{"id":306458,"date":"2022-11-20T10:14:49","date_gmt":"2022-11-20T10:14:49","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/revision-de-florence-the-machine-hazanas-atleticas-y-espeluznante-rocknroll\/"},"modified":"2022-11-20T10:14:51","modified_gmt":"2022-11-20T10:14:51","slug":"revision-de-florence-the-machine-hazanas-atleticas-y-espeluznante-rocknroll","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/revision-de-florence-the-machine-hazanas-atleticas-y-espeluznante-rocknroll\/","title":{"rendered":"Revisi\u00f3n de Florence + the Machine: haza\u00f1as atl\u00e9ticas y espeluznante rock’n’roll"},"content":{"rendered":"


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\"<spanFotograf\u00eda: Jim Dyson\/Getty Images<\/span>\u00bb src=\u00bbhttps:\/\/s.yimg.com\/ny\/api\/res\/1.2\/fzVwuPufr6F.binLYePJTA–\/YXBwaWQ9aGlnaGxhbmRlcjt3PTk2MDtoPTU3Ng–\/https:\/\/media.zenfs.com\/en\/theguardian_763\/fdff1c8583a3a3a2b4a2c906086d411b\u00bb data-src=\u00bbhttps:\/\/s.yimg.com\/ny\/api\/res\/1.2\/fzVwuPufr6F.binLYePJTA–\/YXBwaWQ9aGlnaGxhbmRlcjt3PTk2MDtoPTU3Ng–\/https:\/\/media.zenfs.com\/en\/theguardian_763\/fdff1c8583a3a3a2b4a2c906086d411b\u00bb\/><\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n

Fotograf\u00eda: Jim Dyson\/Getty Images<\/span><\/figcaption><\/p>\n<\/figure>\n

Un hombre est\u00e1 sobre sus manos y rodillas, limpiando la sangre de Florence Welch de un pedestal blanco previamente inmaculado. \u201cSin huesos rotos, no piensan\u201d, dice al regresar al escenario, con el pie derecho vendado despu\u00e9s de una conversaci\u00f3n con un m\u00e9dico. Inmediatamente se lanza a Choreoman\u00eda, una canci\u00f3n sobre un fen\u00f3meno medieval en el que grupos de personas ser\u00edan llevados por la compulsi\u00f3n de bailar hasta el borde de la muerte y m\u00e1s all\u00e1. Quiz\u00e1 siempre iba a llegar tan lejos.<\/p>\n

El reciente \u00e1lbum de Florence + the Machine, Dance Fever, plante\u00f3 que el movimiento es una necesidad, como herramienta para la comunicaci\u00f3n y como v\u00e1lvula de escape. Sus canciones fueron alimentadas por el dolor de Welch por perder la capacidad de hacer giras durante la pandemia, d\u00e1ndoles una ventaja casi metatextual que ella explota con entusiasmo aqu\u00ed. Para cuando ha terminado de leer un par de versos de Choreomania, ha corrido, todav\u00eda descalza, desde el frente de la arena hasta la parte de atr\u00e1s y se ha subido a una barrera. All\u00ed, con los brazos abiertos, ruge: \u201cDijiste que el rock and roll est\u00e1 muerto, pero \u00bfes solo porque no ha resucitado a tu imagen?\u201d.<\/p>\n

Es un maravilloso momento de rock’n’roll en un set que busca explorar la naturaleza de la interpretaci\u00f3n, rindi\u00e9ndose a veces a una sensaci\u00f3n de artificio que puede parecer sofocantemente pretenciosa en otras manos. \u00abToda mi personalidad en el escenario es una mezcla de mi obsesi\u00f3n infantil con Rogue de X-Men y un fantasma victoriano\u00bb, dijo Welch una vez al New York Times, y este sentido de autoconciencia le permite llevar a cabo los elementos m\u00e1s estilizados de la noche. con rutinas que se basan en su amor por la bailarina expresionista Pina Bausch code\u00e1ndose con giros de ballet directamente de su dormitorio adolescente a unas pocas millas de distancia en Camberwell.<\/p>\n

Abriendo con Heaven Is Here, ella camina entre candelabros colgantes llenos de telara\u00f1as directamente del departamento de utiler\u00eda de terror de Hammer, el borde dorado de su vestido rosa resaltado por una luz blanca intensa. Golpea el aire al comp\u00e1s con un bombo atronador, aumentando a\u00fan m\u00e1s la tensi\u00f3n durante una paciente interpretaci\u00f3n de King, con sus sutiles melod\u00edas burbujeando justo debajo de la superficie. Las cosas finalmente se abren con Ship to Wreck, que reduce el piso a una mara\u00f1a de miembros. Welch salta en el acto y patea con los pies de un lado a otro, sin hacer ning\u00fan esfuerzo por ocultar su alegr\u00eda mientras la multitud le grita el coro.<\/p>\n