Foto: Jonathan Knowles\/Getty Images<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\nNo me di cuenta de que hab\u00eda golpeado la pared hasta que me hizo a\u00f1icos. Mi agotamiento se hab\u00eda filtrado m\u00e1s all\u00e1 de mi carne, a trav\u00e9s de mis huesos y en mi esp\u00edritu. Los m\u00fasculos alrededor de mis caderas se hab\u00edan endurecido como piedras, tirando de todo mi cuerpo en espasmos todo el tiempo. Mi niebla mental era tan densa que no pod\u00eda leer ni un mensaje de texto sin que las letras se levantaran de la pantalla y se convirtieran en tonter\u00edas. Estaba viviendo un hurac\u00e1n de una sola persona con vientos tan fuertes que no pod\u00eda escuchar mi propia voz.<\/p>\n
Esto era agotamiento, y lo sab\u00eda.<\/p>\n
Hac\u00eda tiempo que ven\u00eda. Durante ocho a\u00f1os, trabaj\u00e9 entre bastidores en comunicaciones clim\u00e1ticas. En 2018 escrib\u00ed mi primer ensayo para un medio nacional. A partir de ah\u00ed, pas\u00e9 de ser una Persona del Clima a una Persona del Clima P\u00fablico. Me encontr\u00e9 pasando los siguientes cuatro a\u00f1os escribiendo, transmitiendo podcasts, ense\u00f1ando y hablando sobre el cambio clim\u00e1tico, el dolor clim\u00e1tico y la justicia clim\u00e1tica. Todo eso fue mientras ten\u00eda un trabajo de tiempo completo y viv\u00eda una pandemia y todo el estr\u00e9s habitual de la vida, como el drama familiar y el trauma de la relaci\u00f3n.<\/p>\n
No era famoso de ninguna manera, pero tampoco era m\u00e1s an\u00f3nimo. Estaba en un lugar donde a los extra\u00f1os en Internet les importaba lo que pensaba y le\u00edan mis silencios. Hab\u00eda una cierta ala en el movimiento clim\u00e1tico incre\u00edblemente blanco que parec\u00eda mirarme cada vez m\u00e1s para dar la \u00abvisi\u00f3n negra\u00bb a cualquier problema clim\u00e1tico dado. Parec\u00eda que el movimiento clim\u00e1tico estaba tratando de meterme en una caja etiquetada como \u00abEl amigo negro\u00bb. Nunca he sido bueno para establecer l\u00edmites, por lo que estaba cr\u00f3nicamente comprometido en exceso, haciendo malabarismos con los calendarios y las zonas horarias. Para 2021, me sent\u00ed consumido, agotado, comido vivo.<\/p>\n
Estaba en buena compa\u00f1\u00eda. Despu\u00e9s de todo, vivimos en la \u00e9poca de la Gran Renuncia y de la renuncia tranquila. Pero, \u00bfy si lo que te est\u00e1 quemando es lo mismo que est\u00e1 quemando el planeta? \u00bfQu\u00e9 pasa si no puede renunciar, en silencio o de otra manera, porque hacerlo ser\u00eda renunciar al futuro? Cuando el destino del planeta est\u00e1 en juego, es dif\u00edcil no sentir que el mundo est\u00e1 sobre tus hombros. El trabajo clim\u00e1tico crea un tipo \u00fanico de agotamiento debido a la ventana cada vez m\u00e1s estrecha para una acci\u00f3n significativa, especialmente ahora que hemos pasado de \u00abdetener el calentamiento global\u00bb a \u00abprevenir los peores impactos del cambio clim\u00e1tico\u00bb. Pero \u201cpeores impactos\u201d es un t\u00e9rmino subjetivo y enga\u00f1oso. Para algunas personas, los peores impactos comienzan con 2 grados cent\u00edgrados de calentamiento. Para otros, 1,5 grados es una sentencia de muerte. Para otros, el mundo termin\u00f3 hace mucho, mucho tiempo.<\/p>\n
Eso se complica si est\u00e1s haciendo ese trabajo en el cuerpo de una mujer negra, el s\u00edmbolo reconocido internacionalmente como la supermujer. \u00bfQu\u00e9 pasa cuando la negra m\u00e1gica se convierte en damisela en apuros? Para nosotros, el agotamiento no es una fatiga persistente que zumba en el fondo de nuestras vidas. Nacemos con ese tipo de cansancio. El peligro viene cuando nos enfermamos y<\/em> cansado.<\/p>\nEl verano pasado, despu\u00e9s de un a\u00f1o de funcionar con vac\u00edo, mi cuerpo ten\u00eda una palabra para m\u00ed: basta. Casi por compulsi\u00f3n, borr\u00e9 todos los calendarios que pude, arregl\u00e9 m\u00e1s tiempo libre en mi trabajo, rechac\u00e9 invitaciones y presentaciones, renunci\u00e9 sin ceremonias a mi puesto en una junta sin fines de lucro y renunci\u00e9 a todos y cada uno de los planes de viajes de trabajo. Empec\u00e9 a formar un equipo de salud, incluida una terapeuta negra. hab\u00eda decidido curarme. Y no era un camino que pudiera caminar solo.<\/p>\n
\u201cSent\u00ed que ten\u00eda un hoyo en el est\u00f3mago, un nudo que simplemente no se deshac\u00eda\u201d, me dijo mi amiga Rhiana Gunn Wright. \u201cHab\u00eda una sensaci\u00f3n de temor realmente abrumadora. Tem\u00eda levantarme para hacer este trabajo, tem\u00eda ir a las reuniones, tem\u00eda pensar en todas las cosas que quer\u00eda hacer y no hice\u201d. No hab\u00eda visto a Rhiana, una investigadora de pol\u00edticas clim\u00e1ticas, desde los d\u00edas de gloria previos a la pandemia, cuando el Green New Deal parec\u00eda inminente. Desde entonces, ambos nos hab\u00edamos mudado a lugares que se sent\u00edan m\u00e1s como en casa: ella de Washington, DC a Chicago y yo de Nueva York a Nueva Orleans. Como buenos millennials, enviamos mensajes de texto a menudo, pero escuchar su voz fue un placer raro. Mientras habl\u00e1bamos, me imagin\u00e9 sentado en la mesa de su cocina, tomando caf\u00e9.<\/p>\n
Seg\u00fan el recuento de Rhiana, se quem\u00f3 tres veces desde que se involucr\u00f3 en el trabajo clim\u00e1tico en 2018. Su agotamiento fue intrusivo, abrumador, casi tangible. En otras palabras, era como el m\u00edo. Ambas irrumpimos en la escena del clima p\u00fablico justo en el momento en que el movimiento decidi\u00f3 \u00abescuchar a las mujeres negras\u00bb. Hoy, ambos tenemos plataformas y perfiles considerables que dan la apariencia de accesibilidad y consumibilidad. Nos hemos unido por la forma desorientadora en que el movimiento clim\u00e1tico m\u00e1s amplio y abrumadoramente blanco se siente con derecho a nuestro tiempo y energ\u00eda. En mi caso, me llev\u00f3 a uno de los aspectos m\u00e1s enloquecedores de mi agotamiento: que no me creyeran.<\/p>\n
Cuando estaba en mi punto m\u00e1s d\u00e9bil, ten\u00eda la misma conversaci\u00f3n una y otra vez. Comenzar\u00eda con una solicitud: escribir un ensayo, aparecer en un podcast, hablar en un panel. Cuando intentaba, con todas mis fuerzas, negarme, la solicitud se convert\u00eda en una negociaci\u00f3n. A menudo me limitaba a fantasma, pero en las pocas ocasiones en que me quebrant\u00e9 y admit\u00ed que estaba demasiado quemada para asumir nuevos compromisos, me encontr\u00e9 con incredulidad, como si la \u00abmujer negra\u00bb y el \u00abagotamiento\u00bb no pudieran existir en el mundo. mismo universo, y mucho menos frase. \u201cEntonces, lo que escucho es que est\u00e1s ocupado\u201d, me dijo una vez un productor de audio. \u00abEso es interesante\u00bb, respond\u00ed. \u00abPorque estoy diciendo que necesito un descanso de estar ocupado\u00bb.<\/p>\n\n Vivimos en una sociedad que nos anima a darnos permiso para sentirnos mal, pero nunca para sentirnos mejor.<\/span><\/p>\n<\/aside>\nEl movimiento clim\u00e1tico est\u00e1 lleno de hombres blancos con complejos de salvador y mujeres blancas que piensan que reemplazar el patriarcado con poder femenino es una revoluci\u00f3n. Si bien nunca conoc\u00ed a una mujer negra con un complejo de salvador, tampoco conoc\u00ed a una que no llevara la carga de un salvador. En el movimiento clim\u00e1tico, como en todas partes, nacer negro y mujer se le asigna como \u00abfuerte\u00bb al nacer. Nuestros esp\u00edritus, se cree, son infatigables, nuestras espaldas irrompibles. La suposici\u00f3n es tan explotadora, tan insultante que es suficiente para que quieras gritar y vomitar ambas manos. Pero, como regla general, la inmediatez de la crisis clim\u00e1tica aumenta a medida que disminuye su proximidad a la blancura y la masculinidad, raz\u00f3n por la cual las mujeres negras no pueden simplemente alejarse. Si lo hacemos, podr\u00edamos vernos eliminados del futuro, tal como a menudo somos eliminados de la historia.<\/p>\n
\u201cEstados Unidos funciona con el agotamiento de los negros\u201d, me dijo Tamara Toles O’Laughlin. Tamara tiene formaci\u00f3n como abogada medioambiental, pero ha desempe\u00f1ado un mill\u00f3n de funciones como parte de un movimiento m\u00e1s amplio durante m\u00e1s de 20 a\u00f1os. Recientemente lanz\u00f3 Climate Critical Earth, que apunta al flagelo del agotamiento en el movimiento clim\u00e1tico. Nos conocimos en 2018 cuando dirigi\u00f3 un taller para mujeres de color en el movimiento ambientalista que cambi\u00f3 mi vida. A lo largo de los a\u00f1os, se ha convertido en una de las primeras personas a las que busco cuando me siento a la deriva. Al principio, Tamara me dijo que en realidad nunca hab\u00eda sufrido de agotamiento. A\u00fan as\u00ed, describi\u00f3 momentos de estr\u00e9s intenso que se parec\u00edan mucho al agotamiento que Rhiana y yo discutimos, excepto que lo describi\u00f3 como \u00abquemarse\u00bb. Me cont\u00f3 sobre un per\u00edodo en el que su estr\u00e9s laboral hizo que se le cayera el cabello, cuando se encontr\u00f3 rechinando los dientes durante las horas de sue\u00f1o y vigilia. As\u00ed fue como supo que era hora de seguir adelante, lo cual hizo una y otra vez.<\/p>\n
Nuestra conversaci\u00f3n reflej\u00f3 la que tuve con Jacqui Patterson, una leyenda en el campo de la justicia ambiental, mientras com\u00edamos platos de paella en Nueva Orleans. Jacqui es conocida por su voz suave y su conciencia fuerte. Ella tambi\u00e9n tiene uno de los esp\u00edritus m\u00e1s hermosos que he presenciado. Aunque Jacqui recordaba un per\u00edodo de ansiedad laboral tan intensa que desarroll\u00f3 un tic en el ojo derecho, dud\u00f3 en usar el t\u00e9rmino \u201cagotamiento\u201d. \u201cA\u00fan pod\u00eda hacer el trabajo\u201d, me dijo con su caracter\u00edstico tono tranquilizador. \u201cSiempre tuve energ\u00eda para eso porque ten\u00eda que despertarme todos los d\u00edas y ser responsable ante los negros\u201d. Una vez que decidi\u00f3 actuar por su cuenta, dijo, el estr\u00e9s disminuy\u00f3. Este a\u00f1o, lanz\u00f3 Chisholm Legacy Project, que apoya el liderazgo de justicia clim\u00e1tica de las comunidades negras de primera l\u00ednea.<\/p>\n
Pero si bien el agotamiento puede ser generalizado, no es inevitable. Aprend\u00ed eso al hablar con Sharon Lavigne, fundadora de Rise St. James, una formidable organizaci\u00f3n de primera l\u00ednea en el sur de Luisiana que ha superado con creces su peso en las plantas petroqu\u00edmicas, \u00a1y gan\u00f3! Conoc\u00ed a Sharon una vez antes y me sent\u00ed abrumado por el aura de calidez y calma que la rodea, al igual que Jacqui. Sharon le da cr\u00e9dito a su fe por mantener su llama encendida. Ella dice que su padre, quien abri\u00f3 el camino en la integraci\u00f3n de las escuelas del \u00e1rea, le ense\u00f1\u00f3 a orar. Sharon recuerda c\u00f3mo, en una noche de violencia por parte de los blancos locales, su padre recurri\u00f3 a la oraci\u00f3n para proteger a su familia y su propiedad. Funcion\u00f3. \u201c\u00c9l siempre dec\u00eda que la oraci\u00f3n cambia las cosas\u201d, me dijo. \u201cCuando comenc\u00e9 a hacer este trabajo, no dejaba de sonar en mi o\u00eddo\u201d.<\/p>\n
Mi propio abuelo jug\u00f3 un papel decisivo en la integraci\u00f3n de las escuelas en Nashville, y como Sharon y yo nos unimos por el legado de nuestras familias, trat\u00e9 de calcular el peso de todo ese trauma generacional. Pero no hay m\u00e9tricas para eso. Cuando pienso en las generaciones anteriores a m\u00ed, suelo centrarme en su tenacidad, ignorando el dolor, la lucha, el agotamiento. En otras palabras, ignoro su humanidad.<\/p>\n
\u00abCuando me diagnosticaron depresi\u00f3n por primera vez\u00bb, me dijo Rhiana, \u00abyo estaba como, ‘Mis antepasados \u200b\u200beran esclavos, \u00bfqu\u00e9 quieres decir con que estoy deprimida?'\u00bb. Se pregunt\u00f3 si hab\u00eda sido criada por mujeres negras fuertes o mujeres negras agotadas. Pero quiz\u00e1s la mejor manera de honrar a nuestros ancestros es romper los ciclos que ellos no pudieron y rechazar la noci\u00f3n de que nuestro cuerpo no necesita ni merece descanso, cuidado, ternura. \u201cSiento que recibo m\u00e1s miradas de reojo cuando empiezo a querer hacer algo al respecto\u201d, dijo Rhiana. \u201cRecib\u00ed el mayor rechazo cuando rechac\u00e9 el agotamiento como el status quo\u201d. De hecho, vivimos en una sociedad que nos anima a darnos permiso para sentirnos mal, pero nunca para sentirnos mejor.<\/p>\n
A veces, las \u00fanicas personas que pueden ver tu dolor son aquellas a las que ni siquiera tienes que decirles d\u00f3nde te duele. Mientras hablaba con estas mujeres, pod\u00eda sentir que me curaba. No fue su fuerza lo que me conmovi\u00f3, ni siquiera su inteligencia. Era su amor. Fue sin fondo. Dejo que me lave, me bautice. La curaci\u00f3n es una elecci\u00f3n, un milagro.<\/p>\n
Dej\u00e9 esas conversaciones recordando, una vez m\u00e1s, lo que dije cuando me compromet\u00ed por primera vez con el trabajo clim\u00e1tico en 2014: esta gente blanca no puede tener mi planeta. Entr\u00e9 en este espacio por el bien de los negros. No importan las demandas o expectativas de nadie m\u00e1s. Jur\u00e9 que nunca m\u00e1s permitir\u00eda que la necesidad y el derecho del gran movimiento clim\u00e1tico me quemaran, y ciertamente nunca dejar\u00eda que me agotara.<\/p>\n
Ahora, antes de asumir un nuevo compromiso, me pregunto: \u00bfbeneficiar\u00e1 esto a los negros? Las organizaciones o medios liderados por negros han pasado a la parte superior de mi lista de prioridades. No es una nueva praxis, pero es una pr\u00e1ctica m\u00e1s profunda. Por supuesto, no he podido salirme de todos los espacios dominados por blancos, y posiblemente nunca lo har\u00e9, pero estoy haciendo un esfuerzo concertado para limitar mi exposici\u00f3n, para recuperar mi tiempo. Me propuse fortalecer mis relaciones con otras mujeres negras, incluidas algunas en esta historia, sin importar cu\u00e1n ocupada est\u00e9 o cu\u00e1n ocupadas las perciba. Tambi\u00e9n he dado pasos m\u00e1s peque\u00f1os, como llenar mi casa con plantas y volver a comprometerme con mi pr\u00e1ctica de yoga, incluidos los ejercicios de respiraci\u00f3n que sol\u00eda omitir. Y s\u00ed, sigo yendo a terapia. Como lo he hecho, mi fuerza ha regresado.<\/p>\n
A fines del verano, constru\u00ed un altar a mis antepasados \u200b\u200be invit\u00e9 a mi abuela, la mujer que nunca conoc\u00ed, pero cuyo nombre llevo, a mi sala de estar. Desde que era un ni\u00f1o peque\u00f1o, cre\u00eda que ella era mi \u00e1ngel guardi\u00e1n. Una vez vi im\u00e1genes de ella mientras guiaba a mi t\u00eda por las escaleras de la White Folks School en Nashville. Tan cansada como debi\u00f3 haber estado entonces, me di cuenta de que habr\u00eda mutilado a cualquiera que lastimara a su hijo. Cuando enciendo la vela en el altar, me aprieta la mano con la misma ferocidad y me ayuda a enderezarme de nuevo.<\/p>\n
El cambio clim\u00e1tico exige que construyamos un mundo nuevo, por lo que tambi\u00e9n podr\u00edamos construir uno en el que queramos vivir. Si tengo algo que ver con eso, ser\u00e1 uno en el que las mujeres negras puedan decir: \u201cEstoy cansada. Necesito ayuda. No puedo continuar\u201d, y donde no solo se les cree, sino que se los retiene. Ya no son las mulas del mundo que lamentaba Zora Neale Hurston hace un siglo. Tampoco seremos m\u00e1rtires. En este mundo, seremos completos, libres y seguros. Am\u00e9n.<\/p>\n\n\n
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