Foto-Ilustraci\u00f3n: por el Corte; Fotograf\u00edas Getty Images<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\nTodav\u00eda puedo imaginar mi primera Navidad a trav\u00e9s de una neblina multicolor de luces centelleantes en una habitaci\u00f3n con poca luz, que se vuelve m\u00e1s borrosa por los ojos somnolientos de un ni\u00f1o cansado de 6 a\u00f1os. Nuestra familia era nueva en Canad\u00e1 y a\u00fan no sab\u00eda qui\u00e9nes \u00e9ramos en este extra\u00f1o lugar. Mis padres eran musulmanes no practicantes, que ya no eran religiosos, aunque todav\u00eda estaban hambrientos de rituales y tradiciones, como lo estar\u00eda cualquiera despu\u00e9s de vivir toda una vida dentro de una cultura dominada por ellos. Pero ese a\u00f1o tambi\u00e9n estaban emocionados de adoptar estas nuevas costumbres extranjeras, probarse los adornos de d\u00edas festivos desconocidos y usar su\u00e9teres festivos que no les quedaban bien.<\/p>\n
Consiguieron un peque\u00f1o \u00e1rbol artificial, lo equiparon con luces rojas, verdes y amarillas y lo colocaron sobre una vieja caja de cart\u00f3n que hab\u00edan puesto boca abajo. Mis dos hermanas menores eran solo beb\u00e9s, as\u00ed que yo era el \u00fanico que sab\u00eda lo que representaba el \u00e1rbol y lo que podr\u00eda quedar debajo si la historia que mis padres contaban sobre Santa era cierta. Yo era un ni\u00f1o c\u00ednico, sin duda un efecto secundario de haberme mudado de casa y de pa\u00eds cuatro veces para entonces, as\u00ed que no cre\u00eda del todo que un anciano fuera a aparecer en este apartamento fr\u00edo del s\u00f3tano y dejarme algo, y mucho menos la Barbie. le hab\u00eda echado el ojo. Esper\u00e9 despierto toda la noche, decidido a atrapar a mis padres en el acto. Cada vez que me despertaba de haberme quedado dormido, miraba el \u00e1rbol y se ve\u00eda igual que antes. Peque\u00f1o, brillante y extra\u00f1amente desnudo.<\/p>\n
Por la ma\u00f1ana, yo era el primero en levantarse. Despert\u00e9 a mis padres con la noticia de que Santa no hab\u00eda llegado despu\u00e9s de todo, que a\u00fan no hab\u00eda nada debajo del \u00e1rbol. Estaba decepcionado, aunque satisfecho, de que ten\u00eda raz\u00f3n. Mis padres se rieron y me dijeron que mirara m\u00e1s de cerca. Finalmente, mi pap\u00e1 movi\u00f3 el \u00e1rbol y levant\u00f3 la caja de cart\u00f3n, revelando una gran cantidad de regalos envueltos debajo. Fue tan sorprendente y alegre que todav\u00eda me encuentro sonriendo ante el recuerdo, ante el deleite que sent\u00ed en ese momento, esa sensaci\u00f3n de asombro absolutamente pura que es tan hipn\u00f3tica, incluso ahora.<\/p>\n
Me encanta imaginar a mis padres encerrados en una tierna conspiraci\u00f3n juntos, super\u00e1ndome en mi propio juego, envolviendo regalos en secreto y encontrando la manera perfecta de esconderlos para que esa ma\u00f1ana se sintiera m\u00e1gica. Fue una manera tan suave de aterrizar en este nuevo y extra\u00f1o lugar, a mundos de distancia de donde hab\u00eda pasado mis primeros a\u00f1os.<\/p>\n
Despu\u00e9s de eso, la Navidad dej\u00f3 de ser una tradici\u00f3n; tener tres hijos peque\u00f1os menores de 6 a\u00f1os es lo suficientemente agotador por s\u00ed solo sin la presi\u00f3n adicional de pasar las semanas previas a estas grandes fiestas realizando esta forma espec\u00edfica de paternidad. Mi mam\u00e1 (y seamos sinceros, por lo general es la mam\u00e1) trabajaba en turnos nocturnos y se costeaba los estudios, por lo que hacer todo lo posible por unas vacaciones que ni siquiera celebr\u00f3 se convirti\u00f3 en lo m\u00e1s alejado de su mente a medida que crec\u00edamos. Lo cual, como padre ahora, puedo apreciar. Pero tambi\u00e9n s\u00e9 cu\u00e1nto vertieron ambos exactamente la misma energ\u00eda y amor en nuestros cumplea\u00f1os y otros nuevos rituales que forjamos juntos como familia, tan agotador como s\u00e9 que a veces debe haber sido.<\/p>\n\n A veces, estas cosas pueden parecer una carga, especialmente para las personas de la familia que terminan organizando todo. Definitivamente hay momentos en los que pienso, \u00bfPara qu\u00e9 es todo el estr\u00e9s en \u00faltima instancia?<\/em><\/span><\/p>\n<\/aside>\nCon dos hijos propios, pienso mucho en qu\u00e9 tradiciones, si las hay, quiero llevar adelante como padre y por qu\u00e9 importa si lo hago.<\/p>\n
Cuando tuve a mi primer hijo, tambi\u00e9n estaba empezando de nuevo, me mud\u00e9 a Londres desde Toronto con un reci\u00e9n nacido. Me sent\u00ed profundamente desatado y un poco perdido sin mi familia y amigos para sostenerme a trav\u00e9s de esta fase vulnerable de la vida. Extra\u00f1aba esos rostros familiares, extra\u00f1aba las formas espec\u00edficas en que sol\u00edamos celebrar y pasar tiempo juntos. Quer\u00eda crear algo nuevo que ayudara a definir nuestra unidad familiar, que comenzara a contar la historia de qui\u00e9nes \u00e9ramos como padres. Como guardianes de los recuerdos familiares, sent\u00ed que ten\u00eda la oportunidad de crear un legado de amor que, con suerte, superar\u00eda los contornos de estos rituales y vivir\u00eda en el tejido de la vida de mis hijos. Empec\u00e9 a comprender cu\u00e1n importantes eran estas tradiciones para m\u00ed, tanto como para los ni\u00f1os, para ayudarme a ubicarme en este nuevo papel desafiante, a veces inc\u00f3modo, como padre.<\/p>\n
Me sumerg\u00ed en encontrar formas de ponernos a tierra, de usar tradiciones reci\u00e9n creadas para traer una sensaci\u00f3n de normalidad y seguridad a nuestras vidas. La Navidad era f\u00e1cil de aferrarse, con sus rituales muy usados \u200b\u200by sus hermosos adornos.<\/p>\n
As\u00ed que me exced\u00ed un poco al experimentar con todas las cosas que nunca hab\u00eda probado cuando era ni\u00f1o: horneaba (mal); obtuve un \u00e1rbol gigante y real que arreglamos a la perfecci\u00f3n; compramos calendarios de adviento; nos entregamos a todas las pel\u00edculas navide\u00f1as, incluso semi-relacionadas. El beb\u00e9 no se dio cuenta, pero termin\u00e9 sinti\u00e9ndome como en casa, poco a poco sinti\u00e9ndome m\u00e1s c\u00f3moda en esta ciudad y como madre. Me llev\u00f3 directamente a ese primer invierno brumoso 34 a\u00f1os antes, a lo que mis padres deben haber estado sintiendo cuando ensartaron esas luces rojas, verdes y amarillas alrededor de ese \u00e1rbol de pl\u00e1stico.<\/p>\n
Con el paso de los a\u00f1os, con mi hijo creciendo y muy entusiasmado con Santa y mi hija descubriendo para qu\u00e9 son los regalos debajo del \u00e1rbol, hemos eliminado algunos rituales y agregado otros nuevos. Algunos eran demasiado agotadores para seguir el ritmo y otros no ten\u00edan sentido para nosotros como familia. Pero los que hemos conservado han adquirido r\u00e1pidamente un significado tierno.<\/p>\n
Todos los a\u00f1os cortamos nuestro propio \u00e1rbol de Navidad, pasamos una ma\u00f1ana entera eligiendo el perfecto y luego lo llevamos a casa llenos de emoci\u00f3n. Y el peque\u00f1o pu\u00f1ado de adornos que empezamos a ensamblar en Londres hace cuatro a\u00f1os se ha convertido en una asombrosa colecci\u00f3n que incluye una banana de vidrio rosa que compramos cuando decidimos regresar a Canad\u00e1 y una pizza de cer\u00e1mica que eligi\u00f3 mi hijo el a\u00f1o despu\u00e9s de nuestra hija naci\u00f3. Una vez que tenemos nuestro \u00e1rbol en casa, hacemos palomitas de ma\u00edz, ponemos los villancicos m\u00e1s cursis y luego desempacamos delicadamente los adornos para vestir el \u00e1rbol. Cuando empezamos a hacer esto, \u00e9ramos mi esposo y yo quienes nos preocup\u00e1bamos mucho por el ritual de decorar el \u00e1rbol; ahora es nuestro hijo de 5 a\u00f1os quien toma la iniciativa de sacar con cuidado cada adorno de la caja y encontrar la rama perfecta para colgarlo.<\/p>\n
A veces, estas cosas pueden parecer una carga, especialmente para las personas de la familia que terminan organizando todo. Definitivamente hay momentos en los que pienso, \u00bfPara qu\u00e9 es todo el estr\u00e9s en \u00faltima instancia?<\/em> S\u00e9 que he puesto los ojos en blanco ante mis propios padres por forzar la uni\u00f3n cuando nadie est\u00e1 de humor o por insistir en celebrar de la misma manera a\u00f1o tras a\u00f1o, a pesar de lo mayores que somos. Y, sin embargo, lloro al pensar en nuestro hijo colgando estos mismos adornos que coleccionamos en su infancia en su propio \u00e1rbol un d\u00eda y de repente entiendo tan agudamente el poder de la tradici\u00f3n y c\u00f3mo transmite nuestro legado en grandes y peque\u00f1as formas. De modo que incluso cuando me siento abrumado por la tarea que tengo entre manos, por la presi\u00f3n de ponerlo todo junto a\u00f1o tras a\u00f1o, s\u00e9 que lo que vivir\u00e1 es mucho m\u00e1s grande que los detalles o lo bien que lo hice bien.<\/p>\nS\u00e9 que estas tradiciones no son solo lo que hace que la festividad sea especial, sino lo que nos convierte en una familia.<\/p>\n\n\n
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