{"id":367920,"date":"2022-12-24T00:19:59","date_gmt":"2022-12-24T00:19:59","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/explicacion-del-final-de-babilonia-con-cabeza-equivocada-y-cerebro-galactico\/"},"modified":"2022-12-24T00:20:01","modified_gmt":"2022-12-24T00:20:01","slug":"explicacion-del-final-de-babilonia-con-cabeza-equivocada-y-cerebro-galactico","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/explicacion-del-final-de-babilonia-con-cabeza-equivocada-y-cerebro-galactico\/","title":{"rendered":"Explicaci\u00f3n del final de Babilonia con \u00abcabeza equivocada\u00bb y \u00abcerebro gal\u00e1ctico\u00bb"},"content":{"rendered":"


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Esta no es esa escena.
\n Foto: Scott Garfield\/Paramount Pictures<\/span>\n <\/p>\n<\/p><\/div>\n<\/p><\/div>\n

Advertencia: esta publicaci\u00f3n arruina el final de Damien Chazelle <\/em>Babilonia.<\/em><\/p>\n

Cuando Nicole Kidman entr\u00f3 en ese AMC Theatre para grabar su ahora ic\u00f3nico pre-roll, \u00bften\u00eda alguna idea de que estar\u00eda anticipando la escena m\u00e1s popular de la temporada de premios de 2022?<\/p>\n

En un momento en que la experiencia teatral se siente en peligro, los directores ganadores del Oscar nos han regalado una toma tras otra de personajes que contemplan beat\u00edficamente la pantalla plateada, transportados fuera de sus vidas ordinarias y mon\u00f3tonas a trav\u00e9s del maravilloso poder del cine. Los resultados de esta tendencia han sido mixtos: Steven Spielberg Los Fabelman<\/em> ha sido ampliamente aclamado, mientras que el de Sam Mendes imperio de la luz<\/em> aterriz\u00f3 con un ruido sordo. (Entrada oficial al Oscar de la India, El \u00faltimo espect\u00e1culo de cine<\/em>supuestamente incluye una escena similar, pero a partir de este momento no la he visto).<\/p>\n

Y luego est\u00e1 el de Damien Chazelle Babilonia<\/em>.<\/p>\n

Al igual que sus contrapartes, el sue\u00f1o febril de la era del jazz de Chazelle establece su cl\u00edmax emocional en una sala de cine antigua. Pero si bien los personajes en pantalla pueden aplaudir el espect\u00e1culo, muchos cr\u00edticos han sido mucho menos amables. Babilonia <\/em>ha recibido una recepci\u00f3n cr\u00edtica mixta, y su versi\u00f3n de esta escena ahora casi obligatoria ha funcionado como una prueba de Rorschach para el sentimiento de la audiencia: si admiras la ambici\u00f3n de Chazelle de ir por la quiebra, es probable que aprecies el gran cambio que hace en los minutos finales de la pel\u00edcula. ; si crees que todo es totalmente fraudulento, este fue probablemente el momento que te hizo agarrar tu abrigo y comenzar a dirigirte hacia la salida. Los \u00c1ngeles Veces<\/em>Justin Chang lo llama \u00abuna explosi\u00f3n de cine\u00bb que es \u00aba la vez deslumbrante y deprimente\u00bb. En la revista Slant, Keith Uhlich lo llama \u00ababrumadoramente err\u00f3neo… un resumen final floreciente que deber\u00eda inspirar tantas miradas de muerte como miradas en blanco\u00bb. Y Brian Tallerico de RogerEbert.com lo llama \u201cel material m\u00e1s falso en la carrera de Chazelle\u201d. \u00bfC\u00f3mo pod\u00eda una sola secuencia causar tanta consternaci\u00f3n?<\/p>\n

Para tener una idea de las tres horas previas a este momento, ayuda entender dos cosas. la primera es que Babilonia<\/em> es una pel\u00edcula muy consciente de que puede ser la \u00faltima de su tipo, una epopeya de \u00e9poca sin reparar en gastos destinada a adultos con poca conexi\u00f3n con cualquier propiedad intelectual preexistente m\u00e1s all\u00e1 de sus alusiones a Kenneth Anger. hollywood babilonia<\/em>. La segunda es que su trama es esencialmente Cantando en la lluvia<\/em> por medio de Boogie Nights<\/em>. Al igual que el musical de 1952, es un recuento del impacto s\u00edsmico de las im\u00e1genes sonoras en el mundo de Hollywood de la d\u00e9cada de 1920 narrado a trav\u00e9s de un tr\u00edo de arquetipos que ocupan distintos pelda\u00f1os en la jerarqu\u00eda de la industria: Jack Conrad (Brad Pitt), una estrella establecida; Nellie LaRoy (Margot Robbie), una reci\u00e9n llegada a toda velocidad; y Manny Torres (Diego Calva), un recadero que anhela entrar en el negocio. Y al igual que el drama de Paul Thomas Anderson de 1997, es un tributo a una era dorada de creatividad hedonista lanzada en el momento justo antes de que la m\u00fasica se detenga. Babilonia<\/em>Los profesionales del cine mudo de pueden ser tontos que sue\u00f1an, pero lo hacen mientras yacen con resaca en una alcantarilla llena de diarrea de elefante. En palabras de Stephanie Zacharek, \u00abEstamos invitados a festejar con ellos y despreciarlos al mismo tiempo: lo mejor de ambos mundos\u00bb.<\/p>\n

Si un estudiante sobresaliente como Chazelle, que creci\u00f3 cerca del campus de una universidad de la Ivy League y se gradu\u00f3 de otra, tiene buen ojo para el libertinaje es una pregunta abierta. \u201cUna pel\u00edcula clasificada R que se reproduce como tres PG apilados uno encima del otro dentro de la gabardina de un NC-17\u2026 Babilonia<\/em> se siente tan peligroso como un musical de Broadway\u201d, dice David Ehrlich de Indiewire. Pero el director combina este exceso con la nostalgia por la energ\u00eda del torbellino de las pel\u00edculas mudas y el extravagante desprecio por las convenciones que la industria perdi\u00f3 cuando hizo su transici\u00f3n al sonido. Babilonia<\/em>Cada uno de los protagonistas tambi\u00e9n pierde algo: Jack su poder estelar, Nellie su chispa y Manny su alma. Los tres son masticados por la industria despiadada, al igual que los actores secundarios de la pel\u00edcula, como el trompetista Sidney Palmer (Jovan Adepo) y la cantante Lady Fay (Li Jun Li). La columnista de chismes Elinor St. John (Jean Smart) le informa a Jack en su momento m\u00e1s bajo que, si bien su carrera puede estar muerta, \u00abdentro de 100 a\u00f1os, cuando t\u00fa y yo nos hayamos ido, cada vez que alguien pase un fotograma de una pel\u00edcula a trav\u00e9s de una rueda dentada, Estar\u00e9 vivo de nuevo. Muchos han se\u00f1alado que no es as\u00ed como se habr\u00edan entendido a s\u00ed mismos los habitantes reales de los inicios de Hollywood, pero as\u00ed es.<\/p>\n

Para Jack, la inmortalidad figurativa es un fr\u00edo consuelo. Como lo hicieron algunas estrellas silenciosas de la leyenda, como el comediante Karl Dane, se quita la vida. En cuanto a Nellie, acumula una deuda de juego insondable con un g\u00e1ngster local que Manny, ahora un ejecutivo de estudio, lucha por pagar. En un giro de tercer acto, esa es la deuda m\u00e1s obvia de la pel\u00edcula con Boogie Nights<\/em>, \u00e9l y un lacayo intentan defraudar al g\u00e1ngster (un Tobey Maguire de ojos saltones en el papel de Alfred Molina) durante una visita a un infierno subterr\u00e1neo secreto conocido como \u00abel pendejo de Los \u00c1ngeles\u00bb. El plan fracasa, el lacayo es asesinado y la vida de Manny se salva solo cuando promete huir de Los \u00c1ngeles y nunca regresar. Como una aparici\u00f3n, Nellie simplemente se desvanece en la noche.<\/p>\n

En una r\u00e1faga de titulares comerciales, avanzamos en el tiempo. Nellie muere en la oscuridad antes de que termine la d\u00e9cada, su estrellato abrasador se reduce a un breve obituario sobre alguien que alguna vez fue famoso. Entonces, de repente, es 1952. Un Manny de mediana edad regresa a Los \u00c1ngeles con su esposa e hija. Deambula por los escenarios que sol\u00eda llamar hogar y descubre que no ha dejado rastro. Emocionalmente desprovisto, se excusa de las vacaciones familiares y ve una pel\u00edcula solo.<\/p>\n

Esa pel\u00edcula, por supuesto, es Cantando en la lluvia<\/em>. A medida que se desarrolla la pel\u00edcula, Chazelle subraya sus similitudes con la que acabamos de ver. Don Lockwood es un Jack Conrad, el amante del cine mudo cuya forma de hacer el amor en la pantalla pierde su efecto una vez verbalizado (\u00abTe amo, te amo, te amo\u00bb). La estrella que chilla los o\u00eddos, Lina Lamont, es inequ\u00edvocamente Nellie LaRoy. Este es el legado de toda la vida profesional de Manny: todos sus amigos est\u00e1n muertos y se han convertido en chistes.<\/p>\n

Los acontecimientos en mi vida personal me han hecho m\u00e1s susceptible que de costumbre a los tiernos tributos a los amigos perdidos, as\u00ed que no pretender\u00e9 que esto no funcion\u00f3 para m\u00ed. Pero si eso parece una nota demasiado oscura para terminar, Chazelle se aleja, intercalando clips de Cantando en la lluvia<\/em> y Babilonia<\/em> con docenas de pel\u00edculas que abarcan desde la era muda hasta el siglo XXI: La Pasi\u00f3n de Juana de Arco<\/em>, Pato loco<\/em>, Mallas de la tarde<\/em>, Psic\u00f3pata<\/em>, tron<\/em>, La matriz<\/em>, Avatar<\/em>. El efecto, como han se\u00f1alado m\u00faltiples cr\u00edticos, no es diferente al de los montajes que han llenado el espacio en las transmisiones de los Oscar desde tiempos inmemoriales. Las pel\u00edculas, \u00bfno son grandiosas?<\/p>\n

\u00a1Los cr\u00edticos (en su mayor\u00eda) lo odian! \u201cHay una sensaci\u00f3n de que Chazelle est\u00e1 sugiriendo que no entendemos Cantando en la lluvia<\/em> si no se destruyen vidas durante la transici\u00f3n del cine mudo al sonoro\u201d, escribe Tallerico, quien lo llama \u201cuna forma profundamente c\u00ednica y superficial de ver el cine\u201d. Feria de la vanidad<\/em>Richard Lawson de ‘s es a\u00fan m\u00e1s astringente, criticando a Chazelle por aprender el tipo equivocado de lecci\u00f3n de la historia de Hollywood: \u00abNo importa lo que haya pasado antes, siempre puedes terminar tu pel\u00edcula con la nota sentimental m\u00e1s f\u00e1cil y todo ser\u00e1 olvidado\u00bb.<\/p>\n

Ha habido m\u00e1s interpretaciones alcistas. Ehrlich lo llama una \u00aboraci\u00f3n cari\u00f1osamente gal\u00e1ctica\u00bb, una prueba de que las pel\u00edculas siempre han estado muriendo \u00aby por lo tanto vivir\u00e1n para siempre\u00bb. Chang se inclina a darle a\u00fan m\u00e1s cr\u00e9dito a Chazelle. Destacando la inclusi\u00f3n del director de m\u00e1s material inquietante en el montaje, sobre todo la escena del corte del globo ocular de Un Chien Andalou<\/em> \u2014 dice, \u201cThe Dream Factory se precipita hacia un territorio de pesadilla, y las fuerzas de la nostalgia y el nihilismo se enfrentan a un empate\u201d. Bajo esta luz, el montaje simplemente expande la misma tensi\u00f3n tem\u00e1tica en el trabajo en el resto de la pel\u00edcula: Hollywood como jard\u00edn de sue\u00f1os versus Hollywood como pesadilla infernal, ambas visiones coexistiendo sin llegar a sintetizarse.<\/p>\n

Esto no est\u00e1 a un mill\u00f3n de millas del mensaje de Los Fabelman<\/em>, una pel\u00edcula que est\u00e1 a la vez asombrada y aterrorizada por el poder del mercurio del cine, y por la forma en que su significado puede escaparse de las manos incluso de sus creadores. En cierto sentido, el final de Babilonia<\/em> Spielberg lo hace mejor: no se limita a ilustrar esta lecci\u00f3n; considerando el intento no del todo exitoso de Chazelle de crecer para ser un degradador cinematogr\u00e1fico, tambi\u00e9n lo encarna.<\/p>\n

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