{"id":327915,"date":"2022-12-03T10:29:37","date_gmt":"2022-12-03T10:29:37","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/antiguo-vendedor-de-yugo-explica-que-los-autos-no-siempre-fueron-odiados\/"},"modified":"2022-12-03T10:29:42","modified_gmt":"2022-12-03T10:29:42","slug":"antiguo-vendedor-de-yugo-explica-que-los-autos-no-siempre-fueron-odiados","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/antiguo-vendedor-de-yugo-explica-que-los-autos-no-siempre-fueron-odiados\/","title":{"rendered":"Antiguo vendedor de Yugo explica que los autos no siempre fueron odiados"},"content":{"rendered":"


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El Yugo tiene mala reputaci\u00f3n<\/span>. Con frecuencia se le da el t\u00edtulo de El peor coche de la historia<\/span>, y muchos le dir\u00e1n que su reputaci\u00f3n se la gana por completo. Su imagen popular es la de un trozo de basura barato y ruidoso que no fue construido para durar. Esa no era la opini\u00f3n que ten\u00edan los clientes estadounidenses de Yugo: vieron un veh\u00edculo econ\u00f3mico y pr\u00e1ctico que podr\u00eda satisfacer sus necesidades diarias. Fue solo despu\u00e9s de unos a\u00f1os en el mercado estadounidense que el Yugo comenz\u00f3 a generar cr\u00edticas, pisoteado por problemas financieros y de la cadena de suministro. <\/p>\n

As\u00ed lo recuerda Daryll Rardon. \u00c9l lo sabr\u00eda: vendi\u00f3 Yugos nuevos en la d\u00e9cada de 1980. Vio la aceptaci\u00f3n inicial en torno al hatchback econ\u00f3mico y vio c\u00f3mo la percepci\u00f3n p\u00fablica del Yugo se agriaba. Esta semana, Rardon ofreci\u00f3 algunos informaci\u00f3n sobre su experiencia vendiendo Yugos<\/a><\/span> en Twitter, pero quer\u00eda profundizar en los primeros y m\u00e1s brillantes d\u00edas del autom\u00f3vil. As\u00ed que le di una llamada. <\/p>\n

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Foto: Daniel Kruczynski, CC BY-SA 2.0, a trav\u00e9s de Wikimedia Commons<\/figcaption><\/p>\n<\/div>\n

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Seg\u00fan Rardon, el atractivo de las Yugo era simple: \u201cTienen el mismo precio que una moto y no te mojas los pies\u201d, me dijo. Con un MSRP de alrededor de $ 4,000 (equivalente a aproximadamente $ 10,900 en d\u00f3lares de 2022), era el autom\u00f3vil nuevo m\u00e1s barato en Estados Unidos cuando lleg\u00f3 aqu\u00ed en 1986. Una propuesta de valor como esa generalmente atrae a compradores m\u00e1s j\u00f3venes o de bajos ingresos, y Rardon dijo que eso es exactamente lo que busca. oscureci\u00f3 la puerta de su concesionario: Precision Imports en Tampa, Florida, donde Rardon trabaj\u00f3 desde 1986 hasta que la tienda vendi\u00f3 su franquicia Yugo al a\u00f1o siguiente.<\/p>\n

Los compradores de autom\u00f3viles por primera vez, las personas que actualizan sus motocicletas, cualquier persona que necesitara un transporte econ\u00f3mico y eficiente: estos eran los compradores t\u00edpicos de Yugo. El hatchback compet\u00eda con los autos usados \u200b\u200ben precio, pero pod\u00eda ofrecer algo que ning\u00fan auto usado ten\u00eda: una garant\u00eda. <\/p>\n

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G\/O Media puede recibir una comisi\u00f3n<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n

Si bien el precio baj\u00edsimo hizo que la gente entrara a una sala de exhibici\u00f3n de Yugo, Rardon explic\u00f3 que el autom\u00f3vil caus\u00f3 una fuerte primera impresi\u00f3n entre los clientes. Yugo construy\u00f3 sus autos con m\u00e1s metal que el t\u00edpico auto econ\u00f3mico de la \u00e9poca (en parte para compensar la mala calidad de los materiales), lo que le dio a los autos una sensaci\u00f3n s\u00f3lida y bien construida. En palabras de Rardon, \u201cEra un peque\u00f1o hatchback decente\u201d. Por supuesto, hab\u00eda algunas peculiaridades en el autom\u00f3vil: Rardon describi\u00f3 los asientos como \u00abun material extra\u00f1o de toalla de felpa\u00bb y me dijo que \u00abDios no pudo encontrar la marcha atr\u00e1s en un Yugo\u00bb, pero en general, los autos hicieron un lo suficientemente s\u00f3lido. caso por s\u00ed mismos.<\/p>\n

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Lo encontr\u00e9, est\u00e1 justo ah\u00ed.<\/figcaption>
Foto: CC BY-SA 2.0, a trav\u00e9s de Wikimedia Commons<\/figcaption><\/p>\n<\/div>\n

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Fue solo despu\u00e9s de que los autos salieron de la sala de exhibici\u00f3n que los problemas comenzaron a aparecer. Yugos requer\u00eda un mantenimiento m\u00e1s frecuente que la mayor\u00eda de los autom\u00f3viles convencionales de la \u00e9poca, incluidas algunas peculiaridades heredadas de Fiat. En particular, el cable que operaba el embrague era propenso a romperse, un problema que a menudo asomaba la cabeza antes de la primera prueba de manejo: Rardon me dijo que los mec\u00e1nicos del distribuidor a menudo ten\u00edan que reemplazar los cables del embrague para sacar los autos del cami\u00f3n de reparto cuando llegaban.<\/p>\n

A medida que pasaban el tiempo y las millas, mantener un Yugo se convirti\u00f3 en una tarea ardua. Las piezas a menudo escaseaban y la falta de apoyo de la f\u00e1brica de Yugoslavia dejaba a los distribuidores en una situaci\u00f3n dif\u00edcil. El concesionario de Rardon envi\u00f3 t\u00e9cnicos a la sala de exposici\u00f3n local de Fiat en m\u00e1s de una ocasi\u00f3n para recoger piezas que podr\u00edan compartir las dos marcas. Por supuesto, en nuestro mundo moderno de fallas en las cadenas de suministro globales<\/span>\u00bfes de extra\u00f1ar que hace 40 a\u00f1os una peque\u00f1a empresa de autom\u00f3viles tuviera problemas para enviar piezas al otro lado del planeta?<\/p>\n

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\"Presumiblemente,<\/div>\n<\/div>\n

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Presumiblemente, un distribuidor tambi\u00e9n podr\u00eda mantener un Yugo funcionando fuera de la carretera.<\/figcaption>
Foto: Tonystarkv42, CC BY-SA 4.0, a trav\u00e9s de Wikimedia Commons<\/figcaption><\/p>\n<\/div>\n

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\u201cSi el distribuidor fuera bueno, podr\u00edan mantenerlos funcionando en la carretera\u201d, me dijo Rardon. Pero con el tiempo, esos concesionarios se enamoraron del peque\u00f1o autom\u00f3vil. Precision Imports vendi\u00f3 Yugos junto con Saabs, Peugeots e Isuzus, tres marcas poco convencionales cuyas ventas no podr\u00edan financiar exactamente una cuarta marca no rentable. Si Yugo iba a permanecer en el lote del distribuidor, la marca tendr\u00eda que hacer todo lo posible. En un autom\u00f3vil de bajo precio, eso fue complicado. <\/p>\n

Para obtener precios por debajo de $4,000, las salas de exhibici\u00f3n ten\u00edan que vivir con m\u00e1rgenes de ganancia ajustados en los peque\u00f1os hatchbacks. Algunos comerciantes reforzaron sus n\u00fameros al ofreciendo accesorios de aumento de precios<\/span>, mientras que otros buscaron marcar la diferencia a trav\u00e9s del financiamiento. Este \u00faltimo plan funcion\u00f3 durante un tiempo, pero los bancos no tardaron mucho en desarrollar un disgusto por el Yugo. Los bajos valores de reventa, combinados con el historial crediticio a menudo irregular de los principales clientes de la marca, llevaron a los financistas a comenzar a aumentar las tasas de inter\u00e9s del autom\u00f3vil m\u00e1s barato de Estados Unidos. <\/p>\n

\u201cUna vez que se convirtieron en parias de los bancos, se acab\u00f3\u201d, me dijo Rardon. La financiaci\u00f3n ya no era una fuente de dinero para los distribuidores. En el caso de Precison Imports, las ganancias, no la confiabilidad o la reputaci\u00f3n, es lo que llev\u00f3 al taller a vender su franquicia Yugo. Los autos solo ganaban dinero cuando regresaban para el servicio, y eso no era suficiente para justificar un lugar en el piso de la sala de exhibici\u00f3n.<\/p>\n

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Foto: Michael Gil de Toronto, ON, Canad\u00e1, CC BY 2.0, a trav\u00e9s de Wikimedia Commons<\/figcaption><\/p>\n<\/div>\n

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Los yugos se construyeron para ser un medio de transporte b\u00e1sico y funcional a un precio baj\u00edsimo, un precio que muchos estadounidenses pagaron felizmente. Pero los autos necesitaban concesionarios para sobrevivir, y cuando los bancos hicieron que esos veh\u00edculos de bajo precio no fueran rentables, a los concesionarios r\u00e1pidamente les result\u00f3 dif\u00edcil justificar mantener la marca. No es de extra\u00f1ar que Yugo muriera, pero vale la pena recordar que la muerte de la marca nunca fue culpa del auto. <\/p>\n<\/div>\n