{"id":331538,"date":"2022-12-05T23:27:38","date_gmt":"2022-12-05T23:27:38","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/siempre-hay-espacio-para-algunos-neoyorquinos-mas\/"},"modified":"2022-12-05T23:27:40","modified_gmt":"2022-12-05T23:27:40","slug":"siempre-hay-espacio-para-algunos-neoyorquinos-mas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/siempre-hay-espacio-para-algunos-neoyorquinos-mas\/","title":{"rendered":"Siempre hay espacio para algunos neoyorquinos m\u00e1s"},"content":{"rendered":"


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Camille Napoleon y sus \u00abchicos\u00bb en su apartamento del Lower East Side el 28 de noviembre de 2022.
\n Foto: Brenda Ann Kenneally<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\n

Cuando Camille Napoleon se encuentra con solicitantes de asilo en la Autoridad Portuaria, primero se quita con cuidado la pulsera con c\u00f3digo de barras que el estado de Texas les da a los reci\u00e9n llegados. \u201cEso los hace sentir como ganado\u201d, dice ella. Llega tan temprano como a las 5 am para dar la bienvenida a algunos de los aproximadamente 20,000 hombres, mujeres y ni\u00f1os que han llegado a una ciudad desconocida sin trabajo, un lugar donde quedarse o conexiones familiares. Ella y los otros voluntarios en la estaci\u00f3n gritan \u201c\u00a1Bienvenidos!<\/em>\u201d y entregar ropa, art\u00edculos de tocador, platos de comida caliente y juguetes para ni\u00f1os que Napole\u00f3n empaca en el centro comunitario de Baruch Houses, el desarrollo de viviendas p\u00fablicas del Lower East Side donde ella es presidenta de la asociaci\u00f3n de inquilinos. La organizadora comunitaria de 50 a\u00f1os aprendi\u00f3 a hablar espa\u00f1ol de sus padres puertorrique\u00f1os; sabiendo que los migrantes luchan con la barrera del idioma, intercambia n\u00fameros de tel\u00e9fono con ellos y les dice que la contacten en cualquier momento. Mantiene cerca el consejo de su difunto padre: \u00abNo est\u00e1s viviendo si no est\u00e1s ayudando a los dem\u00e1s\u00bb.<\/p>\n

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en la portada<\/h2>\n<\/p>\n
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Foto: Pelle Cass para New York Magazine<\/span>\n <\/p>\n<\/div><\/div>\n<\/section>\n

Algunos solicitantes de asilo la han llamado a primera hora de la ma\u00f1ana para decirle que ten\u00edan miedo de pasar la noche en los albergues de la ciudad. Otros se perdieron esperando transferencias nocturnas y le enviaron a Napole\u00f3n un pin de ubicaci\u00f3n o fotograf\u00edas de su entorno. Entonces, a fines de agosto, tom\u00f3 una decisi\u00f3n extraordinaria: acoger\u00eda a los solicitantes de asilo en su apartamento. Sus hijas, de 20 y 23 a\u00f1os, no parpadearon ante la sugerencia. \u201cEsos podr\u00edamos ser nosotros ma\u00f1ana\u201d, le dijo uno de ellos. Desde entonces, Napole\u00f3n ha alojado a 11 venezolanos y un migrante colombiano, todos entre 17 y 34 a\u00f1os. A ella le dicen mam\u00e1 y ella se refiere a ellos como \u201cmis muchachos\u201d. Ella los ayud\u00f3 a inscribirse en clases de ingl\u00e9s, completar el papeleo de identificaci\u00f3n y seguro, y registrarse para la capacitaci\u00f3n de OSHA para encontrar empleo. Sus rostros, dice, se iluminan cuando reciben identificaciones de la ciudad de Nueva York. \u201cLos hizo sentir como, Pertenezco,<\/em>\u00bb ella dice. Los hombres tambi\u00e9n se ofrecen como voluntarios para clasificar y distribuir donaciones a otros solicitantes de asilo en toda la ciudad.<\/p>\n

Desde entonces, la mayor\u00eda de los \u201cni\u00f1os\u201d de Napole\u00f3n han encontrado sus propios lugares para vivir o se han reunido con sus familias. Cinco permanecen en su casa (junto con el peque\u00f1o Zuyen, el perro de una pareja de inmigrantes que ella est\u00e1 acogiendo). Con frecuencia organizan noches de pel\u00edculas de miedo \u2014\u201cmuchas palomitas de ma\u00edz, luces apagadas\u201d\u2014 y se hacen cargo de la cocina de Napole\u00f3n, ense\u00f1\u00e1ndole sobre sus culturas a trav\u00e9s de la cocina. \u201cEs un honor que me hayan permitido entrar en sus vidas\u201d, dice ella. \u201cYo no di a luz a estos j\u00f3venes, pero son m\u00edos\u201d. Menos inmigrantes est\u00e1n llegando a la ciudad en estos d\u00edas, pero ella todav\u00eda se presenta en la Autoridad Portuaria al menos una vez a la semana y contin\u00faa administrando el embolsado y la distribuci\u00f3n de las donaciones. Las familias tampoco han dejado de buscar ayuda: necesitan ropa de invierno, \u00fatiles escolares, ropa de abrigo. \u201cNo puedo verme apart\u00e1ndome de una persona necesitada\u201d, dice ella. \u201cIncluso si los autobuses han disminuido la velocidad, la necesidad no lo ha hecho\u201d.<\/p>\n