgo de la estaci\u00f3n de metro, espero a que los soldados vuelvan a mirarme a la cara, pero el \u00fanico soldado en la salida est\u00e1 hablando por un tel\u00e9fono m\u00f3vil. Tiene m\u00e1s de cuarenta a\u00f1os y ha tenido rastrojo en la cara durante dos semanas. \u00c9l sonr\u00ede brillante y genuinamente, mostrando una boca grande con algunos dientes rotos.<\/p>\n
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