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Camille Napoleon y sus \u00abchicos\u00bb en su apartamento del Lower East Side el 28 de noviembre de 2022.
\n Foto: Brenda Ann Kenneally<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\nCuando Camille Napoleon se encuentra con solicitantes de asilo en la Autoridad Portuaria, primero se quita con cuidado la pulsera con c\u00f3digo de barras que el estado de Texas les da a los reci\u00e9n llegados. \u201cEso los hace sentir como ganado\u201d, dice ella. Llega tan temprano como a las 5 am para dar la bienvenida a algunos de los aproximadamente 20,000 hombres, mujeres y ni\u00f1os que han llegado a una ciudad desconocida sin trabajo, un lugar donde quedarse o conexiones familiares. Ella y los otros voluntarios en la estaci\u00f3n gritan \u201c\u00a1Bienvenidos!<\/em>\u201d y entregar ropa, art\u00edculos de tocador, platos de comida caliente y juguetes para ni\u00f1os que Napole\u00f3n empaca en el centro comunitario de Baruch Houses, el desarrollo de viviendas p\u00fablicas del Lower East Side donde ella es presidenta de la asociaci\u00f3n de inquilinos. La organizadora comunitaria de 50 a\u00f1os aprendi\u00f3 a hablar espa\u00f1ol de sus padres puertorrique\u00f1os; sabiendo que los migrantes luchan con la barrera del idioma, intercambia n\u00fameros de tel\u00e9fono con ellos y les dice que la contacten en cualquier momento. Mantiene cerca el consejo de su difunto padre: \u00abNo est\u00e1s viviendo si no est\u00e1s ayudando a los dem\u00e1s\u00bb.<\/p>\n