{"id":372170,"date":"2022-12-27T12:09:25","date_gmt":"2022-12-27T12:09:25","guid":{"rendered":"https:\/\/magazineoffice.com\/ia-o-no-siempre-es-demasiado-pronto-para-hacer-sonar-la-sentencia-de-muerte-del-arte\/"},"modified":"2022-12-27T12:09:27","modified_gmt":"2022-12-27T12:09:27","slug":"ia-o-no-siempre-es-demasiado-pronto-para-hacer-sonar-la-sentencia-de-muerte-del-arte","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/magazineoffice.com\/ia-o-no-siempre-es-demasiado-pronto-para-hacer-sonar-la-sentencia-de-muerte-del-arte\/","title":{"rendered":"IA o no, siempre es demasiado pronto para hacer sonar la sentencia de muerte del arte"},"content":{"rendered":"


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Hay un divertido<\/span> ilustraci\u00f3n de Par\u00eds a fines de 1839, apenas unos meses despu\u00e9s de que se anunciara al mundo un tipo temprano de fotograf\u00eda llamado daguerrotipo, que advert\u00eda lo que presagiaba esta peque\u00f1a imagen. En la imaginaci\u00f3n de Th\u00e9odore Maurisset, el daguerrotipo provocar\u00eda una histeria colectiva, La<\/em> Daguerrotipoman\u00eda<\/em>, en el que masas enloquecidas llegan desde los confines de la tierra y asaltan un peque\u00f1o estudio fotogr\u00e1fico. Algunos en la multitud quieren fotos de ellos mismos, pero, Mon Dieu<\/em>, otros exigen c\u00e1maras para tomar sus propias fotograf\u00edas (Maurisset los muestra cargando las m\u00e1quinas como contrabando en barcos de vapor con destino a puertos extranjeros) y otros se amontonan simplemente para mirar con los ojos abiertos esta cosa novedosa y todos los procedimientos lun\u00e1ticos que la rodean. El clamor es tan febril que provoca una alucinaci\u00f3n masiva, en la que casi todo lo dem\u00e1s en el paisaje alrededor del estudio, incluidos los vagones de ferrocarril, una torre de reloj, una canasta para un globo aerost\u00e1tico, de hecho cualquier cosa remotamente en forma de caja, se transforma en c\u00e1maras Mientras marchan hacia el estudio, la multitud pasa por media docena de pat\u00edbulos, donde, en respuesta a la aparici\u00f3n del daguerrotipo, los artistas se han ahorcado. La gente apenas se da cuenta.<\/p>\n

\u00a1Qu\u00e9 alboroto! \u00a1Qu\u00e9 p\u00e1nico! \u00bfY por qu\u00e9 no? Hasta la aparici\u00f3n de la fotograf\u00eda, los pintores ten\u00edan casi el monopolio de la representaci\u00f3n art\u00edstica. Su oficio fue considerado como el principal medio para inventar im\u00e1genes. (Por supuesto, los grabadores e ilustradores ten\u00edan sus propias ideas sobre el valor de sus cuadros, pero los pintores generalmente los consideraban m\u00e1s como primos menores). Pero ahora esos tontos fot\u00f3grafos, la mayor\u00eda de los cuales eran aficionados o, peor a\u00fan, artistas desleales o fracasados , conseguir\u00eda el trabajo. Al ver un daguerrotipo por primera vez alrededor de 1840, se dice que el pintor franc\u00e9s Paul Delaroche, cuyos propios alumnos pronto se pasar\u00edan a la fotograf\u00eda, grit\u00f3: \u201c\u00a1A partir de hoy, la pintura est\u00e1 muerta!\u201d.<\/p>\n

La historia de la relaci\u00f3n temprana de la pintura con la fotograf\u00eda no es perfectamente an\u00e1loga al enigma causado por el arte actual creado por IA. Los generadores de im\u00e1genes como DALL-E 2, Midjourney y Stable Diffusion pueden modificar una pintura existente de maneras que ninguna c\u00e1mara podr\u00eda acercarse. Pero compare la exclamaci\u00f3n de Delaroche con el canto de Jason Allen de Pueblo West, Colorado, quien en septiembre pasado se llev\u00f3 a casa el primer premio por su entrada generada por IA en una competencia de arte en la feria estatal anual. El premio de $300 fue modesto, s\u00ed, pero eso no impidi\u00f3 que Allen se regodeara. \u201cEl arte est\u00e1 muerto, amigo\u201d, dijo despu\u00e9s. \u00abSe acab\u00f3. Gan\u00f3 la IA. Los humanos perdidos. Las nuevas herramientas a menudo tienen una forma de avivar grandes afirmaciones sobre su impacto, y tambi\u00e9n nos dan la oportunidad de considerar si la historia tiene algo que ense\u00f1arnos sobre el pron\u00f3stico para ellas.<\/p>\n

En el siglo XIX, la pintura, al menos, no muri\u00f3. O incluso sufrir un leve resfriado. Los pintores no perdieron trabajos, y el propio Delaroche pas\u00f3 a pintar algunos de sus trabajos m\u00e1s monumentales y ambiciosos. Sospecho que nunca estuvo realmente preocupado por ser reemplazado, y \u00e9l y otros exageraron la ansiedad porque era un chisme jugoso, una oportunidad de quejarse sobre el mal gusto o simplemente la vulgaridad de los cr\u00edticos, y en realidad era bueno para los negocios. <\/p>\n

Aun as\u00ed, la visi\u00f3n de Maurisset de las masas arrasando el paisaje no estaba del todo equivocada. La cantidad de personas que quer\u00edan sentarse frente a la c\u00e1mara o buscaban c\u00e1maras para s\u00ed mismos no solo era innumerable sino diversa. Por lo general, pertenec\u00edan a un grupo de mecenas muy diferente al de los pintores de apoyo, y tend\u00edan a ser de las clases media y trabajadora, cuya capacidad previa para comprar o hacer im\u00e1genes era casi nula. Durante una era que tambi\u00e9n incluy\u00f3 reformas para expandir el voto, el activismo temprano por los derechos de las mujeres y la abolici\u00f3n (primero en el Reino Unido, luego en los EE. UU.) de la esclavitud, la c\u00e1mara adquiri\u00f3 un aire algo democr\u00e1tico. Frederick Douglass, el gran abolicionista y antiguo esclavo, estaba tan entusiasmado con sus posibilidades que durante su vida hizo m\u00e1s de 160 retratos diferentes de s\u00ed mismo, m\u00e1s que cualquier otro estadounidense en el siglo XIX, con la creencia de que a trav\u00e9s de ellos podr\u00eda insistir. en su autoestima y dignidad. La c\u00e1mara era potencialmente la herramienta de todos (no lo era exactamente, pero esa era la promesa para los modelos como Douglass), y rara vez se hab\u00eda dicho algo as\u00ed sobre la pintura.<\/p>\n

En aquellos primeros d\u00edas, los dos medios tend\u00edan a tener mercados diferentes; los pintores se reafirmaron y los fot\u00f3grafos tuvieron dificultad para penetrar en la exclusividad tanto en la formaci\u00f3n como en la exhibici\u00f3n de las artes pl\u00e1sticas. Incluso los fot\u00f3grafos m\u00e1s h\u00e1biles y con mentalidad art\u00edstica luchaban siempre contra el bajo estatus que el establecimiento del arte otorgaba a su oficio. Mientras que la pintura como pr\u00e1ctica de estudio se convirti\u00f3 en una oferta universitaria est\u00e1ndar ya en la d\u00e9cada de 1860 (al menos en Nueva Inglaterra), la fotograf\u00eda tard\u00f3 otros 75 a\u00f1os en encontrar una base tenue en la educaci\u00f3n superior. No fue hasta la d\u00e9cada de 1930 que los museos de arte comenzaron a comprar y exhibir fotograf\u00edas con regularidad.<\/p>\n<\/div>\n


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