{"id":367250,"date":"2022-12-23T16:42:23","date_gmt":"2022-12-23T16:42:23","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/living-communes-with-the-past-para-honrar-un-clasico-de-kurosawa\/"},"modified":"2022-12-23T16:42:25","modified_gmt":"2022-12-23T16:42:25","slug":"living-communes-with-the-past-para-honrar-un-clasico-de-kurosawa","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/living-communes-with-the-past-para-honrar-un-clasico-de-kurosawa\/","title":{"rendered":"Living Communes with the Past para honrar un cl\u00e1sico de Kurosawa"},"content":{"rendered":"


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Bill Nighy en Viviendo<\/em>.
\n Foto: Cortes\u00eda de Number 9 films \/ Sony Pictures Classics<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\n

Cuando se estren\u00f3 correctamente en los EE. UU. en 1960, ocho a\u00f1os despu\u00e9s de su estreno en Jap\u00f3n, Akira Kurosawa Ikiru<\/em> a veces se comercializaba con la imagen de una bailarina semidesnuda que aparec\u00eda brevemente en la pel\u00edcula, todo un cebo para un drama sombr\u00edo de casi dos horas y media sobre un anciano bur\u00f3crata japon\u00e9s que se estaba muriendo de c\u00e1ncer. Esa infame campa\u00f1a de marketing ha pasado a la historia como un excelente ejemplo de la deshonestidad ostentosa de los distribuidores de pel\u00edculas estadounidenses en las d\u00e9cadas de 1950 y 1960. Pero tambi\u00e9n fue un poco comprensible de enga\u00f1o. \u00ab\u00a1Ven a ver morir a un anciano!\u00bb no era un gran eslogan entonces, ni lo es ahora.<\/p>\n

El nuevo drama de Oliver Hermanus Viviendo<\/em>un remake brit\u00e1nico bastante fiel de Ikiru<\/em> ambientada en la d\u00e9cada de 1950 en Londres, tiene un desaf\u00edo similar; nos gusta pensar que vivimos en tiempos m\u00e1s sofisticados, pero probablemente no es m\u00e1s probable que vayamos a ver una historia aparentemente morbosa m\u00e1s de lo que lo fueron esas audiencias anteriores. Por lo tanto, puede resultar un poco sorprendente cuando Viviendo<\/em> comienza e inmediatamente somos sacudidos por… el color. Tal vez no t\u00e9cnicamente Technicolor, sino algo similarmente saturado y rico. Las im\u00e1genes resplandecientes de la pel\u00edcula, con sus sombras profundas y su elegancia sim\u00e9trica, enmarcadas cuidadosamente en una relaci\u00f3n de aspecto cl\u00e1sica de la Academia, crean un efecto que recuerda algo del mismo per\u00edodo en el que se desarrolla la pel\u00edcula. Viviendo<\/em> no trata de reinventar o reimaginar Ikiru<\/em> tanto como transportarlo, como para especular c\u00f3mo podr\u00eda haber sido la obra maestra de Kurosawa si se hubiera producido en la industria cinematogr\u00e1fica brit\u00e1nica, en color, m\u00e1s o menos al mismo tiempo.<\/p>\n

En muchos de sus detalles, la nueva pel\u00edcula, escrita por el premio Nobel Kazuo Ishiguro, se adhiere estrechamente a la original. Nuestro h\u00e9roe, el Sr. Williams (Bill Nighy), es un funcionario engre\u00eddo que, al enterarse de que solo le quedan unos meses de vida, lucha por encontrar el sentido y la alegr\u00eda. Luego se da cuenta de que, como funcionario de toda la vida que comprende las palancas del poder en la burocracia paralizante en la que trabaja, puede marcar la diferencia simplemente ayudando a construir un modesto parque infantil en un rinc\u00f3n abandonado de la ciudad.<\/p>\n

Sin embargo, ser\u00eda incorrecto llamar al enfoque de Hermanus e Ishiguro una r\u00e9plica o una imitaci\u00f3n. La m\u00fasica y el corte, o para el caso, las actuaciones, no son en s\u00ed mismos lo que encontrar\u00edas en una pel\u00edcula de los a\u00f1os 50. No se trata de un cosplay campy, sino de una especie de comuni\u00f3n con el esp\u00edritu y la sencillez del pasado. Porque hay algo ingenioso en el estilo de la pel\u00edcula. Viviendo<\/em> trata de ideas relativamente b\u00e1sicas. La represi\u00f3n y la conformidad de los trabajos sofocantes de la clase media, la necesidad de mirar hacia arriba de una vida vivida dentro de los estrictos par\u00e1metros de la sociedad y aprovechar el momento: estos son temas rudimentarios, incluso cursis en este punto, trabajados en novelas y pel\u00edculas para d\u00e9cadas. \u00bfC\u00f3mo, entonces, revitalizarlos para la audiencia de hoy? Bueno, tal vez evocando las texturas de una pel\u00edcula hecha en la d\u00e9cada de 1950, para ayudar a cerrar la brecha cognitiva. Un enfoque m\u00e1s moderno podr\u00eda parecer empobrecido, superficial, carente de complejidad. Ahora, envuelto en los adornos de una pel\u00edcula de hace 70 a\u00f1os, se siente como un mensaje transmitido desde un pasado borroso a nuestro presente presumido.<\/p>\n

Me gusta Ikiru<\/em>, Viviendo<\/em> nos encierra en la desesperaci\u00f3n del personaje central. El dolor y la mortalidad transforman esta figura-sombra en un avatar de la condici\u00f3n humana; sabemos lo suficiente sobre \u00e9l para dejar volar nuestra imaginaci\u00f3n, y no mucho m\u00e1s. Larguirucho y remilgado, el siempre excelente Nighy retrata a Williams con una reserva aristocr\u00e1tica. Poco a poco aprendemos que para \u00e9l, esta apariencia de confianza tranquila y muda es una ambici\u00f3n existencial; se ha pasado la vida aspirando a ser un caballero. Esto en realidad contrasta marcadamente con Ikiru<\/em>‘s Takashi Shimura, uno de los actores m\u00e1s grandes y vers\u00e1tiles de Jap\u00f3n, quien trajo al protagonista de esa pel\u00edcula, Watanabe, una angustia amplia, casi teatral. Sufrir en silencio o enfurecerse por el apagado de la propia luz; cualquier enfoque funciona. Todos morimos a nuestra manera.<\/p>\n

Conmovedor, atractivo y visualmente espl\u00e9ndido en igual medida, Viviendo<\/em> hace un viaje cinematogr\u00e1fico sorprendentemente agradable, pero Ikiru<\/em> es una m\u00e1quina de 142 minutos dise\u00f1ada para romper tu coraz\u00f3n en un mill\u00f3n de pedazos. Los neoyorquinos podr\u00e1n ver la pel\u00edcula de Kurosawa en todo su esplendor en 35 mm en el Metrograph a partir de la pr\u00f3xima semana; para todos los dem\u00e1s, est\u00e1 Criterion o HBO Max. Si a\u00fan no lo has visto, deber\u00edas hacerlo. Si bien su estado can\u00f3nico es seguro, Ikiru<\/em> es un cl\u00e1sico de Kurosawa que a veces se ignora porque no es una pel\u00edcula criminal o una epopeya samur\u00e1i. Pero sigue siendo un maravilloso escaparate de la humanidad del director y de su habilidad para despojar a sus personajes de sus ilusiones y prejuicios, capa por capa, hasta que todo lo que queda es algo crudo, real y hermoso. (No deber\u00eda sorprender que el equipo que cre\u00f3 esta pel\u00edcula fue inmediatamente e hizo siete samur\u00e1is<\/em>.) Cuando Watanabe, en Ikiru<\/em>La escena m\u00e1s imborrable de \u00e9l, se encuentra solo una noche en un columpio en el patio de recreo que \u00e9l hizo posible, parece que estamos viendo a este personaje completo por primera vez, su pasado recto y su presente doloroso (porque no tiene futuro) colapsando en un marco devastador, un anciano cantando una canci\u00f3n de su infancia para s\u00ed mismo en la nieve.<\/p>\n

Ambos Ikiru<\/em> y Viviendo<\/em> est\u00e1n ambientadas en los a\u00f1os posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y aunque la guerra se menciona brevemente, uno se pregunta cu\u00e1nto influy\u00f3 la incertidumbre destructiva de esos a\u00f1os (sin mencionar la depresi\u00f3n global que los precedi\u00f3) en los respectivos deseos de Williams y Watanabe de poner su cabeza abajo y trabajar en sus trabajos sin incidentes. La monoton\u00eda y la constancia adquieren su propio brillo cuando el mundo se vuelve loco. S\u00ed, Kurosawa vio una complacencia asfixiante y represiva en los bur\u00f3cratas cotidianos del Jap\u00f3n de la posguerra, y hay pasajes de Ikiru<\/em> donde los ensarta poderosamente. Pero tambi\u00e9n vio su humanidad, su esfuerzo enterrado. El mayor cumplido que puedo pagar Viviendo<\/em> es que toma esas ideas polvorientas y las hace resonar una vez m\u00e1s. No muy diferente de recordar una canci\u00f3n antigua y familiar y entenderla por primera vez.<\/p>\n

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